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lunes, 30 de noviembre de 2015

Afganistán: Un niño de 12 años es reclutado para cometer un atentado suicida



El menor fue vendido por sus padres a los talibanes por 100 dólares. 
Pudo escapar y entregarse a la policía antes de inmolarse





Un niño de 12 años llamado Zekirya, que había sido formado por un grupo de fundamentalistas islámicos para inmolarse, se entregó a la policía después de escaparse de un centro de entrenamiento en el noroeste de Afganistán.

El menor había sido vendido por sus padres a los talibanes por 100 dólares norteamericanos en la provincia de Faryab, para luego recibir entrenamiento para cometer un ataque suicida, según informó el Ministerio del Interior afgano.

Zekirya confesó a la policía que compartía lecciones de manipulación de explosivos con otros seis niños, y que se escapó cuando ya le habían indicado que debía inmolarse en las oficinas gubernamentales del distrito de Qaisar, en Faryab.

El menor aseguró que estaba bajo el mando de un mulá, quien les había dicho que si atacaban con explosivos al jefe de policía y otros altos funcionarios de Qaisar irían “al paraíso”.

En Afganistán, los más pequeños siempre han sido utilizados para actividades insurgentes, como hacer explotar artefactos explosivos improvisados, efectuar labores de vigilancia e información sobre la ubicación de las fuerzas de seguridad y funcionarios gubernamentales, recoger armas abandonadas o incluso combatir en el bando de los talibanes. Las autoridades afganas dicen haber arrestado a unos 250 menores de edad en los últimos 10 años debido a estas actividades.

En los últimos tiempos, es cada vez mayor el número de niños que se inmolan en atentados suicidas. Los menores están siendo reclutados en las madrasas o escuelas coránicas porque pueden ser más fácilmente influenciados para que lleven a cabo este tipo de ataques, y las fuerzas de seguridad rara vez sospechan de ellos.

El año pasado, una niña de diez años fue detenida por la policía después de confesar que su hermano, un comandante talibán, le ordenó cometer un ataque suicida contra un puesto de control en la provincia de Helmand, en el sur de Afganistán.

En marzo de 2013, también en Helmand, dos niños murieron y otros seis resultaron heridos por la detonación de un chaleco cargado de explosivos durante unas lecciones en una madrasa sobre su manejo y fabricación.

En 2011 se produjeron además varios casos en los que menores de edad perpetraron atentados suicidas tanto en Afganistán como en las zonas de Pakistán próximas a la frontera.


(Zenit.org)

Cómo lograr “hijos exitosos”


¿Qué sueños y aspiraciones tienes hacia tus hijos?

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Comenzaremos definiendo la palabra éxito: originado en el término latinoexitus (“salida”), el concepto se refiere al efecto o la consecuencia acertada de una acción o de un emprendimiento.
Por lo que queridos “papá y mamá” viendo que toda acción que hoy se pueda realizar para con los hijos es crucial y fundamental para su buen desarrollo futuro y duradero, tomen en cuenta esta reflexión.
Muchos cuestionamientos cruzan por la mente de los progenitores al hablar de este tema, amén que muchas son las expectativas, ¿qué puedo hacer para que mi hijo/a alcance la felicidad y la satisfacción?, ¿cómo actuar?, ¿qué evitar?…
Mi experiencia en este campo con niños/as y familias puede colaborar con madres y padres ansiosos de hacer una buena tarea.
¿Qué hacer por mi hijo?
La primera sugerencia a la hora de educar y lograr el desarrollo de los niños/as es tener bien presente que cada niño/a es único e irrepetible, así como la experiencia de su desarrollo, y que puede haber “recetas”, pero cada progenitor tiene un lazo único con su hijo/a que puede guiarse con total asertividad en ese desarrollo. Es importante dejarse guiar por ese impulso llamado “instinto de padres”.
Otra estrategia es el AMOR, y cuando hablamos de esta palabra nos imaginamos, pensamos y decimos frases como estas, “pero si yo tengo todo el amor del mundo hacia mis hijos” o “evidente que tenemos amor hacia ellos…”, “…somos sus padres”, claro, como padres desde siempre está y estuvo presente el amor, pero la estrategia del amor consiste enDEMOSTRAR amor y rodear de amor a los hijos.
De este segundo punto dependerá en gran medida el resultado y el desarrollo de un niño/a seguro/a y por ende un adulto exitoso.
Estas son unas sugerencias a las que llamaremos ESTRATEGIAS DE AMOR:
Demuestre a su hijo afecto: dígalo con palabras porque los niños y todas las personas necesitan escuchar que son amados, apreciados, valorados, estimados. Además de esto el tiempo que se ocupe usted de su hijo lo hará sentir más confortado y acompañado (a veces la presencia de algún progenitor por circunstancias especiales no puede ser frecuente, lo importante no es la cantidad de tiempo, sino la calidad con la que demuestran los afectos).
No saque a relucir constantemente sus errores: es fundamental para los padres no hacer hincapié en los aspectos negativos que hacen los hijos, al contrario se fomenta y se desarrollan mejor las potencialidadesincentivando los aspectos positivos que logra el niño por más pequeños que sean, esto hace que se refuerce la autoestima y la constancia en mejorar.
Juegue con su hijo: la psicología lo expresa claramente, el mejor aprendizaje para los niños es el juego, el niño se desarrolla física, intelectual y emocionalmente jugando, aprende habilidades, comparte, entiende el proceso de tolerancia a la frustración (a saber perder).
No lo mande a tantas actividades extra-escolares: muchos padres equivocadamente mandan a sus hijos a aprender diferentes habilidades, limitándolo de disfrutar de la familia, del ocio, del aire libre y del juego en el cual podría encontrar mejores resultados.
Menos TV, juegos interactivos, internet, más acción: la diferencia de esta generación con la que la antecedió es que hoy en día los chicos tienen actividades más pasivas, desarrollan cada vez menos sus actividades motrices y su imaginación.
No debemos caer en el error de usar a la tecnología como niñera, ya que además exponemos a los chicos a otros peligros inminentes.
Es importante que jueguen al aire libre, en la plaza, con juguetes didácticos y que el juego sea motivo de integración y desarrollo.
Podemos decir que en nuestras zonas aún encontramos áreas para que la familia pueda ir y realizar actividades al aire libre, así queaprovechemos lo que nos brinda la naturaleza.
Reglas claras: así como los padres hoy más que nunca deben ser flexibles en el proceso de educación de sus hijos, las reglas que impongan deben ser claras dentro de la familia. Los chicos deben conocerlas muy bien y ser respetadas tanto por los padres como por los hijos (horarios, tareas, modales, valores, etc.).
La comunicación: este punto es fundamental en la estrategia del amor, debe ser bidireccional.
Esto quiere decir que mamá y papá deben hablar con sus hijos y que a la vez estos deben escuchar a sus hijos para lograr vivir en armonía y que ellos puedan entender y ser protagonistas en algunas decisiones y/o actividades de la familia.
Estas sugerencias pueden ayudarnos a poder educar a nuestros hijos y a que logren aquello que tanto deseamos para ellos, LA REALIZACIÓN. Dejemos de lado LA PATERNIDAD PASIVA, pongamos manos a la obra que con amor todo es posible.

