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martes, 31 de diciembre de 2019

LAS TROMPETAS DEL APOCALIPSIS

En un nuevo capítulo de la serie sobre el Apocalipsis, Beatriz Ozores comenta con Javier Paredes en Marcando el Norte (HM Televisión) qué significan en él las trompetas y el candelabro en la perspectiva de Cristo como principio y final de la Historia. 




Oración para despedir el año que termina y recibir el Año Nuevo


Oración para despedir el año que termina y por el año nuevo

Se acerca el fin del 2019 y el mundo entero se prepara para recibir el nuevo año con fiestas y fuegos artificiales, pero muchos olvidan de celebrarlo con Dios, dueño de la vida y el tiempo. Por ello te compartimos esta oración para rezarla junto con tu familia, comunidad o amigos antes de la medianoche del 31 de diciembre.

Se recomienda estar alrededor del nacimiento o pesebre. Juntos comienzan diciendo: “En el nombre del Padre…”

Luego se hace la siguiente oración:

Lector 1: “Señor, Dios, dueño del tiempo y de la eternidad, tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro. Al terminar este año queremos darte gracias por todo aquello que recibimos de ti.


Gracias por la vida y el amor, por las flores, el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser. Te ofrecemos cuanto hicimos en este año, el trabajo que pudimos realizar, las cosas que pasaron por nuestras manos y lo que con ellas pudimos construir.

Lector 2: Te presentamos a las personas que a lo largo de estos meses quisimos, las amistades nuevas y los antiguos que conocimos, los más cercanos a nosotros y los que estén más lejos, los que nos dieron su mano y aquellos a los que pudimos ayudar, con los que compartimos la vida, el trabajo, el dolor y la alegría.

Pero también, Señor, hoy queremos pedirte perdón, perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado, por la palabra inútil y el amor desperdiciado.

Todos: Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho, y perdón por vivir sin entusiasmo. También por la oración que poco a poco se fue aplazando y que hasta ahora vengo a presentarte. Por todos los olvidos, descuidos y silencios, nuevamente te pido perdón.

A pocos minutos de iniciar un nuevo año, detengo mi vida ante el nuevo calendario aún sin estrenar y te presento estos días que sólo tú sabes si llegaré a vivirlos.

Hoy te pido para mí y los míos la paz y la alegría, la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría. Quiero vivir cada día con optimismo y bondad llevando a todas partes un corazón lleno de comprensión y paz.

Cierra tú mis oídos a toda falsedad y mis labios a palabras mentirosas, egoístas, mordaces o hirientes. Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno, que mi espíritu se llene sólo de bendiciones y las derrame a mi paso. Amén.”

Para terminar, los participantes se agarran de las manos y rezan un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria. Luego, entre todos, se dan un abrazo diciendo: “La paz sea contigo. ¡Feliz año Nuevo!”

ACI Prensa

lunes, 30 de diciembre de 2019

Las historias más bonitas de 2019


Pongamos la mirada en las personas que este año han luchado por un mundo mejor


PORTRAIT

Seamos la luz que el mundo necesita. Así nos anima Folksixty en este final de año a cambiar el mundo porque todos tenemos el poder de hacer cosas buenas.
En este vídeo, ha recogido las historias más bonitas del 2019 cuyos protagonistas no son precisamente ni los políticos ni los famosos. Son personas como tú y como yo que han destacado por pequeñas acciones extraordinarias para hacer que este mundo sea un lugar mejor para todos los habitamos en él.  

<h3>Descubre alguna de las historias de <em>Folksixty </em></h3>
Blanca de Ugarte, Aleteia

“Es un milagro” de Navidad: Una niña supera un cáncer terminal

Su diagnóstico era cáncer en fase terminal pero, contra todo pronóstico,
 Chloe Cress ha podido regresar curada a su hogar.
SHAWN CRESS

Chloe Cress es una niña de 14 años que vive en Tenessee (Estados Unidos) cuya máxima ilusión era convertirse en actriz y estrella de la televisión.
Lo segundo ya lo ha conseguido, porque su sorprendente curación de un cáncer ha hecho que los medios de comunicación en Estados Unidos estén pendientes de ella. Y es que lo que le ha ocurrido es un “milagro” de Navidad.
La pequeña se encontraba ingresada en el hospital St. Jude de Memphis desde junio de 2018. Según los informes médicos, presentaba un cáncer en etapa 4 (equivalente a terminal). Concretamente se trataba de un rabdosarcoma alveolar, que afecta a todos los músculos del cuerpo.
Aquí puedes ver sorprendentes imágenes de cómo han vivido la enfermedad Chloé y su familia:
Galería fotográfica 

Su vuelta a casa es “un milagro”

El padre de Chloe reconoce que la familia está tremendamente feliz por la recuperación de su hija. No sabían si iba a llegar ese momento y ahora han podido verla de nuevo en casa precisamente los días de Navidad. “Es un milagro”, dijo.

