Aquí podemos ofrecerle sólo unos cuantos aspectos
de las mil maravillas de la Santa Misa
Contemplando a María. |
Contemplando a María, comprenderemos mejor la fuerza transformadora que posee la Eucaristía. Al escucharla a ella, encontraremos en el misterio eucarístico la valentía y el vigor para seguir a Cristo, buen Pastor, y para servirle en los hermanos.
San Juan Pablo II Solemnidad de Corpus Christi 10 de junio de 2004 |
Ser María para Jesús. |
Quisiera ser como María, ser María para Jesús, ocupar el puesto de su madre. En mis Comuniones, a María la tengo siempre presente. De sus manos quiero recibir a Jesús, ella debe hacerme una sola cosa con Él. Yo no puedo separar a María de Jesús. ¡Salve! ¡Oh Cuerpo nacido de María! ¡Salve María, aurora de la Eucaristía!
Beata María Cándida de la Eucaristía |
Invocando el nombre de la Virgen María. |
"El que desee gustar de la dulzura escondida en el Sacramento del Altar y acercarse dignamente a este mismo Sacramento, ha de disponerse invocando el nombre de la Virgen María." (San Buenaventura)
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La Eucaristía y la Virgen |
La Eucaristía y la Virgen son las dos columnas que han de sostener nuestras vidas.
San Juan Bosco
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María puede guiarnos hacia este Santísimo Sacramento. |
Si queremos descubrir en toda su riqueza la relación íntima que une Iglesia y Eucaristía, no podemos olvidar a María, Madre y modelo de la Iglesia. En la Carta apostólica Rosarium Virginis Mariae, presentando a la Santísima Virgen como Maestra en la contemplación del rostro de Cristo, he incluido entre los misterios de la luz también la institución de la Eucaristía. Efectivamente, María puede guiarnos hacia este Santísimo Sacramento porque tiene una relación profunda con él.
San Juan Pablo II Ecclesia de Eucharistia 53
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Celebrar, hacer celebrar y participar en la santa Misa en honor de la Santísima Virgen. |
El santo sacrificio de la Misa siempre se ofrece a Dios en reconocimiento de su supremo dominio, pero esto no impide, dice el sagrado Concilio de Trento, que pueda ofrecerse a la vez a Dios en agradecimiento por las gracias concedidas a a su Santísima Madre y a los santos para que haciendo memoria de ellos se dignen interceder por nosotros. Por eso se dice en la Misa: "Para que a ellos les sirva de honor y a nosotros de salvación".
San Alfonso María de Ligorio Doctor de la Iglesia Las Gloria de María; Obseqio 10 |
María Santísima anticipó en sí misma lo que en nosotros sucede sacramentalmente. |
María concibió en la anunciación al Hijo divino, incluso en la realidad física de su cuerpo y su sangre, anticipando en sí lo que en cierta medida se realiza sacramentalmente en todo creyente que recibe, en las especies del pan y del vino, el Cuerpo y la Sangre del Señor.
San Juan Pablo II Carta Encíclica Ecclesia de Eucharistia, n. 55
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