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domingo, 3 de agosto de 2025

Evangelio del día - ¿No sería muchísimo mejor escucharlo con la familia proclamado en la Santa Misa Dominical presencial?


 

Primera lectura

Lectura del libro del Eclesiastés 1, 2; 2, 21-23

Vaciedad sin sentido, dice el Predicador,
vaciedad sin sentido; todo es vaciedad.

Hay quien trabaja con destreza,
con habilidad y acierto,
y tiene que legarle su porción
al que no la ha trabajado.
También esto es vaciedad y gran desgracia.

¿Qué saca el hombre de todo su trabajo
y de los afanes con que trabaja bajo el sol?

De día dolores, penas y fatigas;
de noche no descansa el corazón.
También esto es vaciedad.

Salmo

Salmo 89, 3-4. 5-6. 12-13. 14 y 17 R/. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán».
Mil años en tu presencia son un ayer que pasó;
una vela nocturna. R/.

Si tú los retiras
son como un sueño,
como hierba que se renueva
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca. R/.

Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos. R/.

Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos.
Sí, haga prósperas las obras de nuestras manos. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Colosenses 3, 1-5. 9-11

Hermanos:

Si habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.

Porque habéis muerto; y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida vuestra, entonces también vosotros apareceréis gloriosos, juntamente con él.

En consecuencia, dad muerte a todo lo terreno que hay en vosotros: la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia y la avaricia, que es una idolatría.

¡No os mintáis unos a otros!: os habéis despojado del hombre viejo, con sus obras, y os habéis revestido de la nueva condición que, mediante el conocimiento, se va renovando a imagen de su Creador, donde no hay griego y judío, circunciso e incircunciso, bárbaro, escita, esclavo y libre, sino Cristo, que lo es todo, y en todos.

Evangelio del día

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 12, 13-21

En aquel tiempo, dijo uno de entre la gente a Jesús:
«Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia».

Él le dijo:
«Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?».

Y les dijo:
«Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes».

Y les propuso una parábola:
«Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos, diciéndose: “¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”.

Y se dijo: “Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente”.

Pero Dios le dijo:
“Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?”.

Así es el que atesora para SÍ y no es rico ante Dios».

Palabra del Señor

Reflexión sobre el dibujo

La parábola de hoy ofrece un vívido retrato de alguien cuya vida gira enteramente en torno a sí mismo. Empieza siendo un hombre rico y se hace aún más rico después de una cosecha excepcional. Se hace una pregunta importante: "¿Qué hago ahora? Pero la respuesta que da es totalmente egoísta. En lugar de pensar en los demás o dar las gracias, decide derribar sus graneros (que ya eran suficientes) y construir otros más grandes para acumular sus excedentes. Su atención se centra por completo en la posesión y la conservación. Todo se centra en sí mismo en el lenguaje que utiliza: mis cosechas, mis graneros, mi grano, mis bienes, incluso mi alma. Pero lo que no comprende es que, para empezar, su alma nunca fue suya. Pertenecía a Dios, y cuando Dios le llamó a casa, no tenía nada duradero que ofrecer... sólo bienes almacenados y planes egoístas.

Jesús nos cuenta esta historia como una advertencia contra la codicia y la ilusión de que nuestra seguridad reside en nuestras posesiones. Antes, en el Evangelio de Lucas, Jesús nos enseña que la verdadera seguridad viene de escuchar sus palabras y vivir de acuerdo con ellas: como la persona sabia que construye su casa sobre roca sólida, capaz de resistir las tormentas de la vida. Al final, no es a lo que nos aferramos lo que nos hace seguros, sino lo profundamente arraigados que estamos en Cristo y en sus enseñanzas. Sólo unas raíces y unos cimientos adecuados perdurarán.

Este dibujo a pluma, tinta y acuarela representa el interior de un granero rústico construido sobre los restos derruidos de unas ruinas romanas. Las antiguas piedras romanas, que antaño formaban parte de un edificio grandioso y aparentemente indestructible, han quedado reducidas a meros cimientos de una sencilla estructura agrícola. Pero incluso este humilde granero es temporal. Con el tiempo, también se deteriorará y dará paso a otra cosa, quizá otro edificio o sucumbirá a la maleza. La imagen ilustra de forma silenciosa pero poderosa la transitoriedad de todas las cosas terrenales. Por muy permanente que parezca algo, ya sea un templo romano o un granero de madera maciza, un día se desvanecerá, será sustituido, olvidado... Este dibujo nos recuerda que no debemos aferrarnos demasiado a las posesiones o los logros terrenales, que acaban por desaparecer.

El dibujo es obra de Johann Heinrich Ramberg (1763-1840), un prolífico artista alemán conocido por su producción teatral y narrativa. Ilustrador de obras literarias, Ramberg también se dedicó al diseño de escenografías, y es probable que esta pieza en concreto estuviera destinada a una ópera o una obra de teatro. Su habilidad para fusionar la precisión arquitectónica con la atmósfera emocional hizo que su obra fuera especialmente adecuada para el arte dramático. Como pintor de la corte de Hannover y alumno de Sir Joshua Reynolds en Londres, la carrera de Ramberg tendió puentes entre el mundo de las bellas artes, la literatura y el espectáculo.

by Padre Patrick van der Vorst



(Kote Misye Kache)

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