Esperanza para otros niños enfermos

Chloe ha madurado en este año y medio de enfermedad. Es consciente de todo lo que le ha ocurrido y de lo mal que estaba. Pero ahora cree que su caso puede servir para que otros niños y sus familias alimenten la esperanza:”Quiero terminar siendo famosa para ser un modelo a seguir”, dice.
El padre de Chloe afirma que durante todos estos meses en el hospital, nunca faltó la fuerza y el optimismo, y eso es lo que ahora su hija puede manifestar ante las cámaras para que muchos otros se vean animados a luchar para superar un cáncer incluso con muy mal pronóstico.


CHLOE CRESS
Facebook-Shawn Cress
Durante su enfermedad, Chloe participó en actividades solidarias para recaudar fondos para la investigación contra el cáncer.

Un cáncer terrible

El cáncer de Chloe comenzó con una cojera, pasó a una fiebre y, tras unas pruebas médicas, se le practicó una tomografía axial computerizada (tac) en la que se encontró un tumor de grandes dimensiones cerca del corazón de la niña, con ramificación hacia el esófago y varias vértebras de la columna, lo que le provocaba dolor en la espalda.
Ahora Chloe deberá hacer reposo en cama hasta el próximo mes de julio, de modo que no podrá asistir a la escuela todavía. Sin embargo, tanto ella como su padre entienden que esta situación forma parte del proceso que la niña necesita para que su cuerpo se recupere totalmente.


CHLOE CRESS
Facebook-Shawn Cress
Shawn Cress ha estado siempre junto a su hija Chloe.

En el caso de Chloe, el “milagro navideño” también cuenta con el apoyo de sus perros, que le han ayudado a mantener el buen humor en el último año y medio de hospital.
Dolors Massot, Aleteia

Así puedes acabar con los celos de tus hijos

Los hermanos raramente se llevan bien. Su relación a menudo oscila entre el amor y el “odio”, entre la complicidad y el rechazo. Estos consejos pueden resolver problemas de celos y rivalidad.
dispute frères et soeurs

“Como joven mujer casada, estaba convencida de que los celos eran evitables si se tenía cuidado en no comparar nunca a los niños, en no tomar partido unos por otros”, recuerda Marie, madre de tres adolescentes.
“Pensé que siendo justa y diciéndoles a menudo que los amaba a los dos por igual, mis hijos no se pondrían celosos. Por eso, cuando aparecieron los primeros ataques de celos, pensé que todo era culpa mía. Estaba consternada. Les prohibí que expresaran sus celos porque les dolía mucho”.
Yann, su marido, añade: “Para mí, las discusiones en casa no me impresionaron mucho porque pensé que fuera de casa se estaban ayudaban pero me decepcionó mucho cuando me enteré de lo contrario.”
Madre de seis hijos y varias veces abuela, Isabel ha sido testigo de innumerables episodios de celos: “Al principio, un niño tiene el deseo de tener el amor de sus padres solo para él. ¿Acaso no es legítimo tener miedo de ser menos amado al tener que compartir el amor paterno con un hermano o hermana? Cuando esperábamos a nuestro segundo hijo, sentí la aprensión de nuestra hija mayor. Tenía miedo de pasar menos tiempo con nosotros. Por eso aumentamos nuestra atención hacia ella pero eso no le impidió decirme unas semanas después del parto:”Ya ha disfrutado del bebé. Ahora puedes llevarlo de vuelta a la clínica”.

dispute frères et soeurs ; enfants
© fizkes - Shutterstock

Dejar que el niño exprese sus celos

“Mi hermano y mi hermana quizás sean mejores que yo”, piensa el niño celoso. Entonces comienza para él una competición permanente: ser el mejor, ser el que más tiene.
Para sentirse seguro, necesitaría tener absolutamente todo de sus padres, todos los juguetes, todo el espacio. Y sobre todo, más que el otro.
Es una misión difícil ayudar al niño a manejar este miedo a los “menos”. Sin embargo, los celos, a menudo tomados a la ligera y considerados una tontería, pueden afectar mucho a la infancia y a la adolescencia. Y si persiste, las relaciones entre hermanos en la edad adulta no mejorarán.
Deja que expresen los celos. Isabel y Marcos, con sus hijos y nietos, observaron esta paradoja. Si los padres quieren que los celos entre hermanos y hermanas dejen de envenenar sus vidas, no deben impedir tal enfrentamiento.
Los niños sufren (moralmente y a veces físicamente) tanto por sus celos como por su incapacidad de nombrarlos. Y como no hay ningún método milagroso para evitar los celos, no tiene sentido tratar de negarlos.
Mucha gente piensa: “¿Nuestros hijos no se pelean? Se aman el uno al otro. ¿Están peleándose? Se odian el uno al otro.” Sin embargo, hemos encontrado que al insistir en que los niños no se pongan celosos, terminan odiándose los unos a los otros. Pero si se les permite “odiarse el uno al otro”, terminan amándose el uno al otro.
Marc, un abuelo experimentado, explica: “A través de sus disputas, los niños se prueban, tratan de comparar sus caracteres y pueden reconciliarse y luego amarse aún más. »
El niño, aunque sepa que puede expresar sus celos, no siempre encuentra las palabras para decirlo. Al ayudar al niño celoso a expresar lo que siente, se siente comprendido y puede separarse gradualmente del resentimiento.

