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viernes, 15 de agosto de 2025

Evangelio del día - Asunción de la Virgen María al cielo


 

Apocalipsis 11,19a.12,1-6a.10ab.

En ese momento se abrió el Templo de Dios que está en el cielo y quedó a la vista el Arca de su Alianza, y hubo rayos, voces, truenos y un temblor de tierra, y cayó una fuerte granizada.
Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza.
Estaba embarazada y gritaba de dolor porque iba a dar a luz.
Y apareció en el cielo otro signo: un enorme Dragón rojo como el fuego, con siete cabezas y diez cuernos, y en cada cabeza tenía una diadema.
Su cola arrastraba una tercera parte de las estrellas del cielo, y las precipitó sobre la tierra. El Dragón se puso delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo en cuanto naciera.
La Mujer tuvo un hijo varón que debía regir a todas las naciones con un cetro de hierro. Pero el hijo fue elevado hasta Dios y hasta su trono,
y la Mujer huyó al desierto, donde Dios le había preparado un refugio para que allí fuera alimentada durante mil doscientos sesenta días.
Y escuché una voz potente que resonó en el cielo: "Ya llegó la salvación, el poder y el Reino de nuestro Dios y la soberanía de su Mesías, porque ha sido precipitado el acusador de nuestros hermanos, el que día y noche los acusaba delante de nuestro Dios.


Salmo 45(44),10bc.11.12ab.16.

Es la reina, adornada con tus joyas y con oro de Ofir.

Es la reina, adornada con tus joyas
y con oro de Ofir.
¡Escucha, hija mía, mira y presta atención!
Olvida tu pueblo y tu casa paterna,

y el rey se prendará de tu hermosura.
Él es tu señor: inclínate ante él;
Con gozo y alegría entran al palacio real.


Carta I de San Pablo a los Corintios 15,20-26.

Hermanos: Cristo resucitó de entre los muertos, el primero de todos.
Porque la muerte vino al mundo por medio de un hombre, y también por medio de un hombre viene la resurrección.
En efecto, así como todos mueren en Adán, así también todos revivirán en Cristo,
cada uno según el orden que le corresponde: Cristo, el primero de todos, luego, aquellos que estén unidos a él en el momento de su Venida.
En seguida vendrá el fin, cuando Cristo entregue el Reino a Dios, el Padre, después de haber aniquilado todo Principado, Dominio y Poder.
Porque es necesario que Cristo reine hasta que ponga a todos los enemigos debajo de sus pies.
El último enemigo que será vencido es la muerte,


Evangelio según San Lucas 1,39-56.

María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá.
Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo,
exclamó: "¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme?
Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno.
Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor".
María dijo entonces: "Mi alma canta la grandeza del Señor,
y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador,
porque él miró con bondad la pequeñez de tu servidora.
En adelante todas las generaciones me llamarán feliz".
Porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas:
¡su Nombre es santo!
Su misericordia se extiende de generación en generación
sobre aquellos que lo temen.
Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón.
Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos
y despidió a los ricos con las manos vacías.
Socorrió a Israel, su servidor,
acordándose de su misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abraham y de su descendencia para siempre".
María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

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Bulle

San Amadeo de Lausanne (1108-1159)
monje cisterciense, obispo
Homilía mariana VII (SC 72. Huit homélies mariales, Cerf, Paris, 1960)


Bendita eres entre todas las mujeres (Lc 1,42)

¿Quién celebrará dignamente las alabanzas de su santísima Asunción? ¿Quién puede decir con qué felicidad ella salió de su cuerpo, con qué felicidad vio a su Hijo, con qué alegría avanzó hacia el Señor, rodeada de coros de ángeles, llevada por el celo diligente de los apóstoles? Mientras tanto ella contemplaba al Rey en su belleza y veía a su Hijo esperarla en la gloria, libre de toda pena, tal como ella había sido exenta de toda mancha. Ella dejó la morada de su cuerpo para permanecer eternamente con Cristo. Ella pasó a la visión de Dios y su alma bienaventurada, más brillante que el sol, más elevada que el cielo, más noble que los ángeles, la exhaló hacia el Señor. (…)
Cuando vamos a la fuente de la vida, vamos a la vida. De la vida, de su flujo incesante, se bebe la vida eterna. Antes de su partida, la Virgen madre ya ha bebido en esta fuente inagotable, porque en su paso mismo, no fue tocada por el sabor de la muerte en lo más mínimo. Tan bien vio a su Hijo, que ella no sufrió de la separación de la carne. Se lanza, liberada, en una bienaventurada visión y, saciada del rostro tan deseado de Dios, encuentra los venerables habitantes del cielo, prontos a servirla y conducirla.  (EDD)

