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miércoles, 7 de noviembre de 2018

Para los que NO han ido a Misa el Domingo,

El Domingo Jesús nos habló en el evangelio del amor a Dios y al prójimo


El venerable Juan Pablo I, gran catequista, se expresaba así, el día antes de su fallecimiento, el 27 de septiembre de 1978:
«Dios mío, con todo el corazón y sobre todas las cosas os amo a Vos, bien infinito y felicidad eterna nuestra; por amor a Vos amo al prójimo como a mí mismo y perdono las ofensas recibidas. Señor, que os ame cada vez másEs una oración muy conocida, entretejida con frases bíblicas. Me la enseñó mi madre. La rezo varias veces al día también ahora.
Dice la Imitación de Cristoel que ama corre, vuela, goza (1. III, cap. V, 4). Amar a Dios es viajar con el corazón a Dios. Un viaje bellísimo. De muchacho, me entusiasmaban los viajes narrados por Julio Verne (Veinte mil leguas de viaje submarino, De la tierra a la luna, La vuelta al mundo en 80 días...). Pero los viajes del amor a Dios son mucho más interesantes. Están contados en las vidas de los santos. Por ejemplo, San Vicente de Paúl es un gigante de la caridad: amó a Dios más de lo que se ama a un padre y a una madre; él mismo fue un padre para prisioneros, enfermos, huérfanos y pobres. San Pedro Claver, consagrándose enteramente a Dios firmaba Pedro, esclavo de los negros para siempre.
El viaje comporta a veces sacrificios, pero estos no nos deben detener. Jesús está en la cruz: ¿lo quieres besar? No puedes por menos e inclinarte hacia la cruz y dejar que te puncen algunas espinas de la corona que tiene la cabeza del Señor (cf. San Francisco de Sales, Obras). No puedes hacer lo que el bueno de San Pedro, que supo muy bien gritar Viva Jesús en el monte Tabor, donde había gozo, pero ni siquiera se dejó ver junto a Jesús en el monte Calvario, donde había peligro y dolor».
Shema, IsraelEscucha, Israel. Y podemos hoy decir nosotros: Escucha, cristiano. Escucha porque este mensaje es para ti. Jesús hoy nos enseña el resumen de todos los mandamientos: amar a Dios sobre todas las cosas y amar a tu prójimo.
«El amor de Dios -sigue diciendo Juan Pablo I- es también un viaje misterioso: es decir, uno no lo emprende si Dios no toma la iniciativa primero. Nadie -ha dicho Jesús- puede venir a Mí si el Padre no le atrae (Jn 6,44). Se preguntaba San Agustín: y entonces, ¿dónde queda la libertad humana? Pero Dios, que ha querido y construido esta libertad, sabe cómo respetarla aun llevando los corazones al punto que Él se propone. Te atrae no solo de modo que tú mismo llegues a quererlo, sino hasta de manera que gustes de ser atraído (San Agustín, In Io. Evang. Tr. 26,4)».
Si en política -y lo estamos viendo- el totalitarismo es nefasto, en religión no lo es. Respecto a Dios no. Tenemos que amar con todo el corazónAmarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser, y llevarás muy dentro del corazón todos estos mandamientos que hoy te doy. Incúlcaselos a tus hijos, y cuando estés en tu casa, cuando viajes, cuando te acuestes, cuando te levantes, habla siempre de ellos. Átatelos a tus manos, para que te sirvan de señal; póntelos en la frente entre tus ojos; escríbelos en los dinteles de tu casa.
Ese “todo” es la bandera del maximalismo cristiano: en todo, siempre, para la mayor gloria de Dios. Y es justo: demasiado grande es Dios, demasiado merece Él ante nosotros, como para que se le puedan echar, como a un pobre Lázaro, apenas unas migajas de nuestro tiempo y de nuestro corazón. Él lo está esperando todo de nosotros. Es el bien infinito y será nuestra felicidad eterna. El dinero, los placeres y las venturas de este mundo comparadas con Él, apenas son fragmentos de bien y momentos fugaces de felicidad.