little baby boy and brother
By Tomsickova Tatyana/Shutterstock

Nunca compare a los niños entre sí

Las comparaciones comienzan en la clínica el mismo día del nacimiento. “Es más pequeño que su hermana”, “Duerme mejor”… E incluso si los padres se comprometieron a no comparar nunca a sus hijos, se trata de promesas que difíciles de cumplir, ¡especialmente cuando hay fatiga e irritación!
“Nunca haces tu cama… tu hermana, ella, a tu edad, lo hacía ya desde hace mucho tiempo!”. Ante tales observaciones, el niño celoso llega a creer que el otro es más amado que él, y comienza a odiarlo. Cualquier cumplido dirigido al otro lo considera un reproche contra él.
Dedicar tiempo para hablar con el niño que se siente mal ayuda a eliminar el miedo que estas torpes comparaciones generan en él.
Los psicólogos también llaman la atención de los padres sobre las comparaciones “positivas” (“¡Qué rápido puedes descifrar tus partituras! ¡Ojalá tu hermana pudiera ser como tú! “), lo que también puede llevar a un estado de envidia. E incluso si son apreciados por la persona interesada, pueden alentarla en un espíritu de competencia que a menudo es perjudicial.
La mejor actitud es describir la situación tal como la vemos o la sentimos: “No has hecho tu cama esta mañana, lo has olvidado varias veces. Me decepciona, sé que eres capaz de hacerlo. Cuento contigo mañana.”
O al contrario: “Me alegra ver que todavía estás haciendo tu cama”. Lo importante es valorar al niño en cuestión sin referirse a sus hermanos.

Mostrar a cada uno que es amado por sí mismo

Ya sea a la hora de comer o en el coche, las dos hijas de Valeria, que se llevan 16 meses, son tratadas de la misma manera. Su madre se da cuenta de que “no funciona”: las señales de celos son constantes.
Es una ilusión querer actuar exactamente de la misma manera con cada niño. Peor aún, puede llevar a celos. Pensando “tengo como el otro”, el niño celoso piensa “soy como el otro”. Ya no percibe que es único. Es mejor dar a todos según sus necesidades (lo que corresponde a la definición de justicia) que querer igualdad a toda costa.
“¿A cuál de los tres amas más?” ¡Cuántas veces María y Juan han escuchado esta pregunta! “Obviamente, respondimos que no teníamos ninguna preferencia, que los queríamos a todos de la misma forma. Pero no los satisfizo. De hecho, simplemente querían que les dijéramos que los queremos mucho por lo que son, sin ninguna referencia sistemática a sus hermanos y hermanas.”
Del mismo modo, los hermanos y hermanas estarán menos celosos unos de otros si tienen actividades separadas. Y la distancia temporal permite darse cuenta de lo importante que es el otro. Algunos solo esperan una sola cosa: contar lo que han vivido.
Los cumpleaños también son una buena oportunidad para celebrar a cada niño… 

BROTHERS,FIGHTING
Shutterstock

Evitar tipificar a los niños 

Todos tenemos papeles asignados a nuestros hijos. Sin embargo, esto afecta al niño y sus relaciones con su entorno. “Asigno diferentes papeles a mis hijos para que todos se sientan “especialistas” en algo, dice Paul. Así, el mayor es el matemático de la familia, el segundo es el artista, mientras que la más joven es una deportista de éxito.” Una intención loable, pero el riesgo es que los niños queden atrapados en esta imagen, lo que impedirá el descubrimiento y desarrollo de otros talentos.
Una diferencia de género mal aceptada también puede ser otra fuente de celos, especialmente si los roles están estrictamente divididos entre niñas y niños. O, alternativamente, una orden de nacimiento mal asumida. “Yo era la última de cinco niñas cuando, ocho años después de mi nacimiento, llegó el niño que nadie esperaba. Frente a la alegría de mis padres, me sentí destronada en mi papel de niña pequeña y desvalorizada en mi feminidad”, recuerda Elizabeth. Me llevó a convertirme en un verdadero niño marimacho, tratando constantemente de llamar la atención de mis padres, para que ellos comenzaran a entenderme y me prestaran un poco más de atención. »
Otra situación peligrosa es la del niño enfermo, del niño discapacitado. Una vez más, debemos tener cuidado de no encerrar al niño en su situación, así como de evitar que sus hermanos y hermanas sufran las consecuencias. Ver a un niño enfermo únicamente a través de su “problema” refuerza cualquier dificultad, y sus hermanos y hermanas se ponen celosos de él rápidamente porque ocupa el tiempo y la atención de los padres.