Reflexión sobre el cuadro

Todos hemos experimentado el poder de una buena visita, ya sea para ver a unos amigos o para recibir a otros en casa. Cuando se reciben con calidez y apertura, esos encuentros nos transforman, nos animan y nos bendicen. Algo parecido y mucho más profundo ocurre en el Evangelio de hoy, cuando María visita a su prima Isabel. Lucas describe cómo este encuentro las bendice a ambas: Isabel se llena del Espíritu Santo, y María, a su vez, estalla en alabanzas a través de su gran oración, el Magnificat. Isabel reconoce que, al acoger a María, acoge también al Señor que María lleva en su seno, llamándola "la madre de mi Señor". A través de este encuentro, también nosotros llegamos a ver a María como aquella a través de la cual Dios vino a visitar a su pueblo, y hoy la honramos por ese papel único.

Nuestro cuadro de Cola dell'Amatrice muestra la gloriosa Asunción en la mitad superior del cuadro. Nacido en la ciudad de Amatrice, fue contemporáneo de Rafael y Miguel Ángel, y estuvo profundamente influido por ellos. Trabajó en un estilo que mezcla las tradiciones de finales del Quattrocento (siglo XV) con el emergente Alto Renacimiento. Nuestro gran retablo representa una narración en dos partes, combinando la Dormición (Muerte) y la Asunción de la Virgen María en una única composición visual. Esta combinación era habitual en la iconografía mariana. En la parte inferior, María yace apaciblemente en su lecho de muerte, rodeada por los Apóstoles y los frailes dominicos (el cuadro fue encargado para una iglesia dominica). Sus rostros son expresivos y reverentes, y cada figura reacciona con una mezcla de asombro, dolor y devoción. Esta escena, a menudo conocida como la Dormitio Virginis, refleja una antigua tradición cristiana según la cual María no sufrió la muerte de forma ordinaria, sino que "se durmió" antes de ser asunta al cielo.

Arriba, la escena pasa a la gloria del cielo, donde María, pintada dentro de una mandorla, aparece elevada por ángeles, radiante y alegre, con las manos en pose solemne de oración. Rodeada de luz celestial y de coros de ángeles, asciende hacia su hijo Jesucristo y su Padre, que la acogen con majestad divina. Esta imagen celebra su glorificación, en cuerpo y alma, en el cielo, el corazón mismo de nuestra maravillosa fiesta de la Asunción.

by Padre Patrick van der Vorst

Oración

Recemos con la Virgen María el  Magnificat

jueves, 14 de agosto de 2025

Evangelio del día


 

Lectura del Evangelio

En aquel tiempo: Pedro se acercó y dijo a Jesús: 'Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí, y yo le perdono? ¿Hasta siete veces? Jesús le dijo: 'No te digo siete veces, sino setenta veces siete.

Por eso el Reino de los Cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. Cuando empezó a ajustar cuentas, le presentaron a uno que le debía diez mil talentos. Y como no podía pagar, su señor mandó que lo vendieran, con su mujer y sus hijos y todo lo que tenía, y que se le pagara. Entonces el siervo cayó de rodillas, suplicándole: "Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo". Y compadecido de él, el amo de aquel siervo lo soltó y le perdonó la deuda. Pero cuando ese mismo siervo salió, encontró a uno de sus consiervos que le debía cien denarios, y agarrándolo, empezó a estrangularlo, diciéndole: "Paga lo que debes." Entonces su consiervo se postró y le suplicó: "Ten paciencia conmigo y te pagaré". Él se negó y fue a meterlo en la cárcel hasta que pagara la deuda. Cuando sus consiervos vieron lo que había sucedido, se entristecieron mucho, y fueron a informar a su amo de todo lo que había pasado. Entonces su señor lo llamó y le dijo: "¡Siervo malvado! Te perdoné toda aquella deuda porque me suplicaste. ¿No deberías haber tenido piedad de tu consiervo, como yo tuve piedad de ti?". Y enojado, su señor lo entregó a los carceleros, hasta que pagara toda su deuda. Así hará también mi Padre celestial con cada uno de vosotros, si no perdonáis de corazón a vuestro hermano.'