Por Eva Melgarejo, licenciada en Psicología Clínica y Psicología Infantil, terapeuta familiar y docente.
Artículo originalmente publicado por Familia Cristiana

Juleon Schins, físico: «Siempre que pareció haber una contraposición entre ciencia y fe, ganó la fe»

Juleon Schins, físico: «Siempre que pareció haber una contraposición entre ciencia y fe, ganó la fe»
El profesor Juleon Schins, en su laboratorio de nanotecnología.
Carmelo López-Arias, ReL
Es llamativo el título: La ingenuidad española(Círculo Rojo). Aunque su autor nos aclara enseguida que escribirá pronto sobre la ingenuidad de otros pueblos: “Empecé con España porque tengo la impresión de que seréis el pueblo que dentro de cincuenta años salve la fe de Europa”. 

Juleon Schins tiene 51 años, es católico y lo ha sido siempre: “Nunca he tenido una profunda crisis religiosa ni he visto una ‘gran luz’ que me hiciera volver a la fe”. Holandés de padres holandeses, aunque nacido en Suiza, se doctoró en Física Molecular por la Universidad de Amsterdam, tiene estudios de postgrado en Biofísica, ha trabajado en diversos centros de investigación –entre ellos la Escuela Nacional Superior de Técnicas Avanzadas de París- y desde 2002 es profesor de nanotecnología en la University of Technology de Delft (Holanda). 



Cuando habla de ingenuidad, es para alertar de algunos errores en la actuación pública de los católicos

-¿Qué entiende por ingenuidad?
-Me limito a la definición del Evangelio, porque no soy teólogo: “Los hijos de este mundo son más astutos para sus cosas que los hijos de la luz” (Lc 16, 8). La virtud opuesta a la ingenuidad es aquella parte de la prudencia que regula el comportamiento de la persona hacia todo lo no-inmediato, lo no-personal: es decir, lo político, lo social. 

-¿Es una característica de los católicos?
-Es característica de todo hombre afectado por el pecado original. Pero el mismo Evangelio dice que los hijos de la luz somos menos prudentes que los de las tinieblas. Como pobre físico que soy, que lo ve todo a través del microscopio de lo cuantitativo, pienso: a más luz, menos prudencia. La ingenuidad no es propia de los católicos por ser católicos, sino por ser hijos de la luz. Y la ingenuidad típicamente católica es la ingenuidad de un pueblo con fuerte tradición católica, como españoles, italianos y polacos. 

-¿En qué consiste?
-La ingenuidad que esos países tienen en común es un cierto error en la delimitación entre lo debido al César y lo debido a Dios. Por ejemplo, fieles que consideran su parroquia como una familia cerrada, u obispos que hablan de política. Una excepción espectacular es Juan Pablo II cuando era arzobispo de Cracovia: en momentos increíblemente duros, en situaciones increíblemente complicadas, siempre supo ser pastor de su rebaño, con el debido sometimiento a las autoridades comunistas, y con la debida resistencia, con un equilibrio muy pensado.

-¿Cómo se consigue ese equilibrio?
-Aparte de una fe colosal, Juan Pablo II tenía un profundo conocimiento del comunismo y del hombre católico polaco. Este profundo conocimiento práctico, junto con todas sus virtudes, le hicieron inmune para la ingenuidad. Nunca se dejó llevar por la ira, la gran amiga de la ingenuidad.

-¿Por qué dice eso?

-Porque la ira lleva a decir cosas por las que luego hay que pedir perdón, a veces públicamente.

-Usted es católico y científico. ¿Puede haber entre la ciencia y la fe una contraposición real?
-Mi fe me dice que no puede haber contraposición entre ciencia y fe, ni real, ni aparente. Siempre que pareció haber una contraposición entre ciencia y fe, ganó la fe. Como en el caso de Fred Hoyle y su universo eterno sin inicio. O en el caso del pecado original: según la genética, hubo un bottleneck [cuello de botella] de la especie humana hace 200.000 años; esto puede interpretarse como la supervivencia de Noé y los suyos; como la pareja inicial, Adán y Eva, puede haber vivido hasta hace siete millones de años, va a ser muy difícil demostrar genéticamente la imposibilidad de que toda la humanidad descienda de una sola pareja. En cuanto al caso Galileo, allí tampoco hubo contraposición: los jesuitas astrónomos estaban de acuerdo con él y hasta le ayudaron identificar errores en su razonamiento; los que provocaron la crisis fueron los filósofos aristotélicos. 

