sábado, 16 de agosto de 2025

Marido y mujer vuelven a nacer cuando los hijos duermen

 

marido y mujer
Aunque solo sea por cinco minutos y en silencio, en el sofá o dando un paseo, el vínculo matrimonial se cultiva con pequeños detalles

Encontrar tiempo de calidad entre el marido y la mujer cuando se están criando hijos no es tarea fácil. Sin embargo, para reavivar la relación solo se necesitan unos minutos de calidad, si se eligen y se viven plenamente. Marie Vautherin, consejera matrimonial formada en el método Imago, acompaña a numerosas parejas en este camino discreto pero esencial hacia la reconexión.

Marie dice: "No importa la cantidad, sino la calidad. Cinco minutos para descansar, para reconectar, para volver a ser una pareja casada y no solo unos padres. Estos momentos no surgen por casualidad. Recomiendo que se convierta en una rutina, de lo contrario, todo lo demás tendrá prioridad. No debemos idealizar: el cansancio existe. Pero si se planifica, se convierte en un estilo de vida".

Buscar el momento adecuado

pareja feliz

Estas reuniones no tienen por qué reservarse para el final de la noche. "Puede ser después de la ducha, al final de la tarde, cuando los niños están leyendo... Lo importante es que piensen juntos en el momento y el lugar que mejor se adapta a la pareja", subraya la terapeuta.

Andrea y Román, padres de tres hijos, encontraron su momento nada más llegar a casa del trabajo: "Aunque tenemos prisa, nos permitimos cinco minutos en el pasillo o en el balcón, mientras los niños se cambian de ropa. Se ha convertido en nuestro espacio para respirar".

Ela y Tine, casados desde hace doce años, han establecido un ritual manejable: "Cuando los niños están en la cama, preparo una taza de té de hierbas y nos sentamos juntos durante diez minutos. A veces no hablamos. Simplemente estamos ahí. Y eso lo cambia todo". Marie Vautherin lo confirma: "Cuando estamos demasiado agotados para hablar, podemos abrazarnos y respirar juntos. No necesitamos energía ni palabras para ello, pero es suficiente para volver a conectar".

El valor que hay que transmitir

happy couple relaxing in the bedroom

"Un sofá, dos sillones, una cama... Tenemos un rincón para rezar, ¿por qué no tener un rincón para las parejas? No es una casilla que hay que marcar, sino un espacio para conectar", sugiere la asesora. Y si el interior está saturado: "Salgan a dar un paseo, tomen una copa... Eso lo cambia todo. Se alejan de todo, respiran".

Estos momentos compartidos también son instructivos, afirma la experta: "Cuando los niños crecen, es una oportunidad para transmitirles algo bonito: mamá y papá cuidan su relación. Es tranquilizador. Da una imagen concreta del amor de los adultos".

Esta intención también es posible con un niño pequeño. "Se le puede explicar al niño que mamá y papá se toman un momento juntos. La verdadera pregunta es: ¿realmente quiero que ambos nos tomemos ese tiempo? Debe ser un momento para recargar las pilas", insiste Marie Vautherin. "Si lo utilizamos para resolver conflictos, no querremos pasar tiempo juntos. Debe definirse como un momento de ternura, diferente de un momento de discusión delicada".

Claire de Campeau, Aleteia 

Vea también  Los cónyuges hacen de su matrimonio
algo nuevo


Especialmente para los que NO suelen ir a Misa los Domingos: Para que descubran lo que están perdiendo

Aquí podemos ofrecerle sólo unos cuantos aspectos
de las mil maravillas de la Santa Misa

Más honra a Dios una sola Santa Misa.

Más honra a Dios una sola Santa Misa que todas las demás obras no revalorizadas con la Eucaristía, por fervorosas que sean, sobre todo si en ella comulgamos con la expresa intención de amar, mediante Cristo, infinitamente al Altísimo, es decir, de vivir por Cristo como Cristo vive en el Padre Jn 6, 53-56, Ef 4,13; 3,19.

San Claudio de la Colombiere

La salvación de la humanidad está en la celebración de la Santa Misa.

La salvación de la humanidad está cifrada en la celebración del Santo Sacrificio de la Misa, porque todo el esfuerzo del malvado anticristo se orientará a quitar de la Santa Madre Iglesia este santo misterio, en el que se maneja el precioso Cuerpo de Jesucristo, en memoria de su santa pasión, por medio de la cual los fieles cristianos de buena vida, aunque sean ignorantes y sin ciencia, podrán ver las astucias y malicias del malvado anticristo y de sus seguidores.