© luminaimages/SHUTTERSTOCK

Ayudar al niño celoso a transformar su mirada

Por lo tanto, los padres pueden ayudar a reducir la frecuencia o intensidad de los ataques de celos tanto por su actitud como por sus palabras. Sin embargo, el único remedio verdadero será luchar contra la tristeza que el niño celoso siente tan pronto como otro tiene lo que él no tiene.
Para poder disfrutar del bien de los demás, los niños deben primero valorarse a sí mismos y comprender que el éxito de los demás no les priva de nada: el amor de los padres no es como un pastel que debe ser compartido.
Educar el corazón del niño celoso toma tiempo. Elizabeth recuerda el tiempo especial que pasó con uno u otro por la noche a la hora de acostarse. “Juntos, revisamos tal o cual parte del día. Intentaba demostrar que los celos nos impiden ser felices. Ellos, por su parte, expresaron sus temores. Se estaban quedando dormidos”. 
Para ayudar a que sus hijos se perciban positivamente, Ana experimentó un método original: “Mi esposo y yo reunimos a nuestros tres hijos (de 14 a 8 años) y a su hermana de seis años y mi esposo les pidió que se turnaran para decir tres cosas que les gustaban el uno del otro. Si las respuestas fuesen demasiado imprecisas, les pedíamos que las especificasen. Para los más grandes, fue estupendo descubrir cómo podían apreciarse unos a otros a pesar de todas sus discusiones.
Es verdad que las relaciones entre hermanos y hermanas evolucionan constantemente, y que es a veces en el momento en que menos lo esperamos, cuando la situación se desbloquea, pero no debemos olvidar la fuerza del sacramento del perdón o la preciosa ayuda que proporciona la oración: la de los hijos para sus hermanos y hermanas, la de los padres para sus hijos.
Marie-Laure Semnont Edifa, Aleteia


domingo, 29 de diciembre de 2019

¿Hay que insistir en la oración en familia a toda costa?

A pesar de las muchas dificultades, los padres tratan de orar por las tardes con sus hijos. Pero cuando las cosas se ponen difíciles, ¿sería mejor omitir la oración en familia?

PRAYING

Esta noche, María está un poco enojada con sus hijos, con su esposo, consigo misma, con Dios también, que parece no hacer nada para facilitar el encuentro familiar de la oración de la tarde. “Todo el mundo la hace sin querer hacerla, ya no veo para qué sirve”, confiesa esta madre de tres hijos, desanimada.
¿Deberíamos insistir? ¿Es “obligatoria” la oración en familia? Sí, porque una familia no puede prescindir de la oración. Algunas familias están llamadas a orar más que otras. Pero todas las familias están llamadas a orar.
Pero ten cuidado de no convertir la oración en familia como el único tipo de oración. Son muchos los gestos que dan sentido religioso a la vida cotidiana de la familia: la bendición antes de las comidas, la oración que se reza en el coche de camino a la escuela, el ritual festivo, el desayuno festivo del domingo por la mañana, la oración en el cementerio por los muertos de la familia…
Esta multitud de atenciones a Dios preparará y dará vida a la oración familiar en sí misma.
Pbstáculos que nos impiden orar en familia
Por la mañana, es una carrera que suele impedir que la pequeña familia se reúna en una oración común. La fe familiar se expresa con mayor frecuencia en la oración de la tarde.
Esta no es la más fácil. Vidas distintas, días dispersos, corridas permanentes, fatiga acumulada, estrés múltiple, salidas apresuradas, el peso de las almas, fatiga corporal – todos factores que a menudo hacen que la rezar sea difícil.
“Nuestros adolescentes refunfuñan o boicotean, los pequeños se agitan, o se pelean. Me temo que esta oración les dará repugnancia a orar de nuevo”, confiesa Isabel, madre de cinco hijos.
Hay otros obstáculos más íntimos: un padre que, por modestia, tibieza o individualismo, se resiste a este ejercicio comunitario, uno de los cónyuges que no comparte la fe de su cónyuge, o su expresión pública, un adolescente que amenaza con sembrar discordia…

¡Sobre todo, no discutir!

Jerónimo, de 14 años, por ejemplo, muestra una abierta hostilidad a la hora de la oración de la tarde: sonríe, se ríe, se niega a participar. ¿Es a Dios a quien rechaza? ¿La oración o particularmente la oración en familia? Hay matices.
“Muchos adolescentes se avergüenzan de rezar con sus seres queridos. Pero no querer participar en la oración en familia no significa rechazar al Señor ni la oración”, señala Elizabeth, madre de cuatro hijos.
“La oración en familia debe ser un lugar de paz, no una fuente de discordia y “presión”, continúa. Nuestra hija mayor decide sistemáticamente ducharse en ese momento, mi marido prefiere leer su periódico… ¡qué pena!
Quizás llegue el momento en que todos podamos orar juntos: mientras tanto, no discutiremos sobre eso. Realmente sería
ineficaz. “Es una oración muy pobre… pero es nuestra”.
¿No es la oración de la tarde una dulce utopía? No, bajo dos condiciones: debes realmente quererlo y no querer lo imposible. “Un cierto perfeccionismo casi mata nuestra oración”, dice Bernardo.
¿Soñábamos con una verdadera liturgia? Llegamos dolorosamente a una pésima oración de tres minutos. Casi lo dejamos todo, y luego nos dijimos: “No. Es una oración pobre… pero es nuestra”.
“Creo que el Señor está de acuerdo. Lo poco que podemos hacer, debemos hacerlo. En el Evangelio, el muchacho de la multiplicación de los panes tenía sólo cinco panes y dos peces, pero los ofreció…”.
Eric, padre de cuatro hijos, confiesa con una sonrisa fatalista: “Madre Teresa dijo que una familia que reza unida permanece unida, nosotros no permanecemos unidos, todo lo contrario. Cuando rezamos juntos, ¡discutimos unos con otros! Así que decidimos mantener únicamente la oración del sábado por la noche, que usamos como una mini liturgia.
Por las tardes durante la semana, hacemos algunos ajustes…”.