Lo escuchábamos en la Misa, en la lectura de San Pablo: Mi vivir es Cristo. Esa es mi ganancia. Todo lo demás, comparado con Cristo, lo estimo basura. No sería prudente dar mucho de nosotros a estas cosas del mundo, incluso a nuestra familia, donde hay que entregarse, y poco a Jesús.
Amarás al Señor sobre todas las cosas. No sería justo decir: “O Dios o el hombre”. Sobre todas las cosas. Este es el criterio que hemos de poner en nuestra relación con el Señor.
Por amor a Dios amamos al prójimo. Cuántas veces podemos ayudar a los otros, podemos incluso sacrificarnos por el otro, podemos ser solidarios, podemos darnos humanamente. No vale, no es suficiente. Desde nuestra vida cristiana Jesús nos recuerda hoy: amar al prójimo desde Dios, desde la imitación de Jesús, haciendo las cosas por amor a  Dios. Es entonces cuando, aunque uno se desgaste -y eso es lo normal, porque en la entrega hay desgaste- uno encuentra satisfacción en lo que está haciendo, porque lo está haciendo por Dios. Así tiene sentido completo la caridad cristiana, la entrega por Cristo.
Jesús ha señalado también cómo amar al prójimo, o sea no solo con el sentimiento, sino también con las obras. Este es el modo, dijo. Os preguntaré: tenía hambre en la persona de mis hermanos pequeños. ¿Me habéis dado de comer cuando estaba hambriento? ¿Me habéis visitado cuando estaba enfermo?
El Catecismo concreta estas y otras palabras de la Biblia en el doble elenco de las siete obras de misericordia corporales y las siete espirituales.
El elenco no está completo y haría falta ponerlo al día.
Y esto en nuestra sociedad. Y, por eso, escuchamos la voz autorizada de la Santa Sede, que dice a los farmacéuticos: ¡Cuidado con la píldora del día después! ¡Cuidado con practicar otra forma de aborto, un aborto químico que vosotros tenéis que impedir! Y por eso la Iglesia nos dice: ¡Cuidado con el tema del terrorismo! Y nos dice como ciudadanos: ¡Pedid justicia! Y nos indica como católicos: rezad por la conversión de los terroristas.
Y Juan Pablo I señala cómo todo esto se lleva a la sociedad. Porque no podemos hacer compartimentos estancos en nuestra vida y comportarnos en unos sitios de una manera y en otros de otra. Y recuerda él unas palabras de san Pablo VI en la Populorum progressio:
Con lastimera voz los pueblos hambrientos interpelan hoy a los que abundan en riquezas. Y la Iglesia, conmovida ante tales gritos de angustia, llama a todos y cada uno de los hombres para que, movidos por amor, respondan finalmente al clamor de los hermanos[2].
¡¡¡Y de esto hace más de cincuenta años!!! Y seguimos en lo mismo…
Este es el testimonio que los cristianos, como personas que viven en sociedad, tienen que dar en el mundo político, tienen que exigir a sus gobernantes. Y así en tantos otros campos. Es la doctrina social de la Iglesia, que debemos hacer vida.
A la luz de estas expresiones tan fuertes para nuestra conciencia se ve cuán lejos estamos todavía muchas veces de amar a los demás como a nosotros mismos.
Señor, que te ame cada vez más. Ya sabemos que somos limitados, ya sabemos que tropezamos en infinidad de ocasiones. Que te ame cada vez más, Señor. Que esta sea nuestra oración todos los días. Hemos dicho en el salmo: Yo te amo, Señor. Tú eres mi fortaleza. Eso es. Yo te amo, Señor. Tú, que eres mi fortaleza, dame fuerza. Haz que te encuentre como lo que eres: mi refugio.
Digamos con sencillez: Shema, Israel. Quiero escucharte, quiero oír tus palabras, oh Dios. Porque nosotros también somos Israel. Hemos heredado la promesa del antiguo pueblo judío. Que de verdad busquemos a Dios para amarle, para entregarnos a Él. De la mano de la Santísima Virgen, la humilde Nazarena.
Victor in vínculis, Rel





