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miércoles, 10 de septiembre de 2025

Mauricio Sartorius miró a su hermano y pensó: «Estoy viendo a Jesús en él, estoy hablando con Jesús»

 Javier Sartorius, juerguista y rico, murió tras 10 años como ermitaño pobre; lo cuenta el filme «Sólo Javier»

Mauricio Sartorius.

Mauricio Sartorius en una foto de 2024; cuenta a ReL su relación con su hermano Javier, y la película que habla de su conversión, vida y muerte .

Ya se ha pre-estrenado este jueves en Madrid la película Sólo Javier, que cuenta la conversión e historia de fe de Javier Sartorius Milans del Bosch, campeón de pádel tenis en EEUU, de familia acomodada y muy conocida en Madrid, que pasó 10 años de ermitaño pobre en el santuario de Lord, en la Cataluña central, y murió joven, animando a muchos a hacerse las grandes preguntas. El estreno en cines para el gran público español es el 12 de septiembre. A Perú llega el 13 de noviembre.

Hablamos con Mauricio Sartorius, su hermano, un hombre de fe viva, una fe que ha alimentado también en Lord y en el ejemplo de Javier. Mauricio dice que está conociendo muchos "santos de la puerta de al lado".

- Mauricio, ¿usted ya ha visto la película? ¿Le encuentra alguna pega?

- La hemos visto algunos de la familia, y con algunos de los testimonios que intervienen. Es una gran película. Por buscarle una pega, diría que es un pelín larga. Y eso que le falta la parte de Dallas, en Texas. Quizá se podría recortar un poco la parte en que Javier fue misionero en Perú. Claro que ahora tenemos un Papa ¡que también fue misionero en Perú y que también le gusta el tenis! Fíjate que en mayo el Papa recibió a Jannik Sinner.

- ¿Qué pasó en Dallas con Javier Sartorius?

- Mi padre había mandado a mis hermanos, Javier y Fernando, a Estados Unidos, a que espabilaran. Javier tenía 17 años. "Sois un gasto, queridos, poneros las pilas", dijo papá. Eran un desastre estudiando y los echaron de colegios. Pero después pudieron entrar en otros con una beca por el tenis. Papá les pasaba un poquito de dinero, poco, así que ellos ¡incluso se pusieron a vender aspiradoras! Javier se hizo comercial. Pero luego se pusieron a dar clases de tenis.

En España, Manolo Santana, el famoso tenista, había querido tomar a Javier de discípulo, pero papá lo había impedido. Pero en EEUU Javier estaba en la misma academia de tenis por donde pasó André Agassi. Agassi era compañero de cuarto de mis hermanos, y en esa época ¡no le gustaba el tenis! Luego sería famosísimo. En fin, en Texas fue donde mis hermanos consiguieron un poco de dinero, y desconectaron algo de nuestra familia. Llamaban muy poco, pasaron dos años sin volver a España. Y se fueron a Los Ángeles, a vivir a su aire.

- En la película sí cuentan esa experiencia de Los Ángeles...

- Sí, en Venice Beach jugaban a pádel. Es un sitio con muchos vagabundos. En esa época eran muchos veteranos traumatizados de Vietnam. La película lo cuenta: Javier empezó a hablar con los vagabundos, se los llevaba a casa. Allí en la playa sigue habiendo gente que le conoce por su nombre. 

- Y luego empieza con la espiritualidad oriental, las misiones en Perú...

- Vale, pero, ¡atención! Mi hermano no es como Carlo Acutis, que siempre fue buen chico, o como nuestro primo misionero Christopher Hartley, que desde niño fue al seminario. Mi hermano, antes de llegar a la fe, probó de todo. ¿Sabes lo de sexo, drogas, rock and roll? Es difícil encontrar algo de eso que no probara. Pero fue tachando experiencias, fue diciendo "esto no, no me llena". Ganó el campeonato más importante de pádel tenis de EEUU y lo primero que hizo fue tirar la Copa a la basura.

- ¿El deporte le dejó de gustar?

- No. Los Sartorius hemos sido muy deportistas y Javier, incluso de ermitaño en Lord hacía deporte. Una vez le visité para hablar de mis problemas y me dijo que trajera la raqueta y estuvimos jugando. Incluso logró que hiciera ejercicio físico su maestro espiritual, el padre Jordana, que era un hombre muy austero. Mi padre nunca entendió qué hacía Javier allí de ermitaño, le molestaba.