Lo importante es encontrar el ritmo

¿Debemos seguir con la oración diaria a toda costa? Las opiniones están divididas. Algunos insisten en la regularidad como una fuerza, una fidelidad, un ritmo que facilita el rito. Los otros tienden, a menudo por necesidad, a favorecer tiempos más largos y menos frecuentes.
“Lo importante es encontrar el ritmo”, dice Georgette Blaquière, teóloga y ensayista católica francesa. A veces es mejor rezar con la familia sólo dos o tres veces por semana, o los domingos. Lo importante es vivirlo “para Dios”; en la verdad, como un tiempo realmente dedicado a Él.
Con demasiada frecuencia nos detenemos en el aspecto “pedagógico” de la oración. Buscamos educar a nuestros hijos en la fe. Confundimos “propósito” y “consecuencias”.

La oración personal no debe ser olvidada

El ideal es, por supuesto, haber podido habituar a la familia a la vida cristiana, para que el niño pueda crecer en este entorno de fe, y pueda cumplir su vocación de oración. Pero es un ideal… Lo importante es encontrar el camino de vuelta a la oración personal cuando estamos perdidos.
Esta es la verdadera fuente de la oración en familia. Sin la oración personal, ésta sólo puede ser una fachada que un día se romperá.
En efecto, la oración en familia no sustituye, ni para los padres ni para los hijos, al diálogo personal con Dios en el silencio del corazón. Al contrario, debe ayudarla.

Por Luc Adrian y Christine Ponsard Edifa, Aleteia


Famiplay: 600 vídeos ya disponibles en una plataforma de ocio audiovisual para toda la familia

Famiplay es la última iniciativa audiovisual de Goya Producciones.
Famiplay es la última iniciativa audiovisual de Goya Producciones.

l pasado 16 de octubre, al recibir el Premio Religión en Libertad 2019 en la categoría Artes de la Imagen, Andrés Garrigó anunció el lanzamiento inminente de un proyecto en el que Goya Producciones llevaba trabajando año y medio: una plataforma audiovisual apta para toda la familia, a la que pueda accederse con plena confianza en los contenidos.
Ya es una realidad: Famiplay ya está disponible con vídeos en streaming cuidadosamente seleccionados y accesibles tanto a través de la web como mediante aplicaciones para iOs y Android.
Garrigó, director de Goya Producciones, explicó a ACI Prensa que la idea nació tras comprobar "que no existía ninguna productora o empresa que llegara a los católicos y que tuviera un producto que pudiera ver la familia todos desde el abuelo al nieto, sin tener problemas de ninguna clase”.
“En el mundo actual", añadió, "la evangelización tiene que pasar por todas las novedades que existen y éste el último grito, las plataformas en todos los sectores de la producción audiovisual”. En Famiplay, todos los productos ofertados “tienen valores católicos o cristianos. También cuentan con valores familiares y hay otros que son de catequesis o infantiles, históricos… De manera que los intereses de todos los miembros de la familia quedan cubiertos".
Rubén Ortega, responsable del proyecto Famiplay, explicó que han salido inicialmente con 200 títulos individuales, pero que contando capítulos de series suman más de 600 vídeos disponibles dentro de un catálogo que va a seguir aumentando: "En los próximos meses tenemos previsto varios estrenos semanales, por lo que la oferta va a ampliarse considerablemente”.
Sobre los contenidos, Ortega explicó que "el primer filtro, el más básico, es que el contenido sea 'blanco', es decir, que desde la imagen, el contenido o las ideas de fondo no haya nada perjudicial para ningún miembro de la familia y por lo tanto que pueda ser visto por todos. Esto quiere decir que no puede haber contenido violento o sexual o con ideas de fondo que no son acordes con la doctrina católica. Si no cumplen esos requisitos, quedan fuera”.
Otro requisito es que “aporte algo”: “Buscamos entretenimiento pero con valores, con una cierta calidad técnica, no vale cualquier cosa”. Han incluido asimismo “títulos clásicos que, aunque técnicamente ahora se ven anticuados, nos sirven de gancho para una gente de cierta edad que quieren que sus hijos vean los mismos dibujos animados que veían ellos de pequeños, aunque somos conscientes de que tienen un calidad más limitada”.
Famiplay ofrece varios tipos de suscripciones y destinará el 50% de los ingresos a los productores de las obras ofertadas, “para que puedan continuar su gran labor de crear contenido sano y positivo para todos los miembros de la familia”. De esta forma, la suscripción no solo da acceso a los contenidos, sino que ayuda "a crear películas, series y documentales con valores que puedan llegar a más y más personas cada día”.
ReL

Drogada y maltratada, miró a su hijo asustado y sintió la «necesidad inexplicable» de un crucifijo

Alexandra no se lo ha quitado desde entonces

De alguna forma, Alexandra sabía que en su vida destruida solo podía encontrar protección en la cruz que desde entonces siempre rodea su cuello.
De alguna forma, Alexandra sabía que en su vida destruida sólo podía
encontrar protección en la cruz que desde entonces siempre rodea su cuello.