POR QUÉ ELLOS NO SE ABURREN EN MISA

Cuatro jóvenes explican cómo hacen, cuando oyen misa, para vencer la tentación del aburrimiento y de la distracción. Fuente:  HM Televisión







¿Por qué el matrimonio es una vocación?

¿Valoras lo suficiente tu matrimonio? ¿Crees realmente que es el camino que te acerca a Dios?

COUPLE
“Sí, sí, el matrimonio es una vocación”. “En el matrimonio te puedes encontrar con Dios y es un camino de santificación”. Escucho a muchos amigos, casados, repetir estas frases como queriendo convencerse de que son verdad. Porque, con frecuencia,los casados tenemos la tentación de pensar que la vida matrimonial y familiar “no es suficiente”, que “no nos da puntos” que sumen en la cuenta de la vida espiritual.
Y así, sufrimos porque con las ocupaciones familiares “no rezo lo suficiente”, o nos encontramos en falta “porque no puedo ir a Misa todos los días”. Y nos angustiamos pensando que no cumplimos con obligaciones que, tal vez, no nos corresponden.
Por supuesto que no estoy diciendo que ir a Misa y hacer oración no sea necesario; pero vivirlo así, en competencia con la vida familiar, en ocasiones nos crea una tensión que nos impide dedicarnos, de verdad y con todo el corazón, a lo que el Señor espera de nosotros: querer y cuidar a los que nos ha dado de forma especial, a nuestro cónyuge, hijos, familia…
El Papa Francisco responde a nuestras inquietudes cuando afirma “una comunión familiar bien vivida es un verdadero camino de santificación en la vida ordinaria y de crecimiento místico, un medio para la unión íntima con Dios. Porque las exigencias fraternas y comunitarias de la vida en familia son una ocasión para abrir más y más el corazón, y eso hace posible un encuentro con el Señor cada vez más pleno” (Amoris Laetitia, 316).
Si nos fijamos un poco más en el matrimonio, podemos apreciar algunos aspectos que nos pueden ayudar a entender mejor cómo es una vía de unión con Dios. El matrimonio entre bautizados es un sacramento: un signo, una “ventana por donde la gloria de Dios entra en la visibilidad del mundo” (José Granados,  “Teología de la carne”). Esto quiere decir que, a través de la fragilidad de un hombre y una mujer unidos en matrimonio, Dios se hace presente en el mundo para manifestarse, para dejarnos ver Quién y cómo es.
Y Dios es amor: un amor que se da a cada hombre totalmente, sin reservarse nada; un amor que permanece todos los días de la vida, en lo bueno y en lo malo; un amor fiel, que no se echa atrás cuando el otro falla; un amor fecundo que da vida. Todas estas características del amor de Dios son las que definen, también, el amor matrimonial: una entrega de amor total, indisoluble, fiel, fecundo. De manera que, al ver cómo se quieren unos esposos cristianos, podemos atisbar cómo nos quiere Dios. Esta es la grandeza a la que estamos llamados los casados: a manifestar en el mundo de hoy la gloria de Dios. 
Pero entonces ¿mi cónyuge no es un estorbo para la unión con Dios? Al contrario, tu marido/tu mujer es el camino por el que te vas a unir cada vez más con Dios. Para empezar, cuando una pareja se quiere de verdad y quiere quererse así (siempre, fiel, fecundo, amando al otro con un amor total) se descubre incapaz: yo querría querer así, pero conozco mi fragilidad y debilidad y dudo de poder hacerlo. En ese momento, un creyente solo puede volverse a Alguien que lo puede todo y que es Amor: y así, el deseo de amar conyugalmente nos hace volvernos hacia Dios, pedirle que se meta en nuestro matrimonio y que Él nos vaya llevando a querernos como Él ama.
Esto es lo que hacemos en nuestra boda: poner este amor, que es nuestro, en sus manos para que Él lo vaya puliendo, perfeccionando, llevando a plenitud. Y así, viviendo tu vida matrimonial y  familiar, queriendo a los tuyos, en los detalles del día a día, en la paciencia, en el ir cediendo poco a poco paso al amor frente al egoísmo, incluso en la debilidad, te vas uniendo a Él y esa vida escondida, pequeña y aparentemente sin valor manifiesta la gloria de Dios.


María Álvarez de las Asturias, Aleteia










martes, 6 de noviembre de 2018

SEXO: UNA ORIENTACIÓN PARA JÓVENES

Sexo: cuándo y por qué. La sexualidad al desnudo es el nuevo libro del sacerdote Jesús María Silva Castignani, bloguero en ReL. Es una obra dirigida sobre todo (pero no solo) a los jóvenes, sobre la cual conversa con el periodista y escritor Jesús García en el canal de Gospa Arts.