-La ciencia ¿aleja de la fe, acerca a la fe, son campos independientes...?
-Ciertamente son campos independientes, en el sentido de que contemplan una misma realidad desde distintos puntos de vista. Nunca he conocido una conversión a la fe por las ciencias cuantitativas. ¡Así que espero poco, desde el punto de vista apologético, de las reflexiones de mi libro sobre las desigualdades de Bell o la causalidad cuántica! Sí conozco bastantes ejemplos de sabios en la historia de la Iglesia, o entre los mismos Padres, que se han convertido por su conocimiento científico (argumentos históricos, teológicos, patrísticos, no cuantitativos), como el americano Scott Hahn, la holandesa Cornelia de Vogel o la judía alemana Edith Stein. Muchísimos más ejemplos conozco de científicos no creyentes que se han convertido a través de un amigo creyente y a base de argumentos no-científicos. 

-¿Y los científicos que se declaran ateos?
-Ganan un dinerillo bastante interesante por escribir tonterías acerca de un dios que no existe.

-¿Cuál debe ser la actitud del científico ante los milagros?
-La misma de un no-científico, salvo en el caso de que el científico sea un experto en la materia del mismo milagro. Entonces tiene su parte de responsabilidad en convencer a los demás del carácter milagroso de los hechos considerados. 

-¿Qué propone para que la apologética católica sea más eficaz?

-Dedicarse a fondo a la estadística. Por ejemplo, en cuanto a los beneficios de la educación separada. O en cuestiones de teología moral fundamental, moral sexual o social, cuestiones antropológicas o las enseñanzas sociales del Magisterio. En vez de escribir una tesis doctoral sobre la influencia de San Pacomio en el cenobitismo… salir a la calle y buscar datos, por ejemplo, sobre la delincuencia en función de la educación primaria y secundaria recibida. O, en cuanto al aborto y las uniones homosexuales, yo no me centraría tanto en las leyes. A mayor libertad de aborto, más se desenmascara a los abortistas. Cuantas más adopciones por parejas homosexuales haya, más oportunidades se presentan para hacer tesis doctorales que expliquen cuantitativamente su desastre educativo-emotivo-psicológico.

Francisco anima a mirar «a la otra orilla, el Cielo que nos espera» y ser «más alegres, más santos»

Francisco anima a mirar «a la otra orilla, el Cielo que nos espera» y ser «más alegres, más santos»



Tras la misa, Francisco escuchó y se dirigió a los jóvenes centroafricanos, invitándoles a no huir de los problemas y a perdonar a los enemigos. También confesó a algunos antes de dar por concluida la jornada.

Más de 30.000 personas han participado con el Papa Francisco en la eucaristía en el estadio Barthelemy Boganda de Bangui, la capital centroafricana, su último gran acto público en un viaje que le ha mantenido 6 días en tierras africanas.
Nadie celebraba un gran acto de masas en este estadio desde el golpe de estado de los rebeldes musulmanes de Seléka en marzo de 2013 (el último fue un mítin del presidente anterior). Llenarlo de cánticos, alegría y oración ha sido un gesto de esperanza simbólico y poderoso para la sufrida población de República Centroafricana.

En un país atribulado por la pobreza (desde siempre) y la violencia (desde hace 3 añ0s) Francisco ha predicado la salvación en Cristo y ha animado a poner los ojos en "la otra orilla" que es “la vida eterna, el Cielo que nos espera”. La vida eterna, ha asegurado, no es una ilusión, no es una fuga del mundo, sino una poderosa realidad que nos llama y compromete a perseverar en la fe y en el amor.

Una vez más, el catolicismo africano ha desplegado su alegría celebrativa con bailes y cánticos y banderas, participados con entusiasmo por todos los asistentes. 

Precisamente, el Papa pidió a los cristianos que compartiesen ese entusiasmo son desfallecer. Así, exhortó a "perseverar con entusiasmo en la misión, una misión que necesita de nuevos mensajeros, más numerosos todavía, más generosos, más alegres,más santos. Todos y cada uno de nosotros estamos llamados a ser este mensajero que nuestro hermano, de cualquier etnia, religión y cultura, espera a menudo sin saberlo".

En TouTube, misa íntegra en el estadio Boganda; la procesión de entrada empieza en el minuto 14. El vídeo dura 2 horas 22 minutos. 



Texto íntegro de la homilía del Papa en la misa de Bangui
No deja de asombrarnos, al leer la primer lectura, el entusiasmo y el dinamismo misionero del Apóstol Pablo. «¡Qué hermosos los pies de los que anuncian la Buena Noticia del bien!» (Rm 10,15).

Es una invitación a agradecer el don de la fe que estos mensajeros nos han transmitido. Nos invita también a maravillarnos por la labor misionera que -no hace mucho tiempo- trajo por primera vez la alegría del Evangelio a esta amada tierra de Centroáfrica.

Es bueno, sobre todo en tiempos difíciles, cuando abundan las pruebas y los sufrimientos, cuando el futuro es incierto y nos sentimos cansados, con miedo de no poder más, reunirse alrededor del Señor, como hacemos hoy, para gozar de su presencia, de su vida nueva y de la salvación que nos propone, como esa otra orilla hacia la que debemos dirigirnos.

