Según revela una investigación, la pornografía afecta seriamente el cerebro de los que la consumen, y los hombres que consumen mucha pornografía tienen menos materia gris en el lóbulo derecho y registran una reducción de su actividad cerebral. Y todo ello amén de que necesitan imágenes cada vez más explícitas y gráficas para conseguir el mismo nivel de estímulo sexual. Aunque queda aún por demostrar, y siempre según la investigación en cuestión, que los efectos podrían incluir cambios en la plasticidad neuronal secundarios a la intensa estimulación del centro del placer.
El estudio –realizado por cierto sólo entre varones, que no entre mujeres- se realizó con sesenta y cuatro hombres sanos de entre 21 y 45 años, demostrando que mientras más pornografía consumían, más disminuía el cuerpo estriado del cerebro, pequeña estructura nerviosa justo debajo de la corteza cerebral, y más se deterioraban las conexiones entre el cuerpo estriado y la corteza prefrontal, o capa externa del cerebro a cargo del comportamiento y la toma de decisiones. "Esto puede significar que el uso frecuente de pornografía atrofia el sistema de poder sentir placer", dice Simone Kühn, autora principal y coordinadora del estudio.
La institución que realiza el estudio es el mismísimo Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano de Berlín, uno de los principales centros de investigación alemanes, “laico” como ninguno, “seglar” como el que más, especializado en psicología del desarrollo, ciencias de la educación y sistemas educacionales, historia de los sentimientos, y el comportamiento adaptativo y lo cognitivo. Y el que lo publica, nada menos que la revista “JAMA Psychiatry”, la antigua y científicamente prestigiosísima “Archives of General Psychiatry”, editada por la American Medical Association (AMA) que, fundada en 1847, constituye hoy día la principal asociación de físicos y médicos ni más ni menos que de los Estados Unidos.
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