
Aunque nos hayan enseñado que Jesús está presente en la Sagrada Eucaristía, en la práctica muchos de nosotros podemos vivir como si no creyéramos realmente en la enseñanza del cuerpo y sangre de Cristo -Corpus Christi-.
Podemos asistir fielmente a Misa cada domingo y recibir la Sagrada Comunión cada vez, pero el acto de recibir la Hostia consagrada tiene poco efecto en nuestras vidas.
Lo que nos puede suceder a muchos es que, cuanto más comulgamos, más recibimos la Hostia como si fuera un trozo de pan ordinario.
Esto no le sucede a todo el mundo, pero es un escenario común con el que muchos católicos luchan regularmente.
¿Cómo podemos reavivar nuestra fe en la Sagrada Eucaristía?
Corpus Christi

San Juan Pablo II señaló el Corpus Christi como un día en el que debemos renovar nuestra creencia en la Presencia Real de Jesús en la Eucaristía. Habló de ello durante una homilía en el año 2000:
Quisiéramos quedarnos con Cristo y por eso le decimos con Pedro: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna" (Jn 6, 68). Con la misma convicción de Pedro, arrodillémonos hoy ante el sacramento del altar y renovemos nuestra profesión de fe en la presencia real de Cristo.
De hecho, san Juan Pablo II dijo inmediatamente después de estas palabras: "Este es el sentido de la celebración de hoy".
Volvió a reflexionar sobre esta idea en la fiesta del Corpus Christi de 2001:
"Cristo muerto y resucitado por nosotros está realmente presente en la Sagrada Eucaristía.
En el Pan y el Vino consagrados permanece con nosotros el mismo Jesús de los Evangelios, a quien los discípulos conocieron y siguieron, a quien vieron crucificado y resucitado, cuyas llagas tocó Tomás, exclamando postrado en adoración: '¡Señor mío y Dios mío!' (Jn 20,28)" (cf. ibíd., 17-20).
Milagros eucarísticos
Si sientes que te falta fe en la Sagrada Eucaristía, pide a Dios que te ayude a renovar esa fe en la fiesta del Corpus Christi. Él puede concederte las gracias necesarias para avivar esa devoción.
También podrías examinar los muchos milagros eucarísticos que desafían la explicación científica, maravillándote de cómo Dios levanta a veces el velo de la Eucaristía para mostrar su presencia de un modo más físico.
Jesús está ahí, presente de una manera única en la Sagrada Eucaristía. Depende de nosotros fomentar esa creencia, dejando que su presencia penetre en lo más profundo de nuestro corazón.
Conoce algunos de los milagros eucarísticos reconocidos por la Iglesia en esta galería de imágenes:
Philip Kosloski, Aleteia
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