La otra orilla es, sin duda, la vida eterna, el Cielo que nos espera. Esta mirada tendida hacia el mundo futuro ha fortalecido siempre el ánimo de los cristianos, de los más pobres, de los más pequeños, en su peregrinación terrena. La vida eterna no es una ilusión, no es una fuga del mundo, sino una poderosa realidad que nos llama y compromete a perseverar en la fe y en el amor.

Pero esa otra orilla más inmediata que buscamos alcanzar, la salvación que la fe nos obtiene y de la que nos habla san Pablo, es una realidad que transforma ya desde ahora nuestra vida presente y el mundo en que vivimos: «El que cree con el corazón alcanza la justicia» (cf. Rm 10,10). Recibe la misma vida de Cristo que lo hace capaz de amar a Dios y a los hermanos de un modo nuevo, hasta el punto de dar a luz un mundo renovado por el amor.

Demos gracias al Señor por su presencia y por la fuerza que nos comunica en nuestra vida diaria, cuando experimentamos el sufrimiento físico o moral, la pena, el luto; por los gestos de solidaridad y de generosidad que nos ayuda a realizar; por las alegrías y el amor que hace resplandecer en nuestras familias, en nuestras comunidades, a pesar de la miseria, la violencia que, a veces, nos rodea o del miedo al futuro; por el deseo que pone en nuestras almas de querer tejer lazos de amistad, de dialogar con el que es diferente, de perdonar al que nos ha hecho daño, de comprometernos a construir una sociedad más justa y fraterna en la que ninguno se sienta abandonado.

En todo esto, Cristo resucitado nos toma de la mano y nos lleva a seguirlo. Quiero agradecer con ustedes al Señor de la misericordia todo lo que de hermoso, generoso y valeroso les ha permitido realizar en sus familias y comunidades, durante las vicisitudes que su país ha sufrido desde hace muchos años.

Es verdad, sin embargo, que todavía no hemos llegado a la meta, estamos como a mitad del río y, con renovado empeño misionero, tenemos que decidirnos a pasar a la otra orilla.

Todo bautizado ha de romper continuamente con lo que aún tiene del hombre viejo, del hombre pecador, siempre inclinado a ceder a la tentación del demonio -y cuánto actúa en nuestro mundo y en estos momentos de conflicto, de odio y de guerra-, que lo lleva al egoísmo, a encerrarse en sí mismo y a la desconfianza, a la violencia y al instinto de destrucción, a la venganza, al abandono y a la explotación de los más débiles...

Sabemos también que a nuestras comunidades cristianas, llamadas a la santidad, les queda todavía un largo camino por recorrer. Es evidente que todos tenemos que pedir perdón al Señor por nuestras excesivas resistencias y demoras en dar testimonio del Evangelio. Ojalá que el Año Jubilar de la Misericordia, que acabamos de empezar en su País, nos ayude a ello. Ustedes, queridos centroafricanos, deben mirar sobre todo al futuro y, apoyándose en el camino ya recorrido, decidirse con determinación a abrir una nueva etapa en la historia cristiana de su País, a lanzarse hacia nuevos horizontes, a ir mar adentro, a aguas profundas.

El Apóstol Andrés, con su hermano Pedro, al llamado de Jesús, no dudaron ni un instante en dejarlo todo y seguirlo: «Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron» (Mt 4,20). También aquí nos asombra el entusiasmo de los Apóstoles que, atraídos de tal manera por Cristo, se sienten capaces de emprender cualquier cosa y de atreverse, con Él, a todo.

Cada uno en su corazón puede preguntarse sobre su relación personal con Jesús, y examinar lo que ya ha aceptado -o tal vez rechazado- para poder responder a su llamado a seguirlo más de cerca. El grito de los mensajeros resuena hoy más que nunca en nuestros oídos, sobre todo en tiempos difíciles; aquel grito que resuena por «toda la tierra [...] y hasta los confines del orbe» (cf. Rm 10,18; Sal 18,5).

Y resuena también hoy aquí, en esta tierra de Centroáfrica; resuena en nuestros corazones, en nuestras familias, en nuestras parroquias, allá donde quiera que vivamos, y nos invita a perseverar con entusiasmo en la misión, una misión que necesita de nuevos mensajeros, más numerosos todavía, más generosos, más alegres, más santos. Todos y cada uno de nosotros estamos llamados a ser este mensajero que nuestro hermano, de cualquier etnia, religión y cultura, espera a menudo sin saberlo. En efecto, ¿cómo podrá este hermano -se pregunta san Pablo- creer en Cristo si no oye ni se le anuncia la Palabra?

A ejemplo del Apóstol, también nosotros tenemos que estar llenos de esperanza y de entusiasmo ante el futuro. La otra orilla está al alcance de la mano, y Jesús atraviesa el río con nosotros. Él ha resucitado de entre los muertos; desde entonces, las dificultades y sufrimientos que padecemos son ocasiones que nos abren a un futuro nuevo, si nos adherimos a su Persona. Cristianos de Centroáfrica, cada uno de ustedes está llamado a ser, con la perseverancia de su fe y de su compromiso misionero, artífice de la renovación humana y espiritual de su País.

Que la Virgen María, quien después de haber compartido el sufrimiento de la pasión comparte ahora la alegría perfecta con su Hijo, los proteja y los fortalezca en este camino de esperanza. Amén.

domingo, 29 de noviembre de 2015

Adviento, tiempo para despertar





 Varios jóvenes ofrecen algunas ideas para vivir un tiempo de Adviento más profundo, más consciente y con más sentido, en preparación para la Navidad. Una reflexión sobre la manera superficial que a veces la sociedad contemporánea vive esta época destinada la escucha, la espera y el silencio interior.