Terminadas estas palabras, Jesús se alejó de Galilea y entró en la región de Judea, al otro lado del Jordán.


 

Reflexión sobre el cuadro

En el Evangelio de hoy, Jesús cuenta una parábola sobre un siervo al que su amo perdona generosamente una gran deuda, pero se niega a ofrecer el mismo perdón a otro siervo que le debe mucho menos. La historia es a la vez un poderoso recordatorio de la abundante misericordia de Dios y un claro desafío a reflejar esa misericordia en la forma en que nos tratamos unos a otros. Jesús enseña que el perdón que recibimos de Dios conlleva una responsabilidad: extender esa misma gracia a los demás cuando nos la pidan.

En el mundo bíblico, el número siete simboliza la plenitud o la totalidad. Perdonar a alguien siete veces habría sido visto como ofrecer un perdón completo y suficiente (más que razonable para los estándares humanos). Sin embargo, Jesús va mucho más allá de esa expectativa, llamando a sus seguidores a perdonar no sólo siete veces, sino setenta y siete veces. En otras palabras, nuestra disposición a perdonar no debería tener límites.

La Parábola del siervo que no perdona, pintada por Claude Vignon en 1629, ilustra vívidamente el dramático momento en que el siervo cae de rodillas, implorando al Rey: "Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo". Podemos ver su mirada hacia el Rey, como suplicante y desesperada. El Rey es pintado con bondad en los ojos, en el momento de estar dispuesto a perdonar la deuda. Los libros de contabilidad rodean al Rey junto a algunas monedas, probablemente de otros deudores que vinieron a cumplir con su deber y pagaron su deuda al Rey. El uso que hace Vignon de ricas telas, gestos dramáticos e iluminación en claroscuro refleja el estilo barroco, realzando el impacto emocional de la escena.

by Padre Patrick van der Vorst

Oración

... Perdona nuestras ofensas...

miércoles, 13 de agosto de 2025

Evangelio del día


 

Deuteronomio 34,1-12.

Moisés subió de las estepas de Moab al monte Nebo, a la cima del Pisgá, frente a Jericó, y el Señor le mostró todo el país: Galaad hasta Dan,
todo Neftalí, el territorio de Efraím y Manasés, todo el territorio de Judá hasta el mar Occidental,
el Négueb, el Distrito y el valle de Jericó - la Ciudad de las Palmeras - hasta Soar.
Y el Señor le dijo: "Esta es la tierra que prometí con juramento a Abraham, a Isaac y a Jacob, cuando les dije: "Yo se la daré a tus descendientes". Te he dejado verla con tus propios ojos, pero tú no entrarás en ella".
Allí murió Moisés, el servidor del Señor, en territorio de Moab, como el Señor lo había dispuesto.
El mismo lo enterró en el Valle, en el país de Moab, frente a Bet Peor, y nadie, hasta el día de hoy, conoce el lugar donde fue enterrado.
Cuando murió, Moisés tenía ciento veinte años, pero sus ojos no se habían debilitado, ni había disminuido su vigor.
Los israelitas lloraron a Moisés durante treinta días en las estepas de Moab. Así se cumplió el período de llanto y de duelo por la muerte de Moisés.
Josué, hijo de Nun, estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había impuesto sus manos sobre él; y los israelitas le obedecieron, obrando de acuerdo con la orden que el Señor había dado a Moisés.
Nunca más surgió en Israel un profeta igual a Moisés - con quien el Señor departía cara a cara -
ya sea por todas las señalas y prodigios que el Señor le mandó realizar en Egipto contra el Faraón, contra todos sus servidores y contra todo su país,
ya sea por la gran fuerza y el terrible poder que él manifestó en presencia de todo Israel.


Salmo 66(65),1-3a.5a.8.16-17.

¡Bendito sea Dios, que nos concedió la vida!

¡Aclame al Señor toda la tierra!
¡Canten la gloria de su Nombre!
Tribútenle una alabanza gloriosa,
digan al Señor: «¡Qué admirables son tus obras!»

Vengan a ver las obras del Señor,
las cosas admirables que hizo por los hombres.
Bendigan, pueblos, a nuestro Dios,
hagan oír bien alto su alabanza:

Los que temen al Señor, vengan a escuchar,
yo les contaré lo que hizo por mí:
apenas mi boca clamó hacia él,
mi lengua comenzó a alabarlo.