Vea también: Pontificio Consejo para la Familia; Orientaciones Educación Sexual en la Familia








459 ¿Su Fe es la Fe de la Iglesia? ¡Compruébelo!

Esta es nuestra Fe, la Fe de la Iglesia que nos gloriamos de profesar en Cristo Jesús, Señor nuestro.


Verdad y medios de comunicación social


El octavo mandamiento: No dirás falso testimonio ni mentirás
459. ¿Qué responsabilidad ética existe ante los medios de comunicación social?
Los que hacen los medios tienen una responsabilidad ante los usuarios de los mismos. Ante todo, deben informar conforme a la verdad. Tanto la investigación de los verdaderos hechos como su publicación, deben tener en cuenta los derechos y la dignidad de la persona. [2493-­2499]
Los MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL deben contribuir a la construcción de un mundo justo, libre y solidario. En realidad, no pocas veces los medios se emplean como arma en las disputas ideológicas, o, en aras del mayor alcance («cuota de pantalla»), se abandona el necesario control ético de sus contenidos y se convierten en instrumentos para seducir y hacer dependientes a las personas.
Verdad y medios de comunicación social

* El texto (pregunta y respuesta) proviene del Youcat = Catecismo para Jóvenes. Los números que aparecen después de la respuesta hacen referencia al pasaje correspondiente del Catecismo de la Iglesia Católica que desarrolla el tema aún más. Basta un clic en el número y será transferido.































































lunes, 5 de noviembre de 2018

458 ¿Su Fe es la Fe de la Iglesia? ¡Compruébelo!

Esta es nuestra Fe, la Fe de la Iglesia que nos gloriamos de profesar en Cristo Jesús, Señor nuestro.


 el secreto de la confesión


El octavo mandamiento: No dirás falso testimonio ni mentirás
458. ¿Cómo es de secreto el secreto de confesión?
El secreto de confesión es sagrado y no
puede ser revelado bajo ningún pretexto,
por importante que sea. [2490


Ni siquiera el mayor de los crímenes puede ser denunciado por un PRESBÍTERO. Tampoco las pequeñeces de la confesión de un niño las puede revelar un sacerdote, ni siquiera bajo tortura.

 el secreto de la confesión
San Juan Nepomuceno, San Mateo Correa Magallanes, P. Felipe Císcar Puig y P. Fernando Olmedo Reguera

4 sacerdotes que defendieron hasta el extremo el secreto de confesión: mártires del sigilo


* El texto (pregunta y respuesta) proviene del Youcat = Catecismo para Jóvenes. Los números que aparecen después de la respuesta hacen referencia al pasaje correspondiente del Catecismo de la Iglesia Católica que desarrolla el tema aún más. Basta un clic en el número y será transferido.
























domingo, 4 de noviembre de 2018

¿Qué hace elegante a una mujer?

Los expertos del mundo de la moda responden a lo que ven eternamente elegante.

GODNOŚĆ KOBIET
La reconocida Nina García entrevistó a varios íconos de la moda, entre ellos a los famosos diseñadores italianos Donatella Versace, Giorgio Armani, Domenico Dolce y Stefano Gabbana haciéndoles una pregunta sencilla ¿qué encuentran eternamente elegante? 
Lejos de pensar que la elegancia pasa por tener dinero, los expertos piensan que ésta puede ser descubierta con una mirada interior. Para ellos se trata de poseer un sentido de fortaleza interna en la que se destacan la aceptación y confianza en uno mismo, el cuidado personal y la naturalidad de vivir con sencillez e inteligencia.

SPRING
Public Domain

Giorgio Armani: ser simple, inteligente y saber cuidarse 

“Uno podría dedicar un libro entero a responder a esta pregunta. Otra posibilidad es responder en los términos más breves posibles: es resultado de un equilibrio natural entre la simplicidad, el cuidarse a sí mismo y la inteligencia”. 
“Todo esto genera el porte y la actitud especial que llamamos elegancia. Es una cualidad que, contrariamente a la creencia popular, no requiere de bolsillos abultados”. 
Armani nos recuerda que la moda es cara, pero el estilo no lo es. No se trata de estar producida todo el tiempo lista para una foto. La mujer elegante sabe cómo vivir en lo simple de lo cotidiano, tal vez sin llevar el cabello perfecto o toda su ropa combinada. La belleza no pasa por la perfección, sino por aprender a amarse y actuar con inteligencia. 