La cruz como protección: Alexandra se aferró a ella en el momento más dramático de su descenso a los infiernos, y sintió enseguida el amor del Crucificado. Lo cuenta ella misma en L'1visible:
"Con esa cruz sabría que estaría protegida"
No llegué a conocer a mi padre, y perdí a mi madre muy pronto. Ella sucumbió a su adicción al alcohol y a los fármacos. Yo buscaba respuestas y hallé refugio en las noches makineras. Salía mucho y caí también en la droga. Durante mucho tiempo busqué una escapatoria, comprender la razón de todo ello. No lo conseguí.
Conocí al padre de mi hijo durante una de esas noches. Tras el nacimiento del niño, empezó a pegarme. Leí en los ojos de mi hijo: "¡Mamá, sálvanos, sálvanos!" A partir de ese momento, me escapé, y sentí una necesidad muy fuerte, más fuerte que cualquier otra cosa, una necesidad inexplicable, de comprar la pequeña cruz que llevo ahora al cuello. Tenía la íntima convicción de que esa cruz me protegería.
Empecé a refugiarme en las iglesias, en muchas iglesias. En una de ellas en particular, en mi parroquia, la iglesia más cercana al lugar donde vivía: Santie-Marie-des-Batignolles, sentí mucho, mucho amor. Mucha comprensión. Sentí todo el amor que había en el interior de esa iglesia. Me sentí en brazos de Alguien. Me derrumbé, lloré todas las lágrimas que podía hacer brotar mi cuerpo, todas las lágrimas que podía llorar, y quedé consolada.
Interior de la iglesia de Sainte-Marie-des-Batignolles, en París.
Todo el peso que llevaba sobre mis hombros se lo confié a Jesús, porque solo Él podía comprenderlo, acompañarme y tranquilizarme. Cuando me refugié en sus brazos, al fin comprendí y me sentí comprendida. Finalmente había encontrado alguien que podía ayudarme a avanzar, había encontrado a Dios. Al fin podía avanzar.
Esto me transformó completamente, esta experiencia liberó e hizo surgir la persona que había en mi interior. Una persona que no había recibido el amor que le era debido, el amor que esperaba recibir de sus padres.
Hoy quiero compartir todo ese amor que me habría gustado recibir y del que Jesús me ha colmado, quiero dárselo a todos. He encontrado la paz y la serenidad, me he reconciliado conmigo misma. Este amor me ha quitado mucha amargura y todo el odio que llevaba dentro de mí.
Actualmente, cada mañana, cuando rezo y cuando escucho y participo en la alabanza, recibo una fuerza enorme. Puedo comenzar la jornada con mucho amor, con un sol en mi existencia, con alegría, con compasión, y me digo que mi jornada discurrirá bajo el signo de ese amor inmenso.



sábado, 28 de diciembre de 2019

Los santos inocentes de hoy están más cerca de lo que imaginas


¿Eres como Herodes, que sacrificó a los niños a su propio bienestar de adulto?
Eso sí, de forma civilizada: comprándole un videojuego


CHILD

Durante las fiestas de Navidad se celebra el día de los santos inocentes. Según el evangelio de Mateo, los Magos de Oriente, que habían acordado avisar al rey Herodes dónde encontrar a aquel niño que le usurparía la corona, advertidos en sueños por un ángel pasaron de largo. Ante el engaño, Herodes mandó ejecutar a los niños menores de dos años de Belén. Como peligraba su mundo, cortó por lo sano. Herodes pasó a la Historia como el cruel capaz de todo por mantener su statu, su reinado. 
En estas fiestas navideñas, hacemos un breve parón de nuestro ritmo laboral. Ansiamos descansar y hacer aquello que, de normal, no podemos realizar. Pero estimamos inadecuadamente nuestro tiempo. En primer lugar, porque dueños de nuestro tiempo pensamos que desempeñaremos nuestro ocio manteniendo el ritmo habitual en lugar relajarnos; y, en segundo lugar, porque perdemos de vista que nuestros hijos tienen también vacaciones y eso nos destrona de nuestros proyectos individuales. Si bien el ocio individual puede improvisarse, el familiar exige planificación y, por lo tanto, requiere de esfuerzo. 
El hombre postmoderno y perennemente hiperconectado ha encontrado una vía de solución. Si el tiempo de ocio de nuestros hijos hace peligrar nuestro reinado sobre nuestro ocio, lo mejor es propiciarles un mundo alternativo, llamado videogames, y desterrarlos. Que nos dejen en paz. Sin esfuerzo, cada uno decide en su propia isla, tiene su propio ocio y es rey de su mundo. Voilà.
El estudio #juegaconellos de una empresa juguetera concluye que los padres juegan con sus hijos menos de dos horas a la semana. Hemos marginalizado el ocio. Relegamos el juego compartido a un segundo plano y olvidamos su valor fundamental para el desarrollo de nuestros hijos.