Evangelio según San Mateo 18,15-20.

Jesús dijo a sus discipulos:
Si tu hermano peca, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano.
Si no te escucha, busca una o dos personas más, para que el asunto se decida por la declaración de dos o tres testigos.
Si se niega a hacerles caso, dilo a la comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, considéralo como pagano o publicano.
Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo.
También les aseguro que si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá.
Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos.

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

Bulle

Isaac de Stella (¿-c. 1171)
monje cisterciense
Sermon 11, 13


«Todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo y lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo»

Todo lo del Esposo y la esposa es común: el honor de recibir la confesión y el poder de la remisión. Es la razón de esta palabra:«Vete y muéstrate al sacerdote»(Mt 8, 4)... La Iglesia no puede por tanto restablecer nada sin Cristo; y Cristo no quiere restablecer nada sin la Iglesia. La Iglesia no puede restablecer nada salvo al penitente, es decir lo que Cristo primero ha tocado.
Cristo no quiere reservarse ninguna remisión que la Iglesia menosprecie. Cristo todopoderoso puede todo por sí mismo: bautizar, consagrar la Eucaristía, ordenar, perdonar los pecados, y el resto; pero, el Esposo humilde y fiel, no quiere hacer nada sin la esposa. «Lo que Dios ha unido, que el hombre por tanto no lo separe»(Mt 19,6).«Este gran misterio, yo lo refiero a Cristo y a su Iglesia»(Ef 5,32)...Guárdate tú bien de separar la cabeza del cuerpo; no impidas que Cristo exista todo entero; pues Cristo no está jamás entero sin la Iglesia, y la Iglesia no puede ser sin Cristo. El Cristo total, integral, es cabeza y cuerpo. (EDD)

Oración

Padre, me presento ante Ti en oración y creyendo en fe. Tu PALABRA dice que Tu deseo es que todos sean salvos y que vengan al conocimiento de la verdad; así que en este día te traigo a ____________ y lo presento ante Ti.

En el nombre de Jesús destruyo el poder, los planes y las asechanzas de Satanás sobre la vida de ____________________. Y ahora, mientras Satanás está atado, te pido que envíes a los obreros idóneos para que compartan las buenas nuevas del evangelio, y que lo hagan de una forma en que él/ella escuche y entienda. Mientras la verdad está siendo ministrada, creo que ____________________ entrará en sus sentidos, será libre de las ataduras del diablo, y aceptará a Jesús como el SEÑOR de su vida.

Padre, te pido que llenes a ____________________ con el conocimiento de Tu plena voluntad en toda sabiduría y entendimiento espiritual. Mientras intercedo a su favor, creo que el poder del Espíritu Santo está obrando, y desde este momento te alabo y te agradezco por la salvación de ____________________.

Estoy seguro de que estás atento y activo, velando para que Tu PALABRA se cumpla. Ésta no regresará a Ti vacía. Pues cumplirá lo que a Ti te agrada, y prosperará para lo que la enviaste. Por tanto, mi confesión de fe es: “Dios ha comenzado la buena obra en la vida de ____________________, la perfeccionará y la completará hasta el día de Jesucristo. En el nombre de Jesús, amén.  (es,kmc.org)

Reflexión sobre el cuadro

Todos nos equivocamos de vez en cuando. Decimos o hacemos cosas que causan daño, lo pretendamos o no. En esos momentos, puede ser realmente útil que alguien a quien conocemos y en quien confiamos tenga el valor de decirnos amablemente dónde nos hemos desviado. No es fácil hacerlo; hace falta valentía para hablar y humildad para escuchar y aceptar que la otra persona puede tener razón.

En el Evangelio de hoy, Jesús habla de la necesidad, a veces, de enfrentarse a alguien por una falta, no con dureza, sino con amor. Para él, esto forma parte de la responsabilidad que tenemos los unos para con los otros: guiarnos y animarnos mutuamente a vivir correctamente. Estamos llamados a apoyarnos mutuamente en nuestro esfuerzo por hacer la voluntad de Dios. Pero esta llamada debe equilibrarse con lo que Jesús dice en otra parte: antes de intentar sacar la paja del ojo ajeno, debemos sacar primero la viga del nuestro. En otras palabras, debemos ser siempre más conscientes de nuestros propios defectos que de las faltas de los demás. Si alguna vez tenemos que corregir a alguien, lo hacemos siendo realmente conscientes de nuestras propias debilidades, y siempre en un espíritu de compasión y lucha compartida.