Adviento, esperanza y humildad. Benedicto XVI


Empezamos el tiempo de adviento con alegría, aunque la Iglesia parezca vivir momento de incertidumbre y desorientación. Los seres humanos tendemos a preocuparnos por las tempestades que azotan las raquíticas embarcaciones de nuestra fe (Mt 8, 23). Nunca nos acordamos que Cristo está con nosotros, durmiendo mientras nosotros nos sentimos nerviosos y temerosos del futuro. Se nos olvida que en el Adviento nos preparamos para las tres venidas de Cristo ¿Tres? Claro que son tres: 
En el primer domingo de Adviento, el breviario romano propone a los orantes una catequesis de Cirilo de Jerusalén (Cat. XV,1-3: PG 33,870-874), que comienza con estas palabras: «Anunciamos la venida de Cristo, pero no una sola, sino también una segunda... Esta doctrina sobre la doble venida ha dejado su sello en el cristianismo y forma parte del núcleo del anuncio del Adviento. Todo esto es correcto, pero insuficiente. 
Apenas unos días después, el miércoles de la primera semana de Adviento, el breviario ofrece una interpretación tomada de las homilías de Adviento de san Bernardo de Claraval, en la cual se expresa una visión complementaria. En ella se lee: «Sabemos de una triple venida del Señor. Además de la primera y de la última, hay una venida intermedia (adventus medius)... En la primera venida, el Señor vino en carne y debilidad; en esta segunda, en espíritu y poder; y, en la última, en gloria y majestad» (In Adventu Domini, serm. III, 4.V, 1: PL 183, 45A.5050C-D). Para confirmar su tesis, Bernardo se remite a Juan 14,23: «El que me ama guardará mi palabra y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él».  
Se habla explícitamente de una «venida» del Padre y del Hijo: es la escatología del presente, que Juan desarrolla. En ella no se abandona la espera de la llegada definitiva que cambiará el mundo, pero muestra que el tiempo intermedio no está vacío: en él está precisamente el adventus medius, la llegada intermedia de la que habla Bernardo. Esta presencia anticipadora forma parte sin duda de la escatología cristiana, de la existencia cristiana. (Benedicto XVI. Jesús de Nazaret II) 
El “adventus medius” es la preparación para que Cristo nazca en cada uno de nosotros. Cristo no es acontecimiento externo, que sucedió hace siglos. Tampoco el un acontecimiento que sucederá en un futuro incierto. Cristo es una realidad en cada momento de nuestra vida y por eso su nacimiento en nosotros, es tan importante. El Adviento siempre es una llamada a la conversión y a la esperanza. Dios es todopoderoso, por lo que los que le sucede a nuestra barquitas personales, también es un asunto que le interesa. No nos olvida, aunque espere tranquilamente nuestra llamada. La esperanza es una espera con sentido, por eso la espera no lleva nervios o temor. Dios todo lo puede. 
Es cierto que la sociedad y la misma Iglesia, pasa por momentos complicados y desalentadores. Los síntomas que padecemos son preocupantes y graves, pero para Dios todo es posible. Que nosotros olvidemos a Dios no quiere decir que El nos olvide. Que despreciemos la sacralidad como espacio y tiempo donde encontrarnos con Dios, no hace que Dios deje de amarnos y ofrecernos su mano. Aunque confundamos lo sagrado y lo social, creando una amalgama que no tiene pies no cabeza, Dios no nos abandona. Espera en nuestra barca tranquilamente a que le pidamos que intervenga para que la esperanza nazca día a día dentro de nosotros. 
Si nos sentimos triste, desorientados, mareados por los vaivenes eclesiales y los constante enfrentamientos que padecemos, de nada nos vale quedarnos en una esquina sufriendo. Tenemos que llamar a Cristo y decirle que despierte. Que sea Él quien pare la tempestad que vive nuestro corazón y Quien dé la esperanza a nuestra vida. Cuando Cristo fue tentado, respondió al diablo: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra de sale de la boca de Dios”. 

Oración en la espera de un hijo

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Señor, Padre nuestro,
te damos gracias por el don maravillosa
con el cual nos haces partícipes
de tu divina paternidad.
En este tiempo de espera, te pedimos
que protejas a este hijo nuestro,
lleno aún de misterio,
para que nazca sano a la luz del mundo
y al nuevo nacimiento del bautismo.
Madre de Dios,
a tu corazón maternal confiamos nuestro hijo.
Artículo originalmente publicado por Radio Maria

Un notable discurso del Papa Francisco para la historia

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Ofrecemos la parte final de las palabras que dirigió el Papa en español a los religiosos, sacerdotes y seminaristas keniatas. Por su espontaneidad, por su intensidad, por el tono duro de algunos pasajes y el humorístico de otros y, sobre todo, porque trazó un programa de vida en Cristo muy concreto y universal, figurará entre las piezas más recordadas del pontificado de Francisco. 




El Papa da la clave («Si transformo lo negativo en positivo, soy un triunfador») y el método: rezar

Improvisó en español, conmovido por el duro testimonio de dos jóvenes
El Papa da la clave («Si transformo lo negativo en positivo, soy un triunfador») y el método: rezar
Francisco explicó a los jóvenes de Uganda el gran poder de la oración.

El Papa Francisco improvisó su discurso en español en su encuentro con los jóvenes de Uganda. Ante la multitud congregada en el Kololo Air Strip de la ciudad de Kampala, el Santo Padre les alentó a no dejar nunca de rezar, pues la oración es el arma más fuerte que tienen los jóvenes.