San Vicente Ferrer
Las propiedades de la Santa Misa

La Santa Misa es lo más bello y hermoso que tiene la Iglesia.

La Santa Misa es lo más bello y hermoso que tiene la Iglesia. Por eso el demonio siempre buscó privar al mundo de la Santa Misa, por medio de los herejes, haciendo de ellos precursores del anticristo.

San Alfonso María de Ligorio
Doctor de la Iglesia

A la hora de la muerte.

A la hora de la muerte estarán presentes tantos santos cuantas Santas Misas haya uno oído devotamente.

San Vicente Ferrer
Las propiedades de la Santa Misa

Hace falta cultura religiosa.

Para valorar una obra de arte hace falta cultura, para valorar la Santa Misa hace falta cultura religiosa.

P. Jorge Loring

La Eucaristía es el centro y raíz de la vida sacerdotal.

Un sacerdote vale tanto cuanto su vida eucarística, especialmente su celebración eucarística... Ningún sacerdote puede realizarse plenamente si la Eucaristía no es el centro y raíz de su vida... No creáis que las horas pasadas delante del Sagrario son horas perdidas o de menos valor pastoral. Lo que se da a Dios nunca se pierde.

Beato Juan Pablo II
Febrero 16, 1984





Apostolado de la Santa Misa Diaria
http://www.sancta-missa-cotidiana.org

Evangelio del día


 

Libro de Josue 24,14-29.

Por lo tanto, teman al Señor y sírvanlo con integridad y lealtad; dejen de lado a los dioses que sirvieron sus antepasados al otro lado del Río y en Egipto, y sirvan al Señor.
Y si no están dispuestos a servir al Señor, elijan hoy a quién quieren servir: si a los dioses a quienes sirvieron sus antepasados al otro lado del Río, o a los dioses de los amorreos, en cuyo país ustedes ahora habitan. Yo y mi familia serviremos al Señor".
El pueblo respondió: "Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a otros dioses.
Porque el Señor, nuestro Dios, es el que nos hizo salir de Egipto, de ese lugar de esclavitud, a nosotros y a nuestros padres, y el que realizó ante nuestros ojos aquellos grandes prodigios. El nos protegió en todo el camino que recorrimos y en todos los pueblos por donde pasamos.
Además, el Señor expulsó delante de nosotros a todos esos pueblos y a los amorreos que habitaban en el país. Por eso, también nosotros serviremos al Señor, ya que él es nuestro Dios.
Entonces Josué dijo al pueblo: "Ustedes no podrán servir al Señor, porque él es un Dios santo, un Dios celoso, que no soportará ni las rebeldías ni los pecados de ustedes.
Si abandonan al Señor para servir a dioses extraños, él, a su vez, los maltratará y los aniquilará, después de haberles hecho tanto bien".
Pero el pueblo respondió a Josué: "No; nosotros serviremos al Señor".
Josué dijo al pueblo: "Son testigos contra ustedes mismos, de que han elegido al Señor para servirlo". "Somos testigos", respondieron ellos.
"Entonces dejen de lado los dioses extraños que hay en medio de ustedes, e inclinen sus corazones al Señor, el Dios de Israel".
El pueblo respondió a Josué: "Nosotros serviremos al Señor, nuestro Dios y escucharemos su voz".
Aquel día Josué estableció una alianza para el pueblo, y les impuso una legislación y un derecho, en Siquém.
Después puso por escrito estas palabras en el libro de la Ley de Dios. Además tomó una gran piedra y la erigió allí, al pie de la encina que está en el Santuario del Señor.
Josué dijo a todo el pueblo: "Miren esta piedra: ella será un testigo contra nosotros, porque ha escuchado todas las palabras que nos ha dirigido el Señor; y será un testigo contra ustedes, para que no renieguen de su Dios".
Finalmente, Josué despidió a todo el pueblo, y cada uno volvió a su herencia.
Después de un tiempo, Josué, hijo de Nun, el servidor del Señor, murió a la edad de ciento diez años.


Salmo 16(15),1-2a.5.7-8.11.

¡Tú eres mi herencia, Señor!

Protégeme, Dios mío,
porque me refugio en ti.
Yo digo al Señor:
El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz,

¡tú decides mi suerte!
Bendeciré al Señor que me aconseja,
¡hasta de noche me instruye mi conciencia!
Tengo siempre presente al Señor:

él está a mi lado, nunca vacilaré.
Me harás conocer el camino de la vida,
saciándome de gozo en tu presencia,
de felicidad eterna a tu derecha.