 

La calumnia de Apeles, de Sandro Botticelli, es un poderoso contraejemplo del tipo de corrección fraterna de la que habla Jesús en el Evangelio. En lugar de la verdad humilde basada en la oración y el amor, este cuadro muestra lo contrario destructivo: la calumnia, el orgullo y el juicio precipitado. En el extremo izquierdo La verdad, desnuda y apuntando al cielo. La "verdad desnuda", como decimos a veces. A su lado está Arrepentimiento, vestido de negro, solemne y retraído. En el centro del cuadro se encuentra el víctima inocente,semidesnuda e indefensa en el suelo, siendo arrastrado por el pelo por Calumnia (Calumnia), una figura ricamente vestida de blanco y azul que blande una antorcha encendida, símbolo de la peligrosa seducción y propagación de la mentira. Justo detrás de ella, Fraude arregla cuidadosamente el pelo de Calumny, mientras Conspiración, vestido de rojo y amarillo, se cierne sobre la víctima, reforzando la atmósfera de traición. A la derecha Envidia, una figura oscura, encapuchada, que extiende su mano hacia los ojos del rey, nublando literalmente su visión. El rey, sentado en un trono y vistiendo el orejas de burro del rey Midas (símbolo de la insensatez) está flanqueado por Ignorancia y Sospechaque susurran a sus oídos y los sujetan con fuerza, dirigiendo su juicio. La escena capta el poder devastador del falso juicio y la manipulación, advirtiendo del peligro de corregir a los demás sin humildad, oración o una visión clara de la verdad.

by Padre Patrick van der Vorst


martes, 12 de agosto de 2025

Evangelio del día


 

Deuteronomio 31,1-8.

Moisés fue a decir estas palabras a todo Israel:
"Ya tengo ciento veinte años. En adelante no podré ejercer ninguna actividad; además, el Señor me dijo: 'Tu no pasarás el Jordán'.
El Señor, tu Dios, es el que cruzará delante de ti; él eliminará de tu presencia a todas esas naciones, y tú las desposeerás de sus dominios. Será Josué el que cruzará al frente de ti, como el Señor lo ha ordenado.
El Señor tratará a esas naciones como trató a Sijón y a Og - los reyes amorreos - y a sus países, cuando los destruyó por completo.
El las pondrá en tus manos, y entonces ustedes deberán comportarse con ellas conforme a la orden que les di.
¡Sean fuertes y valientes! No tengan miedo ni tiemblen ante ellas. Porque el Señor, tu Dios, te acompaña, y él no te abandonará ni te dejará desamparado".
Después Moisés llamó a Josué y le dijo en presencia de todo Israel: "Sé fuerte y valiente. Tú irás con este pueblo hasta la tierra que el Señor les dará porque así lo juró a sus padres, y tú los pondrás en posesión de ella.
El Señor irá delante de ti, él estará contigo y no te abandonará ni te dejará desamparado. No temas ni te acobardes".


Deuteronomio 32,3-4a.7.8.9.12.

Yo voy a proclamar el nombre del Señor:
¡den gloria a nuestro Dios!
Él es la Roca: su obra es perfecta,
Acuérdate de los días lejanos,
considera las épocas pasadas;
pregúntale a tu padre, y él te informará,
a los ancianos, y ellos te lo dirán:
Cuando el Altísimo dio una herencia a cada nación,
cuando distribuyó a los hombres,
él fijó las fronteras de los pueblos
según el número de los hijos de Dios.
Pero la parte del Señor es su pueblo,
la porción de su herencia es Jacob.
El Señor solo lo condujo,
no había a su lado ningún dios extranjero.


Evangelio según San Mateo 18,1-5.10.12-14.

En aquel momento los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: "¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?".
Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos
y dijo: "Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos.
Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos.
El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí mismo.
Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial."
¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y una de ellas se pierde, ¿no deja las noventa y nueve restantes en la montaña, para ir a buscar la que se extravió?
Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se extraviaron.
De la misma manera, el Padre que está en el cielo no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños."


