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jueves, 29 de febrero de 2024

Evangelio del día


 

Libro de Jeremías 17,5-10.

Así habla el Señor: ¡Maldito el hombre que confía en el hombre y busca su apoyo en la carne, mientras su corazón se aparta del Señor!
El es como un matorral en la estepa que no ve llegar la felicidad; habita en la aridez del desierto, en una tierra salobre e inhóspita.
¡Bendito el hombre que confía en el Señor y en él tiene puesta su confianza!
El es como un árbol plantado al borde de las aguas, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme cuando llega el calor y su follaje se mantiene frondoso; no se inquieta en un año de sequía y nunca deja de dar fruto.
Nada más tortuoso que el corazón humano y no tiene arreglo: ¿quién puede penetrarlo?
Yo, el Señor, sondeo el corazón y examino las entrañas, para dar a cada uno según su conducta, según el fruto de sus acciones.


Salmo 1,1-2.3.4.6.

¡Feliz el hombre
que no sigue el consejo de los malvados,
ni se detiene en el camino de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los impíos,
sino que se complace en la ley del Señor
y la medita de día y de noche!

El es como un árbol
plantado al borde de las aguas,
que produce fruto a su debido tiempo,
y cuyas hojas nunca se marchitan:
todo lo que haga le saldrá bien.

No sucede así con los malvados:
ellos son como paja que se lleva el viento.
Porque el Señor cuida el camino de los justos,
pero el camino de los malvados termina mal. 


Evangelio según San Lucas 16,19-31.

Jesús dijo a los fariseos: "Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino finísimo y cada día hacía espléndidos banquetes.
A su puerta, cubierto de llagas, yacía un pobre llamado Lázaro,
que ansiaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico; y hasta los perros iban a lamer sus llagas.
El pobre murió y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. El rico también murió y fue sepultado.
En la morada de los muertos, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él.
Entonces exclamó: 'Padre Abraham, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en el agua y refresque mi lengua, porque estas llamas me atormentan'.
'Hijo mío, respondió Abraham, recuerda que has recibido tus bienes en vida y Lázaro, en cambio, recibió males; ahora él encuentra aquí su consuelo, y tú, el tormento.
Además, entre ustedes y nosotros se abre un gran abismo. De manera que los que quieren pasar de aquí hasta allí no pueden hacerlo, y tampoco se puede pasar de allí hasta aquí'.
El rico contestó: 'Te ruego entonces, padre, que envíes a Lázaro a la casa de mi padre,
porque tengo cinco hermanos: que él los prevenga, no sea que ellos también caigan en este lugar de tormento'.
Abraham respondió: 'Tienen a Moisés y a los Profetas; que los escuchen'.
'No, padre Abraham, insistió el rico. Pero si alguno de los muertos va a verlos, se arrepentirán'.
Pero Abraham respondió: 'Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, aunque resucite alguno de entre los muertos, tampoco se convencerán'".


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

Bulle

San Carlos de Foucauld (1858-1916)
ermitaño y misionero en el Sahara
Salmo 36 (Méditations sur les psaumes, Nouvelle Cité, 2002), trad. sc©evangelizo.org


La semilla de una alegría eterna

“Un poco más, y el impío ya no existirá; si buscas su casa, ya no estará; pero los humildes poseerán la tierra y gozarán de una gran felicidad” (Sal 37,10-11).
Todo este salmo es el desarrollo admirable de este pensamiento: hay tristezas sobre la tierra para los justos, pero esas tristezas son la semilla de una alegría eterna. ¡Que esperen y se consuelen y agradezcan a Dios! Se guarden de tener envidia a los mundanos alegres, que esperan a la puerta de una eternidad de tristes tormentos. Pobre Lázaro, no envidies al rico que se regocija y come espléndidamente. ¡Eres tú el feliz! (…) No envidiemos a los mundanos, con sus regocijos y prosperidades… no son ellos los felices. Los felices son los que tienen a Dios por Señor, que no viven para placeres, riquezas, honores, amoríos, afectos sólo humanos, terrenos. ¡Felices los que viven para Dios sólo y tienen la mirada únicamente en él! Él, que reina perfectamente, como soberano Señor, gobierna todo en un reino perfectamente sometido.
Demos gracias a Dios por nuestra felicidad. Dios nos ha amado con un amor eterno y por eso en su misericordia nos atrae a él. Amemos mismo nuestras tristezas, ellas son marca de nuestra separación del mundo. Ofrezcámoslas a Dios, pidiéndole hacer de nosotros lo que desea. (EDD)