Evangelio según San Mateo 19,13-15.

Le trajeron entonces a unos niños para que les impusiera las manos y orara sobre ellos. Los discípulos los reprendieron,
pero Jesús les dijo: "Dejen a los niños, y no les impidan que vengan a mí, porque el Reino de los Cielos pertenece a los que son como ellos".
Y después de haberles impuesto las manos, se fue de allí.


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

Compartir el Evangelio en Facebook


Bulle

San Vicente de Paúl (1581-1660)
presbítero, fundador de la Congregación de la Misión y las Hijas de la Caridad
Entrevistas a las Hijas de la caridad, 7/12/1643


« La ternura de Dios hacia los pequeños » (Trad. ©Evangelizo.org)

Mis hijas, a Dios le agrada ver cuando le sirven a los pequeños niños, como también le agrada escucharlos cantar, incluso escuchar los pequeños gritos y sus quejas. Cada uno de esos gritos toca el corazón de Dios. Y ustedes, mis queridas hermanas, cuando, al escuchar sus gritos, los alivian sirviéndoles en lo que necesitan por el amor de Dios y por honrar la infancia de Nuestro Señor, ¿no agradan a Dios?, ¿Dios no es honrado del grito y de las quejas de esos pequeños niños? ¡Entonces ánimos, mis hijas! Amen el servicio a esos pequeños niños, por la boca de quienes Dios recibe una perfecta alabanza. No soy yo quién lo dice mis hermanas; es el profeta: «por la boca de chiquillos, de niños de pecho, tu alabanza es perfecta». Oh mis hijas, esto es entonces cierto pues la Santa Escritura lo afirma.
Miren cuan felices están ustedes al servir a estas pequeñas creaturas que le dan a Dios una alabanza perfecta y en la cual Dios es agradado, en cierta forma como lo son las madres para quienes su más gran consuelo es ver las pequeñas acciones de sus pequeños hijos. Ellas admiran y aman todo. De igual manera Dios, que es su padre, disfruta todas sus pequeñas acciones.  (EDD)

Reflexión sobre el cuadro

Siempre me ha parecido muy conmovedora la imagen del Evangelio de hoy, de unos padres que llevan a sus hijos a Jesús. Es una escena a la que se refieren a menudo los sacerdotes cuando celebran bautizos. Los padres que hoy traen a sus hijos para bautizarlos, están haciendo exactamente lo mismo que aquellos padres del Evangelio: poner a sus pequeños en los brazos de Cristo. La mayoría de nosotros estamos aquí porque, en otro tiempo, alguien hizo lo mismo por nosotros, para la mayoría de nosotros nuestros propios padres. Curiosamente, son los discípulos, los más cercanos a Jesús, los que intentan apartar a los niños. Quizá simplemente se hacían eco de las normas culturales de la época, que veían a los niños como algo sin importancia o sin estatus. Pero Jesús da la vuelta a esa idea. No sólo acoge a los niños, sino que declara que el Reino de Dios pertenece precisamente a los que tienen corazón de niño.

Sin embargo, las palabras de Jesús son algo más que un consuelo... ¡son un desafío! Los niños no deben ser apartados de nuestras comunidades, sino que deben ocupar un lugar central en ellas. Jesús deja claro que los niños y los jóvenes ocupan un lugar especial en la vida de fe y en la vida de nuestra Iglesia. Nos invita a todos a poner de nuestra parte para ayudarles a descubrir la belleza del Evangelio y la riqueza de la vida cristiana. Como signo poderoso de su importancia, Jesús les impone las manos para bendecirlos. De la misma manera, estamos llamados a ser portadores de la bendición de Cristo a los jóvenes, a través de nuestra acogida y nuestro testimonio.

Nuestro cuadro, pintado hacia 1616 por el pintor flamenco Jacob Jordaens, representa a unos padres que llevan a sus hijos a Jesús. Al más puro estilo barroco, la escena está llena de movimiento y emoción: las madres presentan a sus hijos con delicadeza, los pequeños se aferran con timidez o curiosidad, y los colores son muy vivos. Pero lo que hace que este cuadro sea especialmente impactante es cómo Jordaens coloca a Jesús de espaldas a nosotros. Apenas podemos ver su rostro. En cambio, vemos lo que Él ve: los padres y sus hijos que se acercan. Esta inteligente elección compositiva nos introduce sutilmente en el cuadro, como si estuviéramos en el lugar de Jesús, encontrándonos nosotros mismos con estas familias.