FASHION
Lightwavemedia - Shutterstock

Domenico Dolce y Stefano Gabbana: aceptarse tal como uno es 

“Además del vestido negro y los zapatos de tacón aguja, definitivamente el estilo interior de uno. Una mujer que se acepta tanto a sí misma como a su entorno…es refinada, elegante y sofisticada”.
Cuando una mujer se conoce y acepta, puede conquistarlo todo. Es elegante sin importar donde se encuentre o qué ropa lleve realmente, si se siente cómoda con sí misma. Podría estar desnuda o en un vestido de fiesta y su actitud no cambiaría. Es una mujer que se conoce, sabe cuál es su misión y lo que quiere comunicar al mundo.

HAPPINESS
Haritonenko - Shutterstock

Donatella Versace: confiar y creer en uno mismo

“Sin ninguna duda, el atractivo con más estilo que una mujer posee es la confianza en sí misma. Versace es un estilo de vida que personifica muchos intereses y pasiones diferentes. Es casi imposible crear y hacer realidad una trayectoria que es verdaderamente tuya si no crees en ti”.
“La mujer Versace no sólo es segura en sus gustos y estilo, sino también firme en sus creencias. La mujer Versace sigue sus propios modos. Puede ser que tenga un no sé qué, y no podrás describirla, pero reconocerás a esa mujer en el momento que entre a una sala”. 
La mujer elegante no se preocupa por las tendencias. Posee confianza en vestir lo que le queda bien. Se conoce y tiene fe, con sus valores y convicciones firmes, sin emular lo que está de moda o lo que el mundo exterior le dice. Hay algo que esa mujer tiene que no se sabe exactamente qué es, pero atrae y quieres estar cerca de ella. 
 Cecilia Zinicola, Aleteia











457 ¿Su Fe es la Fe de la Iglesia? ¡Compruébelo!

Esta es nuestra Fe, la Fe de la Iglesia que nos gloriamos de profesar en Cristo Jesús, Señor nuestro.


verdad y discreción

El octavo mandamiento: No dirás falso testimonio ni mentirás
457. ¿Por qué la verdad exige discreción?
La comunicación de la verdad debe hacerse con
inteligencia y enmarcada en la caridad. Con frecuencia
se emplea la verdad como arma arrojadiza, que tiene
entonces un efecto destructivo en lugar de constructivo.


Al comunicar informaciones hay que pensar en los «tres filtros» de Sócrates: ¿Es verdad? ¿Es bueno? ¿Es útil? Se exige también DISCRECIÓN en los secretos profesionales. Siempre deben ser guardados, excepto en casos excepcionales, que hay que justificar rigurosamente. Es igualmente culpable quien hace públicos informes confidenciales que se revelaron bajo reserva. Todo lo que se diga debe ser verdad, pero no hay que decir todo aquello que es verdad.


verdad y discreción


* El texto (pregunta y respuesta) proviene del Youcat = Catecismo para Jóvenes. Los números que aparecen después de la respuesta hacen referencia al pasaje correspondiente del Catecismo de la Iglesia Católica que desarrolla el tema aún más. Basta un clic en el número y será transferido.
























sábado, 3 de noviembre de 2018

EL MUSEO DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO


En la iglesia del Sacro Cuore de Roma se reúne una pequeña pero sorprendente colección de huellas físicas de la presencia de almas del purgatorio, recopiladas por el padre Victor Jouët msc (1839-1912). Son un llamado más a la oración por los fieles difuntos que esperan su liberación de ese lugar para entrar en el paraíso que ganaron en vida. 







viernes, 2 de noviembre de 2018

Una breve guía para visitar un cementerio

Esto es lo que necesitas saber para la próxima vez que visites un cementerio

CEMETERY
A los católicos se nos anima a visitar los cementerios, especialmente en el mes de noviembre, un mes tradicionalmente dedicado a las almas del purgatorio.
Se presenta una oportunidad para visitar las tumbas de familiares y amigos difuntos durante un tiempo, cuando el mundo natural experimenta su propia “muerte” con el cambio estacional del otoño al invierno en el hemisferio norte.
Además, se concede una indulgencia, aplicable solamente a las almas en el purgatorio, para los fieles que visiten con devoción un cementerio y recen por los difuntos en noviembre. La indulgencia es plenaria cada día desde el 1 hasta el 8 de noviembre; en otros días del año es parcial.