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Bulle

San Vicente de Paúl (1581-1660)
presbítero, fundador de la Congregación de la Misión y las Hijas de la Caridad
Conversaciones con las Hijas de la Caridad (Entretiens aux Filles de la Charité, IX, 11 juillet 1650, Gabalda), trad. sc©evangelizo.org


Lo que agrada a Dios

Piensen, mis hermanas, cuánto le agrada a Dios un alma atenta a él, cuidadosa de ofrecerle todo lo que ella comienza a realizar. Ni lo podemos imaginar, hermanas, y con gran razón decimos que eso da alegría a Dios. Si, es su alegría, su delicia. Esto sería semejante a la situación de un niño que cuidase de aportar a su padre todo lo que le dieran. Si alguien le da algo, no reposa hasta encontrar a su padre: “Tome, papá, lo que tengo. Me lo han dado por lo que hice”. Ese padre tendrá un indecible gusto al ver la docilidad de ese niño y sus pequeñas señales de amor y dependencia.
Lo mismo, queridas hermanas, sucede con Dios, en un grado muy superior. Un alma desde la mañana le dice: “Dios mío, le ofrezco todo lo que me sucederá en este día”. Además, en las ocasiones que se presentan para actuar o sufrir, dirige una mirada a su divina Majestad para decirle en el lenguaje del silencio: “Dios mío, he aquí lo que haré por amor: este encuentro es duro y difícil de soportar, pero por su amor, nada es imposible”. Hijas mías, Dios aumente la gracia, en la medida que su bondad ve el uso que el alma hace. Si ella tuvo hoy la fuerza para superar una dificultad, ella lo tendrá mañana para ir más allá de otras dificultades, aún más grandes y difíciles. (EDD)

Reflexión sobre el cuadro

Los Evangelios están llenos de preguntas. Algunas las plantea el propio Jesús, otras provienen de quienes se le oponen, y muchas son formuladas por sus propios discípulos. En la lectura del Evangelio de hoy, uno de los discípulos se acerca a Jesús con una pregunta sorprendente: "¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?". Es una pregunta que nos dice algo sobre la naturaleza humana: nuestra preocupación por el rango, el reconocimiento y la influencia. Detrás de ella puede haber una pregunta aún más aguda: "¿Qué debemos hacer para llegar a ser los más grandes?".

Jesús responde y no empieza hablando de grandeza en absoluto, sino que se centra en algo mucho más fundamental: simplemente entrar en el reino de los cielos. Entrar en el reino de los cielos es a lo que tenemos que aspirar; ésa es la mayor llamada de todas. Para ello, dice, debemos transformarnos y llegar a ser como niños pequeños. En tiempos de Jesús, los niños no tenían estatus legal ni posición social; dependían totalmente de los demás, especialmente de sus padres, en todos los aspectos de su vida. Jesús invita a sus seguidores a adoptar ese mismo espíritu de humilde dependencia. Nos llama a confiar plenamente en el Padre amoroso, a recibir en vez de aferrarnos, y a renunciar a cualquier deseo de autopromoción.

Es un mensaje que va en contra de los instintos de toda comunidad humana, incluso entre discípulos. Jesús desafía la búsqueda de poder y estatus y, en su lugar, llama a la humildad. Humildad que se muestra en nuestro encantador cuadro de Sir Joshua Reynolds, que representa al pequeño Samuel en oración. Pintado en 1777, es una tierna imagen de la devoción juvenil. El cuadro, que representa al personaje del Antiguo Testamento Samuel como un niño pequeño arrodillado orando seriamente, capta un profundo sentido de inocencia, humildad y apertura a Dios. Con sus pequeñas manos entrelazadas y los ojos suavemente levantados, Samuel se convierte en un símbolo del tipo de confianza y dependencia infantil de la que habla Jesús en los Evangelios cuando dice: "Si no os hacéis como niños, no entraréis en el Reino de los Cielos." Reynolds, un maestro del retrato, transmite maravillosamente la pureza del corazón del niño y la tranquila presencia de Dios.

by Padre Patrick van der Vorst

Oración

Señor Jesús, manso y humilde.
Desde el polvo me sube y me domina esta sed de que todos me estimen, de que todos me quieran.
Mi corazón es soberbio. Dame la gracia de la humildad,mi Señor manso y humilde de corazón.

No puedo perdonar, el rencor me quema, las críticas me lastiman, los fracasos me hunden, las rivalidades me asustan.

No sé de donde me vienen estos locos deseos de imponer mi voluntad, no ceder, sentirme más que otros... Hago lo que no quiero. Ten piedad, Señor, y dame la gracia de la humildad.