De este modo, Jordaens convierte el Evangelio en una invitación personal. El cuadro no se limita a ilustrar una escena bíblica, sino que nos invita a participar en ella. Ya no somos observadores, sino participantes en la acogida de Cristo. Al "convertirnos" en Jesús en la imagen, se nos desafía a reflejar su actitud: acoger a los jóvenes, bendecirlos, hacerles un hueco en nuestras comunidades y corazones.

by Padre Patrick van der Vorst

Oración

ORACIÓN POR LOS NIÑOS
Señor, Tú que fuiste también niño y disfrutaste de la belleza del amor y la vida te pido hoy por cada niño especialmente por los de mi familia.
Para que su sonrisa no deje de florecer en sus labios, para que sus lágrimas sean pasajeras
y su salud sea fortalecida cada día.
Te pido para que como adulto pueda ser un verdadero ejemplo que con mis obras y palabras lo guíe certeramente con consejos
por el camino hacia el Cielo.
Hoy toma sus manos frágiles guía sus pasos inseguros hacia ti.
Que nada los aleje del camino del bien
y puedan crecer sanos física y espiritualmente
cada día.
Que conserven la pureza en sus corazones
amen tus mandamientos y brille en sus miradas siempre la luz del amor.
Que no se apague jamás la esperanza y la tristeza no sea la sombra que los acompañe.
Guarda sus pasos hacia la adultez
Que siempre conserven la inocencia y pequeñez espiritual que es la que es necesaria para alcanzar el reino de los Cielos.
Que Dios y la Virgen María les bendigan siempre. Amén. (Papa Francisco)

viernes, 15 de agosto de 2025

Evangelio del día - Asunción de la Virgen María al cielo


 

Apocalipsis 11,19a.12,1-6a.10ab.

En ese momento se abrió el Templo de Dios que está en el cielo y quedó a la vista el Arca de su Alianza, y hubo rayos, voces, truenos y un temblor de tierra, y cayó una fuerte granizada.
Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza.
Estaba embarazada y gritaba de dolor porque iba a dar a luz.
Y apareció en el cielo otro signo: un enorme Dragón rojo como el fuego, con siete cabezas y diez cuernos, y en cada cabeza tenía una diadema.
Su cola arrastraba una tercera parte de las estrellas del cielo, y las precipitó sobre la tierra. El Dragón se puso delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo en cuanto naciera.
La Mujer tuvo un hijo varón que debía regir a todas las naciones con un cetro de hierro. Pero el hijo fue elevado hasta Dios y hasta su trono,
y la Mujer huyó al desierto, donde Dios le había preparado un refugio para que allí fuera alimentada durante mil doscientos sesenta días.
Y escuché una voz potente que resonó en el cielo: "Ya llegó la salvación, el poder y el Reino de nuestro Dios y la soberanía de su Mesías, porque ha sido precipitado el acusador de nuestros hermanos, el que día y noche los acusaba delante de nuestro Dios.


Salmo 45(44),10bc.11.12ab.16.

Es la reina, adornada con tus joyas y con oro de Ofir.

Es la reina, adornada con tus joyas
y con oro de Ofir.
¡Escucha, hija mía, mira y presta atención!
Olvida tu pueblo y tu casa paterna,

y el rey se prendará de tu hermosura.
Él es tu señor: inclínate ante él;
Con gozo y alegría entran al palacio real.


Carta I de San Pablo a los Corintios 15,20-26.

Hermanos: Cristo resucitó de entre los muertos, el primero de todos.
Porque la muerte vino al mundo por medio de un hombre, y también por medio de un hombre viene la resurrección.
En efecto, así como todos mueren en Adán, así también todos revivirán en Cristo,
cada uno según el orden que le corresponde: Cristo, el primero de todos, luego, aquellos que estén unidos a él en el momento de su Venida.
En seguida vendrá el fin, cuando Cristo entregue el Reino a Dios, el Padre, después de haber aniquilado todo Principado, Dominio y Poder.
Porque es necesario que Cristo reine hasta que ponga a todos los enemigos debajo de sus pies.
El último enemigo que será vencido es la muerte,


Evangelio según San Lucas 1,39-56.