- ¿Le molestaba a su padre que Javier tuviera fe?

- No, la parte de ser misionero en Perú le parecía bien. Pero lo de ser ermitaño, el silencio, todo eso, sólo lo entendió después de morir Javier. Mis padres murieron ya. Ambos están enterrados en Lord, en la misma tumba que mi hermano, encima de él. Papá se había enfadado con Lord. "Qué hace mi hijo aquí", protestaba. "A esta criatura la voy a desheredar", me dijo. Pero cuando murió Javier, en el funeral, vio que había tocado a muchas personas, que dejó huella. Y me dijo: "ahora lo entiendo". Javier murió en 2006, papá en 2007, y Javier ya en 2005, enfermo, le escribía cartas con temas serios, de fe. Una semana antes de morir, mi padre pidió consultar a ver si lo podían enterrar en Lord.

- ¿Quién más influyó en Javier?

- Nuestro primo Christopher Hartley, misionero. Fue de los que más influyó a mi hermano, cuando ya despertó su fe. Quizá en la película eso se señala poco. Sí sale Billy, el hermano de Christopher. Javier fue a Perú y estuvo 4 años allí por invitación de Billy. Pero luego se carteó mucho con Christopher. Javier es una persona que se fijaba en Andrea Agassi, en Rafa Nadal, en los grandes deportistas... y en cierto momento cambia, y sus influencers serán San Francisco, San Agustín...

- ¿La Iglesia beatificará a Javier?

- Quizá. Mosén Norbert Miracle, que fue director del Seminario Interdiocesano de Cataluña, fue quien propuso explorar la causa de beatificación al obispado de Solsona. Homero Val escribió una biografía, con cartas que envió Javier a mi padre y a otros de la familia. Y Jordi Bosch, sacerdote, que estuvo con Javier en Perú, en su conversión, puso en marcha la Asociación Javier Sartorius. No sigo mucho el proceso de beatificación. Si sale, bien; si no, también. Para mí, mi hermano es un santo. Ya lo pensaba antes. 

- ¿Se nota cuando estás con un santo?

- Jesucristo era la referencia de Javier, y el documental sigue esa referencia. Yo lo conocí de discotecas en su juventud, y luego en sus últimos años. ¡Qué cambio! La última vez que hablé con él en persona pensé: "Estoy viendo a Jesús en él, estoy hablando con Jesús".

Creo que mi hermano ya ha hecho mucho bien, y puede seguir haciéndolo. Yo tuve una separación muy complicada en 1991. Fui con Javier a Lord. Su conversación era elevada. Yo le decía: "no me aburras". Pero, después de morir él, fui leyendo sus cartas. Y pensé: "no nos hemos enterado de su vida". Los frutos han sido brutales. Hay que estar alerta, no sabemos el momento ni la hora. Javier, diez días antes de morir, me dijo: "¿has hecho la maleta? No sabes de qué maletas te estoy hablando. ¡Vas muy cargado de equipaje!".

Un fotograma de Solo Javier, rodado en el santuario de Lord con sus ovejas

Un fotograma de Solo Javier, rodado en el santuario de Lord con sus ovejas

- ¿Y la película?

- Claro, podemos preguntarnos: ¿querría Javier una película? La idea de hacer un documental fue de Jordi Bosch. Yo pensé: "eso costaría un dinero, ¿mi hermano lo querría?" Pero el padre Joan, el actual rector de Lord, dijo: "Javier estaba perdido y fue encontrado". ¿Y si esta película, con su historia, ayuda a muchos a encontrar al Señor, a que tengan un despertar del corazón? Así que le dije a Jordi que buscara al equipo de cineastas, a Josepmaria Anglès y los otros, que son unos cracks. Eso sí, les dije que antes tenían que tener la experiencia de estar en Lord. Y la familia nos abrimos a apoyar la película.

- Según la película, el cambio espiritual de Javier empezó con su primer retiro de yoga, con, simplemente, estar en silencio un día...

- Todos tenemos, en mi familia, un aspecto contemplativo. Yo, en pandemia, no eché de menos nada. Incluso mi hermano Fernando, a su manera, lo siente en la naturaleza. El caso es que Javier nunca antes había llegado a pararse y darse cuenta de lo trascendente. San Agustín dice: "te buscaba fuera y te encontré dentro". Por eso Lord hace tanto bien: es un lugar que te lleva al detenimiento, a pararte, a contemplar. Cuando llegas, tienes que entregar tu móvil.