Dame la gracia de perdonar de corazón, la gracia de aceptar la crítica y aceptar cuando me corrijan. Dame la gracia, poder, con tranquilidad, criticarme a mi mismo.

La gracia de mantenerme sereno en los desprecios, olvidos e indiferencias de otros. Dame la gracia de sentirme verdaderamente feliz, cuando no figuro, no resalto ante los demás, con lo que digo, con lo que hago.

Ayúdame, Señor, a pensar menos en mi y abrir espacios en mi corazón para que los puedas ocupar Tu y mis hermanos.

En fin, mi Señor Jesucristo, dame la gracia de ir adquiriendo, poco a poco un corazón manso, humilde, paciente y bueno.

Cristo Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo. Asi sea.

(P. Ignacio Larrañaga)


lunes, 11 de agosto de 2025

Benedicto XVI, en una carta hasta ahora inédita, explica su renuncia, «incuestionable e indudable»

Escribió a su amigo Nicola Bux, veterano en la Curia, refutando las objeciones

Un anciano Papa emérito Benedicto XVI en 2015, con 88 años; aún viviría 7 años más

Un anciano Papa emérito Benedicto XVI en 2015, con 88 años; aún viviría 7 años másAFP Gregorio Borgia

En Italia se acaba de publicar el libro Realidad y utopía en la Iglesia, escrito por Nicola Bux, de 77 años, amigo y colaborador de Benedicto XVI, con colaboración de Vito Palmiotti. Adelanta una exclusiva La Nuova Bussola Quotidiana.

Bux, sacerdote y monseñor que trabajó en la Curia durante muchos años (en Doctrina de la Fe, en Culto Divino, en el Sínodo de la Eucaristía de 2005 y el de Oriente Medio de 2010), publica en ese libro una fotocopia de una carta, hasta ahora inédita, que le envió Benedicto XVI después de su renuncia.

Como Bux le había planteado las perplejidades que le suscitaba la renuncia (también desde puntos de vista canónicos y jurídicos) Benedicto XVI le respondió con cierto nivel de detalle en ese mismo año de 2014.

Un libro de Nicola Bux, colaborador de Benedicto XVI, explora su renuncia y otras novedades eclesiales

Un libro de Nicola Bux, colaborador de Benedicto XVI, explora su renuncia y otras novedades eclesiales

"Incuestionable e indudable"

El ya Papa emérito explicaba a su viejo amigo: «Dogmática y canónicamente, siempre ha sido incuestionable e indudable que el Papa puede renunciar libremente, y que su renuncia es plenamente válida; el suyo también es un cargo, que puede aceptarse y ejercerse, y al que también se puede renunciar con plenos efectos, dejando así vacío el cargo y todo lo relacionado con él».

Como circulaban comentarios de algunos historiadores o teólogos que criticaban la renuncia, Benedicto respondía que "no son verdaderos historiadores, ni siquiera teólogos. Las especulaciones que proponen –a la renuncia al papado– me resultan absurdas. Decir que con mi renuncia habría dejado 'solo el ejercicio del ministerio y no también el munus' es contrario a la clara doctrina dogmática y canónica. Si algunos periodistas hablan de un 'cisma progresivo', no merecen ninguna atención».

Benedicto considera en esa carta que "el paralelismo entre el obispo diocesano y el obispo de Roma respecto a la cuestión de la renuncia está bien fundado". Así, el obispo de Roma, como cualquier otro obispo, puede decidir renunciar a su cargo.

También Juan Pablo II se lo planteó

Benedicto además revela que su predecesor también había ponderado la posibilidad de renunciar. «Sé que el Papa Juan Pablo II, al acercarse su 75º cumpleaños, reflexionó seriamente sobre si no sería correcto retirarse de su ministerio petrino. Su decisión de no retirarse fue acertada, pero él mismo estaba convencido del paralelismo».

Benedicto también defiende el derecho de un Romano Pontífice a hablar y escribir fuera del «oficio de Papa», como él mismo hizo al seguir escribiendo libros durante su pontificado, como su serie histórica y filosófica sobre Jesús. El oficio de Papa sería, dice, «una misión del Señor».

Importancia de esta carta

La carta tiene fecha de 21 de agosto de 2014, poco más de un año después de la renuncia de Benedicto. Da testimonio de la firmeza doctrinal y claridad de decisión con la que Benedicto renunció a su peculiar ministerio.