María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá.
Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo,
exclamó: "¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme?
Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno.
Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor".
María dijo entonces: "Mi alma canta la grandeza del Señor,
y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador,
porque él miró con bondad la pequeñez de tu servidora.
En adelante todas las generaciones me llamarán feliz".
Porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas:
¡su Nombre es santo!
Su misericordia se extiende de generación en generación
sobre aquellos que lo temen.
Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón.
Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos
y despidió a los ricos con las manos vacías.
Socorrió a Israel, su servidor,
acordándose de su misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abraham y de su descendencia para siempre".
María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

Compartir el Evangelio en Facebook


Bulle

San Amadeo de Lausanne (1108-1159)
monje cisterciense, obispo
Homilía mariana VII (SC 72. Huit homélies mariales, Cerf, Paris, 1960)


Bendita eres entre todas las mujeres (Lc 1,42)

¿Quién celebrará dignamente las alabanzas de su santísima Asunción? ¿Quién puede decir con qué felicidad ella salió de su cuerpo, con qué felicidad vio a su Hijo, con qué alegría avanzó hacia el Señor, rodeada de coros de ángeles, llevada por el celo diligente de los apóstoles? Mientras tanto ella contemplaba al Rey en su belleza y veía a su Hijo esperarla en la gloria, libre de toda pena, tal como ella había sido exenta de toda mancha. Ella dejó la morada de su cuerpo para permanecer eternamente con Cristo. Ella pasó a la visión de Dios y su alma bienaventurada, más brillante que el sol, más elevada que el cielo, más noble que los ángeles, la exhaló hacia el Señor. (…)
Cuando vamos a la fuente de la vida, vamos a la vida. De la vida, de su flujo incesante, se bebe la vida eterna. Antes de su partida, la Virgen madre ya ha bebido en esta fuente inagotable, porque en su paso mismo, no fue tocada por el sabor de la muerte en lo más mínimo. Tan bien vio a su Hijo, que ella no sufrió de la separación de la carne. Se lanza, liberada, en una bienaventurada visión y, saciada del rostro tan deseado de Dios, encuentra los venerables habitantes del cielo, prontos a servirla y conducirla.  (EDD)

Reflexión sobre el cuadro

Todos hemos experimentado el poder de una buena visita, ya sea para ver a unos amigos o para recibir a otros en casa. Cuando se reciben con calidez y apertura, esos encuentros nos transforman, nos animan y nos bendicen. Algo parecido y mucho más profundo ocurre en el Evangelio de hoy, cuando María visita a su prima Isabel. Lucas describe cómo este encuentro las bendice a ambas: Isabel se llena del Espíritu Santo, y María, a su vez, estalla en alabanzas a través de su gran oración, el Magnificat. Isabel reconoce que, al acoger a María, acoge también al Señor que María lleva en su seno, llamándola "la madre de mi Señor". A través de este encuentro, también nosotros llegamos a ver a María como aquella a través de la cual Dios vino a visitar a su pueblo, y hoy la honramos por ese papel único.

Nuestro cuadro de Cola dell'Amatrice muestra la gloriosa Asunción en la mitad superior del cuadro. Nacido en la ciudad de Amatrice, fue contemporáneo de Rafael y Miguel Ángel, y estuvo profundamente influido por ellos. Trabajó en un estilo que mezcla las tradiciones de finales del Quattrocento (siglo XV) con el emergente Alto Renacimiento. Nuestro gran retablo representa una narración en dos partes, combinando la Dormición (Muerte) y la Asunción de la Virgen María en una única composición visual. Esta combinación era habitual en la iconografía mariana. En la parte inferior, María yace apaciblemente en su lecho de muerte, rodeada por los Apóstoles y los frailes dominicos (el cuadro fue encargado para una iglesia dominica). Sus rostros son expresivos y reverentes, y cada figura reacciona con una mezcla de asombro, dolor y devoción. Esta escena, a menudo conocida como la Dormitio Virginis, refleja una antigua tradición cristiana según la cual María no sufrió la muerte de forma ordinaria, sino que "se durmió" antes de ser asunta al cielo.

Arriba, la escena pasa a la gloria del cielo, donde María, pintada dentro de una mandorla, aparece elevada por ángeles, radiante y alegre, con las manos en pose solemne de oración. Rodeada de luz celestial y de coros de ángeles, asciende hacia su hijo Jesucristo y su Padre, que la acogen con majestad divina. Esta imagen celebra su glorificación, en cuerpo y alma, en el cielo, el corazón mismo de nuestra maravillosa fiesta de la Asunción.

by Padre Patrick van der Vorst

Oración

Recemos con la Virgen María el  Magnificat