Reclamación del Movimiento Changed ante el Capitolio de California
Previenen de las leyes que impiden vivir cristianamente; vivir con Jesús, dicen, cambió su vida a mejor

Manifestación de Changed Movement de años anteriores (no de 2025)
El Movimiento Changed, fundado en 2018, se presenta como "una red internacional en crecimiento de personas que dejaron atrás su identidad LGBTQ", casi todos por una experiencia de cercanía a Dios o Jesucristo. La mayoría son cristianos evangélicos. Presentes en el mundo anglohablante, se niegan a ser acallados, hacen actos públicos y aconsejan a políticos y legisladores a favor de la "libertad para cambiar".
"Abordamos lo LGBTQ con compasión y acción bíblicas, somos una comunidad de amigos que antes se identificaron con lo LGBTQ+; hoy celebramos el amor de Jesús y Su libertad y confort en nuestras vidas", proclama su página web ChangedMovement.com .
Muchos de ellos declaran que antes tenían sentimientos de atracción por el mismo sexo, o una vida de relaciones homosexuales, y eso les hacía infelices. Ahora viven la castidad y los valores cristianos, o sus sentimientos han cambiado, les atraen personas del otro sexo e incluso se han casado y fundado familias.
Muchas veces han podido cambiar con la ayuda de asesores y terapeutas y piden que no se multe ni persiga este acompañamiento, que a ellos les ha ayudado a tener una vida mejor.
El 12 de junio varios de ellos se manifestaron junto al Capitolio del estado de California, reclamando la libertad para abandonar el estilo de vida LGBT... ¡y para ayudar a otros a abandonarlo! Durante dos días, en el evento Speak Out, ofrecieron sus testimonios y argumentos en las escaleras del Capitolio estatal.
Romper el mito de que las personas no cambian
La organizadora del evento, Elizabeth Woning, explicó su objetivo al The Christian Post: "Queremos contrarrestar la creencia de que las personas no cambian".
La misma Elizabeth Woning se volcó durante años en un estilo de vida lésbico, pero hoy es cristiana y tiene un esposo. Impulsó Changed junto con otro camarada, Ken Williams, pastor de una iglesia evangélica en Redding, California. Junto publicaron en 2021 el libro The Journey Out: How I Followed Jesus Away from Gay ("El viaje de salida: Cómo salí de lo gay siguiendo a Jesús").

Miembros del Movimiento Changed en las escaleras del Capitolio de Sacramento, California, en junio de 2025, dan sus testimonios
En 2018 empezaron a manifestarse a raíz de la ley AB 2943 que buscaba castigar "los esfuerzos para cambiar comportamientos o expresiones de género, o para eliminar o reducir las atracciones o sentimientos sexuales o románticos hacia personas del mismo sexo” y presentarlos como "fraude al consumidor", incluso entre adultos. Changed habló con legisladores y políticos, apuntó que una ley así castigaría la libertad de expresión, y usaba un lenguaje tan vago que podía usarse para castigar cualquier libro que criticara la homosexualidad, incluyendo la Biblia. Changed logró que esa norma de 2018 no se aprobara en California.
Un problema internacional contra la libertad
Pero desde entonces, en 23 estados de EEUU hay leyes contra las "terapias de conversión" enfocadas a menores de edad. El mismo concepto "terapia de conversión" es confuso, se define de maneras extrañas, y a veces puede incluir cualquier cosa, desde rezar por una persona, hacer simple coaching o acompañamiento en sesiones de hablar, examinar los traumas del pasado desde la psicoterapia, etc...
A nivel internacional, los lobbies LGTB, partidos de izquierda y también algunos de derecha, como el Partido Popular en España, usan el concepto para impedir, amenazando con multas, cualquier debate sobre la homosexualidad y el cambio de sentimientos de atracción sexual.
El 24 de junio, en PP apoyó en el Congreso de los Diputados a todos los partidos (menos Vox) en una propuesta legal de castigar con cárcel (de seis meses a dos años) a quien ayude a personas descontentas con su orientación sexual. "En eso estamos todos unidos", declaró el portavoz del PP, Juan Miguel de los Santos. La redacción de la propuesta es tan amplia que puede penalizar absolutamente cualquier ayuda a personas con atracción no deseada por el mismo sexo.
El texto de la izquierda y el PP castiga a quien "aplique o practique sobre una persona actos, métodos, programas, técnicas o procedimientos de aversión o conversión, ya sean psicológicos, físicos, farmacológicos o de cualquier otra naturaleza, destinados a modificar, reprimir, eliminar o negar su orientación sexual, su identidad sexual o su expresión de género, con afectación de su integridad corporal o su salud física o mental o con menoscabo grave de su integridad moral". Una simple oración, o una invitación a explorar terapéuticamente traumas del pasado (por ejemplo, por haber sufrido abusos) podría entrar en esa categoría.