Oración de San Agustín

Ven a mí, Espíritu Santo, 
Espíritu de sabiduría: 
dame mirada y oído interior 
para que no me apegue a las cosas materiales, 
sino que busque siempre las realidades del Espíritu.

Ven a mí, Espíritu Santo, 
Espíritu de amor: 
haz que mi corazón 
siempre sea capaz de más caridad.

Ven a mí, Espíritu Santo, 
Espíritu de verdad: 
concédeme llegar al conocimiento de la verdad 
en toda su plenitud.

Ven a mí, Espíritu Santo, 
agua viva que lanza a la vida eterna: 
concédeme la gracia de llegar 
a contemplar el rostro del Padre 
en la vida y en la alegría sin fin. 


miércoles, 28 de febrero de 2024

¿Cómo perdonar para sanar según los santos?

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"Debemos perdonar siempre, recordando que nosotros mismos hemos necesitado el perdón. Tenemos necesidad de ser perdonados mucho más a menudo que de perdonar" -San Juan Pablo II

Perdonar es un acto de valientes, como dice el padre Pío, ya que al perdonar surgen grandes beneficios espirituales y comienza un proceso de sanación. 

El padre José Luis Becerra invitó a los lectores de Aleteia a reflexionar sobre el perdón, visto como una expresión de amor:

Una expresión de amor al prójimo ante sus errores, defectos y pecados que brota de nuestra propia experiencia de la misericordia de Dios que siempre está dispuesto a perdonarnos».

¿Por qué tenemos la capacidad de perdonar?

Dice el padre José Luis que perdonamos porque Él nos perdona (Co 6,12), somos misericordiosos porque nuestro Padre es misericordioso (Lc 6,36) y utilizamos la medida del perdón para con el prójimo como queremos que Dios la aplique con nosotros (Mt 7,2).

Así, nos volvemos perfectos como nuestro Padre celestial es perfecto (Mt 5, 48), dentro de nuestras limitaciones como criaturas; pero al mismo tiempo, con la grandeza de ser hijos de Dios y redimidos por Jesucristo, guiados por el Espíritu Santo.

Los santos nos enseñan a perdonar

Cuando nos llenamos de amor de Dios, «es posible vivir el Evangelio en su aspecto más radical, y podemos ser capaces de expresiones de amor maravillosas».

Los santos son las personas más felices -aunque pasaron por dificultades, sufrimientos y ofensas- porque viven libres de rencores y su corazón estuvo tan lleno de Dios que no había espacio para malos sentimientos ni odios.

Por ello, te presentamos ejemplos de algunos sucesos que perdonaron los santos y la enseñanza que nos dejan. 

1
SAN JOSÉ MARÍA ROBLES HURTADO, SACERDOTE MÁRTIR MEXICANO

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Minutos antes de ser asesinado, lo llevaron hacia un roble para ahorcarlo. Uno de los agraristas era su compadre, a quien san José María dijo: «Compadre no te ensucies las manos», por lo que él mismo beso la soga y se la colocó al cuello. Acto seguido, bendijo y oró de rodillas por sus verdugos.

Lección: orar por nuestros enemigos. Aquellos que buscan matar nuestra alma, son por quienes más debemos pedir.

2
SANTOS LUIS Y CELIA, PADRES DE SANTA TERESITA DE JESÚS

CELIA LUIS MARTIN

Este matrimonio santo es un ejemplo de ser «misericordiosos como el Padre lo es». San Luis era relojero y en una ocasión, un hombre entró a robarle; al ver este acto, Luis podía levantar una demanda contra él; sin embargo, se negó a hacerlo, ya que eso implicaría darle pena de muerte al hombre, en cambio, lo perdonó y dejó libre. 