10 beneficios del juego en los niños

Galería fotográfica 
Si la escuela instruye el intelecto, el ocio familiar, y en especial el juego, permite el desarrollo de habilidades no cognitivas de los pequeños. Mediante el juego aprenden la socialización, la importancia de seguir reglas, la paciencia para obtener recompensas por el esfuerzo o la gestión de la frustración.
Cuando jugamos con nuestros hijos les ayudamos en su construcción afectiva y les ayudamos a gestionar sus emociones.  
Pero en su lugar, les ofrecemos mundos paralelos online donde ocuparse sin molestarnos: Pantallas de mundos con bloques, matando zombies o enemigos online. Descubrimos que “Fornite” tiene nuevo baile al verlos con extrañeza convulsionar de forma sincronizada.
Hemos resuelto lo de Serrat de “Niño, deja ya de joder con la pelota” con  “engánchate de una vez a la consola” para seguir reinando sobre nuestro tiempo y ocio individual. Y así los deterramos a un mundo personalizado e irreal.
En contraposición, los juegos de mesa obligan a socializar, gestionar la frustración, seguir reglas,… y hay más de 100.000 que pueden ayudarnos. Los hay de todo tipo, más allá de típicos tiradados, aburridos chorripreguntas o eternos compracalles. Hay una gran cantidad de juegos de mesa que nos permiten desarrollar habilidades no cognitivas, crecer y  divertirnos en familia. 
Quizá de esa manera usando buenos juegos de mesa, si somos conscientes de que el ocio en sí no debería ser marginalizado y que es una oportunidad para crecer en familia, dejemos de “matar” el desarrollo de nuestros niños, nuestros santos inocentes del siglo XXI. 
César Nebot, Aleteia

Esa palabra sencilla con la que comenzar todas nuestras oraciones

Cuando oramos, a veces tenemos un sentimiento de vacío, mezclado con insatisfacción y cansancio. ¿Y si el error fuera ya al principio de la oración?

PRAY

Cuando estábamos de vacaciones con los abuelos, mi abuela comenzaba la oración de la tarde con esta solemne fórmula: “¡Pongámonos en presencia de Dios y adorémosle!”. Cuando pienso en esta fórmula, la veo como muy obsoleta, pero cierta.
Con frecuencia empezamos la oración sin ponernos en contacto con Dios.
Textos para leer, pensamientos para expresar, fórmulas para recitar, varias meditaciones, todo esto se sigue, pero no se sabe con certeza si está dirigido a alguien.
Sería mil veces mejor hacer lo contrario: no tener nada en la cabeza, sino todo en el corazón.

La primera palabra, la más importante

“Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos».
El les dijo entonces: “Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, que venga a nosotros tu Reino”” (Lc 11, 1-2).
La primera palabra es la más importante: no empiezo por decir algo, empiezo por nombrar a alguien.
El Beato Padre Marie-Eugène de l’Enfant-Jésus contó esta historia de una humilde carmelita: disculpándose por ser tan ignorante, tanto en la oración como en el resto, le dijo: “¡Padre, no sé rezarte bien! Cuando empiezo a decir’ ‘Padre Nuestro”, me resulta tan hermoso que no puedo seguir”.
¡Qué razón tiene! Desde los comienzos del novato hasta las experiencias místicas más elevadas, el orante será siempre el siervo que eleva los ojos a su Señor, el hijo que vuelve su corazón hacia el Padre, el discípulo que está a los pies del Maestro.

Un simple “Buenos días” para comenzar la oración

Jesús mismo, según el testimonio de los evangelistas, comienza siempre su oración con la invocación del Nombre “Padre“:
“Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra” (Mt 11,25)
“Padre, ha llegado la hora: glorifica a tu Hijo” (Jn 17,1);
“Padre, perdónalos” (Lc 23,34);
“Padre, si quieres, aleja de mí este cáliz” (Lc 22,42).
Del mismo modo, cuando el ángel Gabriel, en nombre de Dios, se dirige a la Virgen María, no empieza por revelarle el misterio ni por pedirle una respuesta. Sus primeras palabras son un saludo: “¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo” (Lc 1,28).
No podemos orar sin ponernos primero en oración, es decir, en presencia.
Un viejo sacerdote nos lo repetía una y otra vez: “estemos presentes ante la Presencia”.
Comenzar las oraciones personales y las celebraciones litúrgicas con el signo de la cruz y un “Buenos días” al Señor no es un rito arcaico ni una decisión insignificante.
No hay oración sino en la presencia de Dios. Dios está ahí. Antes de que me dirija a él, ya está dirigido a mí.
Padre Alain Bandelier Edifa, Aleteia

viernes, 27 de diciembre de 2019

Cómo la ira de la pareja puede romper la familia


La carta de su hijo de 7 años puso en evidencia el mal ambiente que se vivía en casa.
Un caso extraído de la experiencia del consultorio familiar y matrimonial de Aleteia.