Dos jóvenes, dos experiencias traumáticas
Uganda es un país duramente golpeado por años de guerra civil y enfermedades como el VIH/sida. Los dos testimonios que escuchó Francisco hoy fueron precisamente los de un joven que fue secuestrado por un grupo armado y el de una joven nacida con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).

El VIH/sida, de contagio a través de relaciones sexuales y la sangre, en países pobres es frecuentemente transmitido de una madre portadora del virus a sus hijos al momento del parto.



Winnie Nansumba, hoy de 24 años, nació y vive con VIH. La joven aseguró que “siempre encontré difícil enamorarme porque pensé que no tenía el derecho a amar y ser amada. Siempre tuve miedo de explicar mi vida”. “Gracias a Dios desarrollé una actitud positiva hacia esto con el paso del tiempo”, señaló.



Por su parte, Emmanuel Odokonyero relató que fue secuestrado por el terrorista Ejército de Resistencia del Señor [Lord’s Resistance Army] junto a otros 41 estudiantes del Seminario Menor del Sagrado Corazón, en la ciudad de Lacor (norte de Uganda) en 2003. Emmanuel fue torturado junto a sus compañeros y vio morir asesinados a muchos de ellos. Pero “por la gracia de Dios”, logró escapar el 11 de agosto de 2003. “No estaba en mis fuerzas, sino gracias a Dios Misericordioso que me guió”, dijo.

El valor de las experiencias negativas

Francisco señaló que “escuché con mucho dolor en el corazón el testimonio de Winnie y Emmanuel. Pero a medida que iba escuchando me hice una pregunta, ¿una experiencia negativa puede servir para algo en la vida? Sí”.

“Tanto Emmanuel como Winnie han sufrido experiencias negativas. Winnie pensaba que no había futuro para ella, que la vida para ella era una pared delante, pero Jesús le fue haciendo entender que en la vida se puede hacer un gran milagro, transformar una pared en horizonte”, dijo.

“Esto no es magia, esto es obra de Jesús. Porque Jesús es el Señor, Jesús puede todo”, aseguró.

El Papa recordó que “Jesús sufrió la experiencia más negativa de la historia: fue insultado, fue rechazado y fue asesinado. Y Jesús, por el poder de Dios, resucitó. Él puede hacer en cada uno de nosotros lo mismo con cada experiencia negativa. Porque Jesús es el Señor”.

Francisco señaló luego que “Emmanuel fue valiente, se animó. El sabía que si lo encontraba el día que se escapaba lo mataban. Arriesgó. Se confió en Jesús. Y se escapó. Y hoy lo tenemos aquí después de 14 años, graduado en ciencia administrativa”.



“Siempre se puede”, aseguró el Papa, y explicó que “nuestra vida es como una semilla, para vivir hay que morir. Y morir a veces físicamente, como los compañeros de Emmanuel. Morir como murió Carlos Luanga y los mártires de Uganda”.

“Pero a través de esa muerte hay una vida, una vida para todos. Si yo transformo lo negativo en positivo soy un triunfador. Pero eso solamente se puede hacer con la gracia de Jesús”, indicó.

La oración, el arma más fuerte
El Papa explicó además que “si vos querés que Jesús te cambie la vida pedile ayuda. Y esto se llama rezar. ¿Entendieron bien? Rezar”.

“Nunca dejen de rezar. La oración es el arma más fuerte que tiene un joven. Jesús nos quiere”, aseguró.

Cuando Jesús entra en nuestras vidas, dijo, “va a luchar, a luchar contra todos los problemas que señaló Winnie. Luchar contra la depresión, luchar contra el sida”.

Acudir a la Virgen María
Francisco alentó a los jóvenes a que cuando tengan un problema “lo mejor que podemos hacer es ir donde nuestra Madre. Y rezarle a María, nuestra Madre”.

“Les agradezco mucho que hayan escuchado, les agradezco que quieran cambiar lo negativo en positivo, que quieran luchar contra lo malo con Jesús al lado. Y sobre todo, les agradezco que tengan ganas de nunca dejar de rezar”, expresó el Papa.

Tras rezar un Ave María junto a los jóvenes, Francisco les dio su bendición y les pidió que recen por él. “Lo necesito, no lo olviden”, señaló.
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viernes, 27 de noviembre de 2015

9 preguntas que todo buen novio debería saber contestar



María Belén Andrada, CatholicLink
El noviazgo es un tiempo hermoso. Un momento donde experimentamos la ansiedad por encontrarnos con la otra persona, donde a algunos nos sale a flote nuestro lado más “cursi” –lo cual puede tener manifestaciones terribles, todo dependiendo de la “gravedad” de la situación–, donde el alma parece dar un vuelco cada vez que se piensa o se escucha al otro, se vive un vaivén de sorpresas, se recolectan recuerdos compartidos y todo nos habla del amor.
Al mismo tiempo, junto a todo este revoloteo de sentimientos, es un proceso de preparación y de maduración, donde la pareja se descubre a sí misma y camina hacia un compromiso para toda la vida. Y en este proceso, entre peligroso y sublime, no nos da miedo hacer promesas que, para otros, podrían parecer arriesgadas, porque el “siempre” se hace muy breve cuando se está junto a la persona amada.  Pero “para siempre”, ¿será posible?
¿Cómo saber si este “para siempre” tiene posibilidades de ser? Aquí te dejo unas preguntas que todo novio debería poder responder antes de emprender esa aventura llamada matrimonio :)

1. ¿Por qué me amas?