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Cómo ganar indulgencias
Todo ello nos recuerda nuestra propia muerte y que un día seguiremos el mismo destino. Es un buen tema espiritual sobre el que meditar, ya que puede devolver súbitamente nuestra vida espiritual a su apropiado cauce,inspirándonos a usar el tiempo que nos queda de vida para vivir unidos al amor misericordioso de Dios.
En una visita a un cementerio, hay unas pocas cosas que recordar.

1. El cementerio es “terreno sagrado”



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Pexels | CC0

La Iglesia siempre ha tratado el tema de la muerte con el máximo de los respetos y el cementerio es el lugar donde esta creencia se ejerce con más claridad. Cuando se crea un cementerio católico nuevo, el obispo (o a veces un sacerdote designado por él) acude a bendecirlo y santificar la tierra donde serán enterrados los muertos.
El obispo camina por todo el cementerio rociando por el suelo agua bendita.
Esto crea una atmósfera sagrada en el cementerio, el cual debería respetarse como el lugar de oración que es.
Cuando un católico es enterrado en un cementerio público o no católico, un sacerdote bendecirá su tumba, haciendo de ella también “terreno sagrado”.

2. R.I.P. es una oración



RIP GRAVESTONE
Andrew Stawarz | CC BY ND 2.0

Esta abreviatura se encuentra con más frecuencia en cementerios antiguos y quiere decir, en latín, Requiscat In Pace, es decir, descanse en paz (D.E.P., como también se ve en cementerios de hispanohablantes), aunque las palabras latinas en realidad son parte de una oración más larga por los difuntos.
℣. Requiem æternam dona ei, Domine
℟. Et lux perpetua luceat ei:
℣. Requiescat in pace.
℟. Amen.
.Concédeles el descanso eterno, Señor,. y que brille para ellos la luz perpetua.. Descanse en paz.. Amén.

3. Los cementerios nos recuerdan la Resurrección y la Segunda Venida de Jesucristo




El este es la dirección del amanecer y naturalmente está asociado con varios elementos de la simbología cristiana. El este se consideró primero como una imagen de Cristo, la “luz del mundo”, y la dirección de su Segunda Venida.
El amanecer se asoció también con la Resurrección, ya que está escrito en los Evangelios que Cristo se alzó de entre los muertos al alba.
Los cementerios se orientaban también de manera tal que los enterrados miraran al este, listos para el encuentro con Cristo cuando viniera de nuevo.

4. Cuidar de una tumba es una Obra de Misericordia Corporal



CEMETERY
Saturnine-(CC BY-ND 2.0)

Una de las Obras de Misericordia Corporales es “enterrar a los muertos”, lo cual incluye normalmente el mantenimiento de la tumba.
Aunque los trabajadores del cementerio tienen ciertas responsabilidades, a menudo depende de los familiares y amigos el depositar flores en la tumba y mantener la lápida limpia de suciedad y musgos. Consulta en tu cementerio local cuáles son las normas para colocar flores en la lápida.
Philip Kosloski, Aleteia



















456 ¿Su Fe es la Fe de la Iglesia? ¡Compruébelo!

Esta es nuestra Fe, la Fe de la Iglesia que nos gloriamos de profesar en Cristo Jesús, Señor nuestro.



Reparación de la mentira


El octavo mandamiento: No dirás falso testimonio ni mentirás
456. ¿Qué hay que hacer cuando se ha mentido,
engañado o estafado?
Toda falta contra la verdad y la justicia exige,
aun cuando haya sido perdonada, una
reparación. [2487]


Cuando no es posible reparar en público una mentira o un falso testimonio, hay que hacer todo lo que se pueda, al menos en secreto. Si no se puede indemnizar directamente al afectado por el daño causado, se está obligado en conciencia a ofrecerle una reparación moral, es decir, hay que hacer todo lo posible para alcanzar al menos una compensación simbólica.