ARGUING
En consultoría, el joven matrimonio manifestaba la preocupación y tristeza que les produjo leer la carta que su hijo de siete años había puesto en el árbol de navidad. En ella, en esforzada caligrafía, pedía sus anhelados regalos, aclarando que no le importaría no recibirlos, si en vez de ello, sus papás dejaban de pelear, pues eso le daba mucho miedo y tristeza.
Al leerla quedaron desolados, pues no sabían lo que sus constantes discusiones estaban afectando emocionalmente a su hijo, que  al no ser capaz de manifestarlo verbalmente, lo comenzaba a hacer a través de ciertas actitudes de infantil rebeldía.
Tenía ya cierto daño emocional.
Decidieron entonces dialogar para llegar a propósitos concretos, que les ayudaran a superar el triste y preocupante relieve de su crisis, a favor de su hijo, mas pronto comenzaron los primeros posicionamientos… y discusiones.
Decidieron entonces no comprar los regalos, sin antes recibir ayuda especializada.
Partían del error de suponer de que aun amándose, “sus caracteres eran incompatibles”, cuando en realidad era “falta de verdadero carácter”, pues este se forma por la adquisición voluntaria de virtudes, y, siendo así, tal incompatibilidad no es un diagnóstico válido para problemas conyugales.
Gracias a su amor y  a su rectitud de intención comprendieron que el trasfondo de su incapacidad para crear el ambiente de comunidad de vida y amor, propio de una familia, era ante todo la ausencia en ambos de la virtud de la mansedumbre ( la virtud que modera la ira y sus efectos desordenados).
Así que se hicieron un propósito: trabajar para adquirir esta virtud.  Ese sería el mejor regalo de navidad para su pequeño hijo, y para ellos también.

CHRISTMAS
Shutterstock | Grusho Anna

Fuertes y mansos

La mansedumbre es propia de los fuertes de espíritu, por ello el ejercicio de la virtud, requiere de continuos actos de fortaleza interior de quien es capaz de morir a sí, poniendo la otra mejilla para hacer más feliz al amado, mientras lo ayuda a superarse.
Una actitud que se opone a las estériles manifestaciones del mal carácter, que no son más que signos de debilidad ante enfados que no tienen razón de ser, y que no se presentarían ante la fortaleza de una sonrisa o un silencio.
Por ello, admitiendo circunstancias en que la convivencia les resulta especialmente dificultosa, se les propuso partir de tres premisas:
  • El mal carácter que los rebasaba en las ocasiones y circunstancias que ellos bien conocían, no se explicaba por los defectos y limitaciones del otro; o dicho de otro modo, la paz de espíritu que cada uno debía conquistar, no podía depender del buen carácter o benevolencia del otro, pues siendo así, no sería virtud.
  • La bondad del temperamento, el carácter, la benevolencia del cónyuge, no están sometidos al poder o al arbitrio del otro, de ninguna manera, lo cual sería absurdo.
  • Las manifestaciones de la falta de verdadero carácter, como la ira, arrebatos y otras desafortunadas reacciones, no deben tomar como rehenes la paz del corazón y la tan necesaria comunicación del amor.
Luego concretamos en algunas formas de vivir la virtud de la mansedumbre, y hacer agradable la vida en familia, como:
  • No pretender tener siempre la razón.
  • Pedir perdón aun sin tener culpa,  para evitar cerrarnos en el orgullo de quien tiene la razón.
  • Pasar por alto los roces de la convivencia, sin conceder espacio a las explosiones de mal humor, que van corroyendo poco a poco el amor entre los esposos.
  • No tener inconveniente en repetir los argumentos, ante las incomprensiones o distracciones de quien debe escuchar.
  • Pasar por alto las malas maneras y faltas de correspondencia, a los propios  actos de generosidad.
  • Sobre todo, soportar y perdonar rápido las heridas recibidas en el amor propio.
Y más…
Ante el esfuerzo que en ciertos momentos tales actitudes pueden costar, considerar siempre lo que el otro nos habrá a su vez soportado, y, poco a poco, por este camino se irían convenciendo que el poder de superar su mal carácter, no dependerá ya de las virtudes del otro, sino de las propias.
Como la experiencia dice que cuando se descuida o no se lucha en la formación del buen carácter, puede más el falso orgullo de un errado amor propio, que provoca graves problemas y rupturas matrimoniales.
No es suficiente con que los esposos se amen, es preciso además que entiendan y respeten, para consolidar su amor y extenderlo hacia los hijos.
Por fortuna los consultantes estaban a tiempo de enmendar.
En el matrimonio, la ayuda mutua, la procreación y educación de los hijos, son bienes que en los esposos hacen posibles la adquisición de virtudes, para no tener más que un corazón y un alma al servicio del amor.
Por Orfa Astorga de Lira. Aleteia
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