La existencia de la misiva era conocida, pero Nicola Bux nunca quiso publicarla para evitar avivar más la controversia. Circulaban ideas extrañas que pretendían presentar la renuncia como algo inválido y a Francisco como un Papa ilegítimo.

El mismo Benedicto tuvo que desdeñar a veces, y refutar otras, estas teorías. En su libro-entrevista Últimas conversaciones, con su biógrafo Peter Seewald, respondía así a las teorías sobre supuestas presiones, amenazas o chantajes para hacerle dimitir sin libertad:«Todo son tonterías. Nadie intentó chantajearme. Ni siquiera lo hubiera permitido». 

Jesús M.C., ReL

Vea también   La Importancia Fundamental de la Fe
- Benedicto XVI


Beneficios de pasar tiempo de calidad con tus hijos

pasar tiempo con los hijos

Dedicar el tiempo a tus hijos, para pasar tiempo de calidad, no solo servirá a su desarrollo cognitivo, ¡también hay beneficios en los padres!

En un mundo donde el tiempo en familia parece cada vez más escaso, una de las inversiones más valiosas que puede hacer un padre o madre es dedicar tiempo de calidad a sus hijos. 

Más allá de los regalos o actividades costosas, lo que realmente deja huella en el corazón de un niño y en la vida de los padres es la presencia, la escucha, y los momentos compartidos con atención plena. 

Nunca es tarde para hacer el tiempo y espacio para convivir con tus hijos y compartir numerosos momentos con ellos.

¿Qué es el tiempo de calidad?

pasar tiempo con los hijos

El tiempo de calidad no se trata de cantidad, sino de atención consciente y conexión emocional. Puede ser tan simple como leer un cuento juntos, cocinar en familia, jugar un juego de mesa, conversar durante una caminata, o incluso compartir una comida sin pantallas de por medio.

Mejora la calidad de vida

Según estudios de Journal of Epidemiology and Community Health, explica que la calidad de vida de aquellos quienes tienen hijos y pasan tiempo con ellos, teniendo una esperanza de vida de 24,6 años, comparado a quienes no tienen descendencia con 23,1 años. 

Lo que genera este impacto positivo en los padres es el apoyo social y emocional de sus hijos. A su vez, forma parte de la motivación en los mismos padres para procurar su salud y estar bien para sus hijos. 

A continuación, te mostramos algunas maneras en las que puedes aprovechar para pasar tiempo de calidad con tus hijos.

1Juega con ellos

Esta actividad puede parecer agotadora después del trabajo; sin embargo, unos minutos bastarán y renovarán tu energía. Puedes preguntarles qué juego les gusta, o bien, dejar volar su creatividad. Por ejemplo, jugar a alguna profesión o salir al parque a practicar algún deporte.

2Platica con tus hijos

A veces una simple conversación en el comedor puede beneficiar mucho a los hijos. De esta manera ellos verán tu interés genuino por ellos y así se sentirán con la confianza de abrirse contigo. 

3Haz una actividad para cada hijo

Sabemos que no todos los niños tienen los mismos gustos, por lo que puedes dedicar un tiempo especial a la semana para cada uno de ellos y así convivir de una manera en la que cada uno de tus hijos se sienta cómodo. 

4Leer un cuento antes de dormir

leer cuentos a los hijos

Esta sencilla actividad te unirá más a tus hijos y además fortalecerá el vínculo entre ustedes, de modo que prolongue la vida de los padres, mientras que los niños desarrollan habilidades educativas.

5Momento sin pantallas

Tener espacios sin pantallas, puede propiciar la convivencia entre toda la familia. Este acto propiciará la convivencia y charla entre ustedes, teniendo una convivencia sin distracciones. 

6Una sencilla pregunta

Por último, puedes cerrar el día haciéndote una esta pregunta al finalizar el día: ¿Qué fue lo que más te gustó de tu día? 

Llevar a la práctica cada una de estas actividades y pasar tiempo de calidad con los hijos no solo construye recuerdos imborrables, sino que también fortalece la salud mental, emocional y física de toda la familia. 

En una época de velocidad y distracciones, detenernos para mirar a los ojos, escuchar con atención y reír juntos se convierte en un acto poderoso de amor y de salud.

Karen Hutch, Aleteia

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