Reparación de la mentira


* El texto (pregunta y respuesta) proviene del Youcat = Catecismo para Jóvenes. Los números que aparecen después de la respuesta hacen referencia al pasaje correspondiente del Catecismo de la Iglesia Católica que desarrolla el tema aún más. Basta un clic en el número y será transferido.





























jueves, 1 de noviembre de 2018

¿Eres chismoso? El Papa Francisco aconseja este “remedio”


En un video mensaje enviado a los fieles de la Arquidiócesis de Buenos Aires (Argentina), con ocasión de su Primer Sínodo Arquidiocesano, el Papa Francisco dio un “remedio” para que los fieles no caigan en el chismorreo, que es “como un sarampión” para las comunidades católicas.

“Hay un remedio para no ser chismoso: muérdanse la lengua. Se les va a hinchar, pero así se van a curar”, dijo el Santo Padre.

Para el Papa, el chismorreo es uno de los peligros “que más debilita a las comunidades eclesiales”, pues “es como un sarampión, que se mete y se mete, y no se puede vivir sin sacarle el cuero al otro”.

“¡Cuídense de los chismes! Lean lo que dice el apóstol Santiago sobre los chismosos”, dijo.

“Cuántas veces oímos: ‘oh, esa señora es muy buena, va los domingos a Misa, va todos los días a Misa, pero es una chismosa’. ¡Bendito servicio le hace a la Iglesia una persona así!”, lamentó.

El Santo Padre alentó a los fieles a que cuando tengan deseos de hablar mal del prójimo “muérdete la lengua y pídele a Jesús que te saque ese vicio”.


Escuchemos al Papa







Vaya en ayuda de las almas del purgatorio


La indulgencia se puede ganar este viernes 2 de noviembre, fiesta de los Fieles Difuntos

El próximo 2 de noviembre se celebra la fiesta de todos los Fieles Difuntos, justo el día después de que los cristianos  celebren la de Todos los Santos.  Es importante recordar que el día 2 se puede ganar una indulgencia plenaria para el alma de un familiar o ser querido fallecido.
Según la Constitución Apostólica de San Pablo VIIndulgentiarum Doctrina, en su norma 15, “en todas las iglesias, oratorios públicos o –por parte de quienes los empleen legítimamente- semipúblicos, puede ganarse una indulgencia plenaria aplicable y solamente en favor de los difuntos, el día 2 de noviembre".
La importancia de una sincera conversión
"Para ganar la indulgencia plenaria se requiere la ejecución de la obra enriquecida con la indulgencia [en este caso, visitar la iglesia el 2 de noviembre y orar en ella] y el cumplimiento de las tres condiciones siguientes: la confesión sacramental, la comunión eucarística y la oración por las intenciones del Romano Pontífice. Se requiere además, que se excluya todo afecto al pecado, incluso venial. Si falta esta completa disposición, y no se cumplen las condiciones arriba indicadas, la indulgencia será solamente parcial", añade el texto promulgado en 1967.
Sin embargo, San Pablo VI dejaba muy claro que las indulgencias “no se pueden ganar sin una sincera metanoia (conversión, cambio de mentalidad) y unión con Dios, a lo que se suma el cumplimiento de las obras prescritas”.
"las tres condiciones pueden cumplirse algunos días antes o después de la ejecución de la obra prescrita; sin embargo, es conveniente que la comunión y la oración por las intenciones del Sumo Pontífice se realicen el mismo día en que se haga la obra", añadía el texto.









«¡Nacimos para no morir nunca más, nacimos para disfrutar de la felicidad de Dios!», exhorta el Papa