El testimonio de Iván: "Me gustaba la cultura del ligue"
En las escaleras del Capitolio en la ciudad de Sacramento habló Iván Santos. Contó que empezó a tener experiencias sexuales con chicos muy pronto. A los 22 años rechazó el cristianismo de su infancia y adolescencia. Durante un tiempo tuvo sensación de libertad y pertenencia a la comunidad gay. "Tenía relaciones con hombres a largo y corto plazo; me gustaba la cultura del ligue", detalló.
Pero al cabo de un tiempo admitió que por dentro se sentía mal, desamparado, dañado, y recurría al alcohol y las drogas de fiesta buscando alivio. A los 34 años ya tomaba metanfetamina y aceptaba también prostituirse.
Sabiéndose hundido, rezó. "Dios, no sé cómo he llegado a este punto", fue su oración. Dice que oyó a Dios responderle: "Estoy dispuesto a mostrarte lo buena que puede ser la vida si me sigues". Así empezó su seguimiento cristiano.
Descubrió varias cosas. Una, es que más allá del debate o guerra cultural sobre la homosexualidad, había también una guerra espiritual, y él podía verla en destellos de experiencias sobrenaturales.
También descubrió que Dios sí le amaba, y se lo dejaba saber. Otra cosa que descubrió, es que había construido su identidad sobre la lujuria. Pero la lujuria disminuía su poder cuando él practicaba el arrepentimiento. “Y a medida que el Señor me mostró que realmente podía vivir en pureza, que podía seguirlo como me lo pedía, las cosas que eran concretas, las cosas que creía que nunca cambiarían, cambiaron”. Hoy, dice, rechazada la lujuria, vive “una vida rebosante de alegría y paz”, apoyado en Dios.
El testimonio de Cecil Jackman: heridas de niño y adolescente
Cecil sufrió varias heridas emocionales graves de niño. A los 4 años, un cuidador abusó sexualmente de él. De alguna manera, empezó a pensar que, si hubiera sido niña, no le habrían dañado, y empezó a sentir esa confusión sobre su identidad.
Además, a él le gustaba recoger flores con su madre, pero su padre lo insultaba y golpeaba desde niño, llamándole gay por eso. Tampoco conseguía una relación de iguales con chicos en la escuela secundaria, porque no era nada atlético. Y en esa confusión, un profesor abusó de él.
En su adolescencia había sido cristiano y quería a Jesús, pero al ver que le atraían los varones, llegó a pensar que Dios era un "matón malvado" que desde el Cielo quería disfrutar con su condenación. Su padre en la tierra le odiaba y maltrataba, y pensaba que Dios, Padre en el Cielo, sería similar.
A partir de cierto momento, se rompió ese círculo: entendió que Dios le amaba. ¿Y la vergüenza, el autoodio? Citando Hebreos 12,2, vio que Jesucristo salvaba tomando la vergüenza sobre Sí, y llevándosela. “Cuando supe que podía confiar en Dios, mi sanación se aceleró drásticamente”. Hoy tiene esposa y tres hijos.
La importancia de poder recibir ayuda
Ken Williams, cofundador de Changed, pastor y padre de familia, dijo a The Christian Post que él a los 17 años había querido quitarse la vida, lleno de autocompasión, molesto porque Dios le "permitía sufrir" profundamente, y volcado en la amargura con mentalidad de víctima.
Pero un consejero cristiano le ayudó con terapia. Y hace décadas que no ha vuelto a tener esos sentimientos. Él recibió esperanza de otros, y hoy quiere ofrecer esa esperanza. Aquel sufrimiento, al final, fue un peldaño para una vida plena, cerca de Dios.
“En esa época, era legal recibir ayuda que se alineara con mis convicciones religiosas”, dijo. “Después de recibir ese tipo de ayuda, algunas personas cristianas increíbles me amaron constantemente, y salí de esa situación”, detalla. "Dios captó mi atención profundamente, me conoció profundamente y ha caminado conmigo, a mi lado”.
¿Qué tiene que decirle a alguien que sufre, atascado en heridas por confusión sexual o de género? "Le daría un abrazo y le diría: 'Oye, este es solo un día en tu vida, y hay toda una vida por delante si la deseas. Jesús ofrece nueva vida a las personas'».
Lea más testimonios de homosexuales que dejaron de serlo (aquí), o que optaron por una vida de fe, amistad y castidad con Cristo.
P.J.Ginés, ReL
Vea también Ideología de género: Sus peligros y alcances
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