Santa Celia, por su parte, vio con ojos de misericordia a aquellos soldados enemigos que la familia recibió en su casa para darles refugio ante la guerra de aquel tiempo; vio por sus necesidades, incluso consolando a uno de ellos. 

Lección: no ver a la persona como enemigo, sino ver que también es hijo de Dios y, así como Dios es misericordioso con nosotros, ser misericordiosos con el otro. 

3
SANTA TERESITA DE LISIEUX

SAINT THERESE OF LISIEUX

Siguiendo el ejemplo de sus padres, santa Teresita supo perdonar en cada momento de su corta vida, perdonando incluso a varias de sus hermanas carmelitas, que no la trataban amablemente. 

Una de ellas era la Priora, quien constantemente la acusaba de ser perezosa y delicada, dándole tareas difíciles y culpándola de haber roto un vaso de cristal, aunque no era cierto. Teresita la perdonó y obró con alegría. 

Asimismo, otra hermana difícil le hacía mala cara. Teresita no se rendía, al contrario, la ayudaba cuanto podía y sonreía siempre que la veía. Al iniciar su proceso de canonización, esta hermana difícil dio testimonio de santa Teresita. 

Lección: siempre que perdonamos hay conversión en el otro. Debemos entender que la persona actúa como actúa por causa de una herida que necesita ser sanada.

4
SANTA MARÍA GORETTI

MARIA GORETTI

Esta pequeña niña que entregó su vida antes de que le robaran su pureza perdonó a su agresor en el momento en que la estaba asesinando, pidiéndole a Dios por su salvación. 

Este hombre al final se arrepintió, se convirtió y asistió a la canonización de la pequeña santa. 

Lección: al perdonar, encontramos libertad y un camino más ligero hacia el Cielo, para el agresor y para uno mismo.

5
SAN JUAN PABLO II

JOHN PAUL II

Cómo olvidar aquel momento en el que san Juan Pablo fue hasta la celda del hombre que intentó asesinarlo públicamente. 

Lección: actuar conforme al verdadero ejemplo de Cristo, viendo al otro como hermano.

Karen Hutch, Aleteia

Vea también     Tres maneras de trabajar el perdón en la familia


Para qué buscar la humildad

[Santa Catalina de Siena oyó que Dios le decía:] Me pides conocerme y amarme a mí, la Verdad suprema. He aquí el camino para quien quiera llegar a conocerme perfectamente y gustarme, a mí la Verdad eterna: no dejes jamás de conocerte a ti misma, y cuando estés abajada en el valle de la humildad, entonces es en ti que me conocerás. Es en este conocimiento que sacarás todo lo que te falta, todo lo que te es necesario. Ninguna virtud tiene calidad en sí misma si no la saca de la caridad; ahora bien, la humildad es la que alimenta y gobierna a la caridad. En el conocimiento de ti misma llegarás a ser humilde, puesto que verás que tú, por ti misma, no eres nada y que tu ser viene de mí puesto que os he amado antes de que existierais. Es a causa de este amor inefable que siento por vosotros que, queriéndoos recrear de nuevo por la gracia, os he lavado y recreado en la sangre que mi Hijo único derramó con un fuego de amor tan grande.
Sólo esta sangre, ella sola, hace conocer la verdad a aquel que ha disipado la nube del amor propio a través de este conocimiento de sí mismo. Es entonces cuando en este conocimiento de mí, el alma se abrasa con un amor inefable, y es a causa de este amor que experimenta un dolor continuo. No un amor que la aflige y la deja seca (lejos de eso, puesto que, bien al contrario, es fecunda) sino porque habiendo conocido mi verdad, sus propias faltas, la ingratitud y ceguera del prójimo, siente por todo ello, un dolor intolerable. Su aflicción es debida a su amor para conmigo, porque si no me amara no se afligiría.