El Papa habla en el Ángelus de la fiesta de Todos los Santos

“Hoy estos hermanos y hermanas nuestros no nos piden que oigamos de nuevo un hermoso Evangelio, sino que lo pongamos en práctica, que nos pongamos en el camino de las Bienaventuranzas. No se trata de hacer cosas extraordinarias, sino de seguir cada día este camino que nos lleva al cielo, a la familia, a la casa”, dijo el Papa Francisco en su alocución antes de rezar la oración mariana del Ángelus de este jueves, 1 de noviembre, Solemnidad de Todos los Santos.
El Santo Padre comentando la primera lectura de hoy, tomada del Libro del Apocalipsis (7,9), dijo que esta, nos habla del cielo y nos pone ante “una multitud inmensa”, incalculable, “de toda nación, tribu, pueblo y lengua”. 
Ellos son los santos, afirmó el Papa, y ¿qué hacen allá arriba? Cantan juntos, alaban a Dios con alegría. Sería hermoso escuchar sus cantos.... Pero podemos imaginarnos: ¿saben cuándo? Durante la Misa, cuando cantamos “Santo, santo, santo el Señor Dios del universo...”. Es un himno – dice la Biblia – que viene del cielo, que se canta allí. Así, pues,cantando el “Santo”, no sólo pensamos en los santos, sino que hacemos lo que ellos hacen: en ese momento, en la Misa, estamos más unidos a ellos que nunca.
Los santos están cerca de nosotros
Y estamos unidos a todos los santos, agregó el Papa Francisco, no sólo a los más conocidos, en el calendario, sino también con aquellos “de la puerta de al lado”, con nuestros familiares y conocidos que ahora forman parte de esa inmensa multitud. “Hoy es una fiesta de familia. Los santos están cerca de nosotros, es más, son nuestros verdaderos hermanos y hermanas. Nos entienden, nos aman, saben cuál es nuestro verdadero bien, nos ayudan y nos esperan. Son felices y quieren que seamos felices con ellos en el paraíso”.
Estos hermanos y hermanas, los Santos, señaló el Santo Padre, nos invitan al camino de la felicidad, indicado en el Evangelio de hoy, tan bello y conocido: “Bienaventurados los pobres de espíritu [...] Bienaventurados los humildes [...] Bienaventurados los puros de corazón [...]”. Pero, ¿qué es eso? El Evangelio dice bienaventurados los pobres, mientras que el mundo dice bienaventurados los ricos. El Evangelio dice bienaventurados los humildes, mientras que el mundo dice bienaventurados los poderosos. El Evangelio dice bienaventurados los puros, mientras que el mundo dice bienaventurados los astutos y los hedonistas. Este camino de las bienaventuranzas, de la santidad – precisó el Pontífice – parece conducir a la derrota. Sin embargo – nos recuerda de nuevo la primera Lectura – los santos tienen “ramas de palma en sus manos”, es decir, los símbolos de la victoria. Ellos han vencido, no el mundo. Y nos exhortan a elegir su parte, la de Dios que es santo.
Por ello es necesario que nos preguntémonos de que parte estamos, indicó el Papa Francisco: ¿el del cielo o el de la tierra? ¿Vivimos para el Señor o para nosotros mismos, para la felicidad eterna o para alguna satisfacción ahora? Preguntémonos: ¿realmente queremos la santidad? ¿O nos contentamos con ser cristianos sin vergüenza y sin alabanza, que creen en Dios y estiman al prójimo pero sin exagerar? El Señor “pide todo, y lo que ofrece es la verdadera vida, la felicidad para la que fuimos creados”. Es decir, santidad o nada. Es bueno que nos dejemos provocar por los santos, que aquí no han tenido medias tintas y desde allá nos “alientan”, para que elijamos a Dios, la humildad, la mansedumbre, la misericordia, la pureza, para que nos apasionemos por el cielo en vez que la tierra.
Los santos invitan a elegir la vía de las Bienaventuranzas
Hoy estos hermanos y hermanas nuestros, agregó el Papa Francisco, no nos piden que oigamos de nuevo un hermoso Evangelio, sino que lo pongamos en práctica, que nos pongamos en el camino de las Bienaventuranzas. No se trata de hacer cosas extraordinarias, sino de seguir cada día este camino que nos lleva al cielo, a la familia, a la casa. Hoy, por lo tanto, vislumbremos nuestro futuro y celebremos para lo que hemos nacido: ¡nacimos para no morir nunca más, nacimos para disfrutar de la felicidad de Dios! El Señor nos anima y a quien sigue el camino de las bienaventuranzas, dice: “Alégrense y regocíjense, porque vuestra recompensa en el cielo es grande” (Mt 5,12). Que la Madre de Dios, Reina de los Santos, concluyó el Papa, nos ayude a recorrer con decisión el camino de la santidad; Ella, que es la Puerta del Cielo, introduzca a nuestros queridos difuntos en la familia celestial.
Publicado originariamente en Vatican News