Amar
Esta pregunta puede ser muy desconcertante para muchos porque ¡si estamos juntos es porque nos amamos! ¿O no? Pero, ¿qué entendemos por amor? La mejor definición del amor me la dio una vez un amigo, quien me enseñó que, simplemente, “el amor es la capacidad de hacer algo por otro”. Si se asimila bien este concepto, todo se desglosa más fácilmente. Uno aprende a renunciar a un gusto personal, a sacrificarse, a entregarse, aunque esto muchas veces no vaya acompañado de mariposas o alegría:  “No digo esto, porque la amo, escojo lo que él prefiere, porque lo amo, no pongo mala cara, porque lo amo, dejo este gasto superfluo por él/ella y/o mis hijos, por amor”, y así… ejemplos hay infinitos. Quien está dispuesto a amar es, en resumen, quien está dispuesto a poner el hombro para construir la relación, incluso cuando “no se tienen ganas” o “no se siente nada”. Quién está dispuesto a entregarse por completo y a recibir por completo a la otra persona en toda su dimensión. No solo por partes o por momentos.

2. ¿Serás capaz de enamorarte cuando la rutina te atrape?

Romance
De novios, esto no es difícil. Lo difícil, muchas veces, es permanecer alejados. Pero con el tiempo, la rutina, la sobrecarga de preocupaciones y de cansancio, a veces cuesta hacer espacio a pequeñas acciones que digan “todavía te quiero, sigues siendo lo más importante para mí, me sigues encantando y sigo teniendo ojos solo para ti”. Hay que manifestarse este cariño, aunque renovar el afecto día a día a veces pueda significar un esfuerzo. Pero el amor es sacrificio. De modo que el casado tiene que amar a su mujer y demostrárselo. Como dijo en una ocasión San Josemaría Escrivá, y como también ya lo advirtió la Madre Teresa de Calcuta: “El amor, para que sea verdadero, nos debe costar”.Sí, a veces cuesta, pero recompensa.

3. ¿Te quedarás conmigo en los momentos más duros?

ConsolarEl matrimonio no es una eterna luna de miel, y los “momentos duros” no solo refieren a la muerte y la enfermedad del cónyuge. Muchas veces están escondidos en la misma cotidianeidad, desde el cansancio luego del trabajo, en el mal humor después de distintas contradicciones, en el agotamiento por permanecer en vela atendiendo a un hijo enfermo… hasta el dolor indescriptible que se experimenta si se pierde a uno. Podría citar muchos más ejemplos, pero creo que se entiende: momentos duros los habrán. Creer que porque nos queremos mutuamente todo será perfecto, sería engañarnos. San Francisco decía: “La cortesía es la hermana de la caridad, que apaga el odio y mantiene el amor”.Ante las contradicciones, una sonrisa, un “déjame, yo te ayudo”, un pequeño gesto, son una gran manifestación concreta de amor.

4. ¿Qué tipo de padre/madre quieres ser?

PadresEs importante hablar, ya de novios, de las expectativas respecto a la paternidad.Realmente no se trata solo de querer ser un buen padre, porque es categórico que todos desean serlo. ¿Cómo crees que es un buen padre? ¿Qué valores quieres enseñar a tus hijos? ¿Bajo qué principios los educaríamos? ¿Cuál es tu postura respecto a la apertura a la vida? ¿Procurarás estar presente en sus vidas? ¿Cómo establecerás tus prioridades respecto a tus proyectos personales y la familia? Son algunas preguntas que podrían plantearse y hablarse durante el noviazgo. La paternidad viene incluida con el matrimonio por si no lo sabías.

5. ¿Nos pediremos perdón si nos equivocamos, aunque cueste?

Pedir perdónEn una oportunidad el Papa Francisco aconsejó a los novios:
“Aprendamos a reconocer nuestros errores y a pedir disculpas. También así crece una familia cristiana. Perdóname que haya levantado la voz. Perdóname que haya pasado sin saludarte. Perdóname por llegar tarde, porque esta semana he estado tan silencioso, por no haberte escuchado, porque estaba enfadado y te lo he hecho pagar a ti… Todos sabemos que no existe la familia perfecta, ni el marido o la mujer perfectos. Existimos nosotros, los pecadores. Jesús, que nos conoce bien, nos enseña un secreto: que un día no termine nunca sin pedir perdón, sin que la paz vuelva a casa. Si aprendemos a pedir perdón y perdonar a los demás, el matrimonio durará, saldrá adelante”.
El tiempo de noviazgo es un buen momento para ir ejercitando este pedir perdón.

6. ¿Estarías dispuesto/a sostenerme cuando yo no pueda hacerlo?

SostenerHay muchas maneras de entender esta pregunta. Emocionalmente, ¿vas a tener la paciencia para aguantarme cuando ni yo mismo/a me soporte? Cuando, por el motivo que sea, esté frustrado/a, triste, malhumorado/a, deprimido/a… ¿cuánto tiempo crees que podrías estar a mi lado, sin exigir nada a cambio? (Porque seamos honestos, en ese momento, quizás no tenga nada para ofrecerte, más que la buena voluntad para remontar y salir adelante). Económicamente, si enfermo, si pierdo un trabajo, si las cosas no salen como planeamos, ¿crees que serías capaz de sacarnos (a mí, a los hijos) adelante?, ¿esforzarte por los dos? Uno no planifica perder un trabajo, no planea una enfermedad grave… y es duro. Y no sabemos cómo podríamos reaccionar. Pero, ¿qué crees que estarías dispuesto/a a hacer?

7. ¿De verdad crees que hace falta que nos casemos?

