Desde que abortó a su tercer hijo, Victoria Robinson vivió una situación de culpa, angustia y vergüenza cuya causa sólo identificó al quedar embarazada del cuarto. El perdón de Dios le devolvió la paz, y desde entonces dirige tres centros de embarazo de Save the Storks para ayudar a madres que pueden estar pensando abortar. Rome Reports.
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