- Pero Javier también vivió un despertar espiritual al estar con los pobres...

- Sin duda. Pero Madre Teresa dice que la mayor pobreza no es la material y yo hoy creo que tiene razón. He visto la pobreza material y, sí, es terrible, pero la otra es peor. Me preocupa ver la desconexión con lo trascendente de la gente de mi entorno.

¿Para qué estás aquí? ¿Para qué vives? Querría que con este documental el espectador se hiciese preguntas. ¡Hoy mucha gente no quiere ni plantearse las preguntas!

Un fotograma de la película Sólo Javier que recrea la atención de Javier Sartorius por los vagabundos de Los Ángeles

Un fotograma de la película Sólo Javier que recrea la atención de Javier Sartorius por los vagabundos de Los Ángeles

- Quizá la gente va muy atareada...

- Ya, te dicen "no tengo tiempo". Pero si prestaran atención, verían que Dios habla de distintas formas. Y los 45 minutos semanales de misa, es poco: si dedicas solo 45 minutos semanales a algo, al golf, por ejemplo, no avanzarás mucho en eso. Otros temen que se islamice el mundo, pero los musulmanes se aprenden el Corán, mientras que muchos cristianos no saben nada de la Biblia. Si miras la Biblia de Javier, la verás anotada y subrayada en cada palabra. Él se sumergió en la Palabra de Dios.

- Parece que Javier también tenía algo de niño, de disfrutar con lo sencillo...

- Sí, Javier era un niño. De hecho, animo a los espectadores a que vean la película con ojos de un niño. En Lord cuidaba de las ovejas y jugaba con los corderitos. Un día rescató a uno que se despeñó. Le inquietaba la pobreza del mundo, pero tenía la alegría de estar con Dios. Es como esa alegría de después de confesarte, de gratitud. Él vivía en gratitud, y eso le llevaba a la generosidad y la entrega. A veces papá daba dinero para el santuario, pero Javier se los pasaba directamente al padre Christopher para las misiones, no se lo guardaba. En Lord tenía sólo un pantalón, una camiseta, unas zapatillas y dormía con una manta, sin calefacción. Se calentaba corriendo detrás del perro.

- La película recoge algo de la enfermedad final y sufrimientos de Javier...

- Creo que intentaba completar la Pasión de Cristo. Lo que dice San Pablo: completo en mi cuerpo lo que falta... Murió de infarto, entregó su reloj unos minutos antes, como se ve en la película. Sé que rezó mucho por nuestra familia, que entregó la vida por su familia. Intentó que nuestros padres se reconciliaran. Incluso organizó una merienda familiar para eso, pero salió mal. Quizá en el padre Jordana, su director espiritual, encontró el padre ideal que buscaba, una persona mística.

- ¿Y si no hubiera ido a EEUU? ¿Y si Manolo Santana lo hubiera tomado de discípulo en España?

- No soy muy amigo de los "y si", pero... A ver, Javier tenía un talento brutal, pero era muy revoltoso. En esa época no tenía el rigor ni la disciplina que se exigiría para llegar muy arriba, la disciplina brutal de un Rafa Nadal. Si no pasas hambre, no te disciplinas tanto. Él, como nuestro hermano Fernando, era un espíritu libre.

- Pero él, con su vida, ha cambiado otras vidas...

- Javier me decía: "Mauri, dedícate al silencio, ten un director espiritual". Pues ahora tengo varios. El principal es el padre Juan, que te hace una resonancia magnética del alma. También decía: "Lee la Biblia, sigue los sacramentos". Y, por último, da tu tiempo, como decía Madre Teresa. Pienso en el necesitado. El tercer domingo de noviembre, en la Jornada de los Pobres, organizamos una fiesta a la que vienen unas 300 personas, con las Hermanitas Cordero, las Misioneras de la Caridad, algunos parientes... Nuestro photocall será un espejo: Bocatas, Hogares Lázaro, Esperanza y Alegría en la India, TuTecho... Estoy conociendo muchos "santos de la puerta de al lado". Y recuerdo que Javier decía: "si tienes un problema, dámelo a mí".  

P.J.Ginés, ReL

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