CasarnosPor todos lados oímos que el matrimonio es apenas “un papel”, un acto social. ¿Es verdaderamente eso, para ti?, ¿un escalón burocrático? Es importante saber qué significa el matrimonio para la otra persona. Porque es algo más (mucho, mucho, mucho más) que un mero certificado. Es una vocación, elevada a sacramento, un camino de santificación, una entrega total e irrevocable de los cónyuges que deciden convertirse en fundamento y origen de una familia. Esto no lo puede contener ningún “papelito”, pero ese vínculo jurídico que representa ese papel es inmenso, es el signo que compromete tu entrega total y la aceptación total de la otra persona.  San Juan Pablo II decía que a “la persona que no decide amar para siempre, le será muy difícil amar siquiera un día”. ¿Por qué así? Porque el “siempre” está construido por una seguidilla de “ahoras”. Hay que ser fiel en lo pequeño, día a día, para poder ser fieles siempre.

8. ¿Rezarás por mí?

Rezar¿Queremos a la pareja con el mismo corazón con el que amamos a Dios? No son amores incompatibles: cuanto más amemos a Dios, más y mejor podremos amar al otro, cuanto más metidos estemos en Dios, más nos volcaremos a atender y apreciar al otro. Él nos enseña el Amor, nos enseña sobre la entrega, sobre la humildad, sobre la generosidad, sobre la paciencia… por eso, para cultivar el amor en el noviazgo o en el matrimonio, lo primero será siempre cultivar la relación con Dios, y pedir mucho por la otra persona, para que puedan recorrer juntos el camino hacia Él. La santidad de tu cónyuge es parte de tu responsabilidad en el matrimonio.

9. ¡Una advertencia final!

Uno no se lanza a correr hacia la meta sin previo entrenamiento. Y el noviazgo es eso, entrenamiento. Quizás alguno, después de leer todo esto, pueda pensar: “bueno, pero es difícil esto, ¿quién entonces va a querer casarse?” No es tan así, tampoco se trata de tener miedo al matrimonio. Simplemente se trata de llegar a él sabiendo que no va a ser fácil, no va a ser todo color de rosa, pero que va a ser maravilloso. Es bueno que los novios lo sepan para que no se asusten si, al casarse, aparecen las primeras dificultades.

Una Iglesia en salida se alista en Perú


Consulta de la Iglesia en Lima llegó a su fin con la intención 
de reforzar tecnología en la Iglesia de Lima


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Esther Núñez Balbín, es.aleteia.org
Y no tuvieron miedo. Más de 10 mil personas hicieron sentir su voz en el XX Sínodo Arquidiocesano Limense.
El momento preciso para pedir la palabra llegó a su fin. La Iglesia de Lima fue escuchada. Propuestas, sugerencias y opiniones fue lo que buscaron los más de 160 delegados sinodales, durante tres etapas de trabajo en el interior de 115 parroquias.
Desde el último sínodo convocado por el cardenal Augusto Vargas Alzamora, S.J, en 1993 no se había realizado otro en Lima. Luego de 20 años la Iglesia en Lima abrió sus puertas.
Ahora el cardenal Juan Luis Cipriani, junto a una comisión especial, es el encargado de poner en práctica el documento final, al término del Sínodo Limense, clausurado con una celebración eucarística, presidida por el también arzobispo de Lima, el último domingo 22 de noviembre en la basílica catedral.

Cardenal Cipriani clausura Sínodo en Lima
Inició con la fuerza del Espíritu Santo, en Pentecostés, y llegó a su término en la fiesta de Cristo Rey.
“Tú tienes la palabra”, le deja la posta al arzobispo de Lima, quien agradeció al Espíritu Santo haber permitido culminar con éxito el documento final, fruto de este XX Sínodo Arqidiocesano Limense, para trabajar hacia una “Iglesia en salida”, como lo quiere el Papa Francisco.
Luego de un año y medio, el sínodo presenta sus frutos. Durante su homilía, Cipriani anunció que el mundo digital de la Iglesia en Lima será atendido de manera especial, a través de un trabajo sostenido en las redes sociales.
El mundo de hoy nos pide responder con esfuerzo, buscando que se enseñe a usar la tecnología, sentenció.
“Todos tuvieron la palabra”. Religiosas de 27 institutos femeninos de vida consagrada, 210 sacerdotes religiosos y diocesanos. “No se nos ha ocurrido (en el sínodo) construir una nueva Iglesia o darle clases a Dios. Hemos trabajado con humildad. ¡Despertemos! El Señor nos pide ser luz y ejemplo en el mundo”, añadió.

Qué se espera luego del Sínodo
La puerta se abrió el 17 de setiembre de 2014. Ahora la Iglesia en Lima camina hacia la constitución de una Iglesia misionera. En 1582 el segundo Arzobispo de Lima, Santo Toribio de Mogrovejo convocó el III Concilio Limense, cuando la Iglesia necesitaba acercar su mensaje a las comunidades indígenas.

Ahora la Iglesia busca responder las inquietudes al matrimonio, la familia y la vida, juventud, educación Católica y formación cristiana, formación sacerdotal, pastoral en la vida parroquial, hermandades y santuarios, participación de los laicos en la vida pública, caridad, voluntariado y movimientos eclesiales, comunicaciones.
El cardenal Juan Luis, culminó su reflexión pidiendo a los fieles salir a as calles y plazas para dar a conocer a Cristo a los demás.

Concelebraron con el Cardenal Cipriani los obispos Auxiliares de Lima, Monseñor Adriano Tomasi OFM, y Monseñor Raúl Chau. También participaron de la celebración eucarística los miembros del Cabildo Metropolitano de la Basílica Catedral de Lima.
La Iglesia en Perú está lista para atender el llamado de Pedro, conformar una Iglesia en salida, una Iglesia misionera.