(Diálogos, c. 4)


Video del Papa: orar por los nuevos mártires, testigos de Cristo

Cristianos perseguidos

En el video del mes de marzo, el Papa Francisco dice que "los mártires son la señal de que vamos por el camino correcto" y pide oración por ellos

En la historia de la Iglesia Católica, muchos creyentes han sido perseguidos y asesinados por su fe, convirtiéndose en mártires. Un mártir es un cristiano que da testimonio del Evangelio hasta la muerte sin recurrir a la violencia.

Ante esta realidad, el Papa insiste en que su testimonio «es una bendición para todos» y pide oración especial por ellos en El Video del Papa de marzo que difunde la Red Mundial de Oración por el Papa.

El video cuenta con la colaboración de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) y se estrena en el mes que se celebra la Jornada de los Mártires Misioneros.

Historias de valentía y testimonios de amor

En el video de marzo, se reconstruye la historia de una mujer que dejó un «ejemplo de amor» por Cristo y de fidelidad «hasta la muerte», por el testimonio y el dolor de un esposo que el Papa Francisco conoció en la isla griega Lesbos: «Vieron a mi mujer con el crucifijo y le dijeron que lo tirara al suelo. Ella no lo hizo y la degollaron delante de mí». 

También se alternan imágenes de comunidades cristianas en peligro y se citan ejemplos de valentía: como el del primer siervo de Dios de Pakistán, Akash Bashir, que murió a los 20 años en 2015 para evitar un atentado terrorista contra una iglesia llena de fieles en Lahore.


Video del Papa



Audiencia del Papa: «El envidioso no acepta las 'matemáticas' de Dios, que son siempre el amor»


"Quisiéramos imponer a Dios nuestra lógica egoísta, pero la lógica de Dios es el amor. Los bienes que Él nos da están destinados a ser compartidos", escribió el Papa sobre la envidia.

"El rostro del envidioso es siempre triste: tiene su mirada baja, parece estar constantemente investigando el suelo, pero en realidad no ve nada, porque su mente está envuelta en pensamientos llenos de maldad", leyó en nombre del Papa monseñor Ciampanelli, oficial de la Secretaría de Estado, durante la Audiencia de este miércoles

El Papa, todavía débil por su reciente resfriado, dedicó su texto a la envidia y la vanagloria. Antes de finalizar la Audiencia, Francisco leyó personalmente unos saludos, en donde recordó el 25º aniversario de la convención que puso fin al uso de las minas antipersona, y a pueblos como Ucrania, Palestina, Israel, Burkina Faso y Haití.

"La epifanía de lo que nos gustaría ser"

Tras la bendición final, Francisco saludó al arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, quien se encuentra en Roma con la comisión que impulsa la beatificación de Isabel la Católica. Luis Argüello le entregó al Papa una muestra de la documentación sobre la causa de beatificación de la reina castellana.

"La envidia, si no se controla, conduce al odio del otro. Abel morirá por manos de Caín, que no pudo soportar la felicidad de su hermano. La envidia es un mal investigado no sólo en el ámbito cristiano: ha atraído la atención de filósofos y estudiosos de todas las culturas. En su base hay una relación de odio y amor: uno quiere el mal del otro, pero en secreto desea ser como él. El otro es la epifanía de lo que nos gustaría ser, y que en realidad no somos. Su suerte nos parece una injusticia: ¡seguramente -pensamos- nosotros habríamos merecido mucho más sus éxitos o su buena suerte!", dijo Ciampanelli en nombre del Papa.

"En la raíz de este vicio está una falsa idea de Dios: no se acepta que Dios tenga sus propias 'matemáticas', distintas de las nuestras (...). Quisiéramos imponer a Dios nuestra lógica egoísta, pero la lógica de Dios es el amor. Los bienes que Él nos da están destinados a ser compartidos", añadió.

Respecto a la vanagloria, el Papa escribió que "es una autoestima inflada y sin fundamentos. El vanaglorioso posee un 'yo' dominante: carece de empatía y no se da cuenta de que hay otras personas en el mundo además de él. Sus relaciones son siempre instrumentales, marcadas por la prepotencia del otro. Su persona, sus logros, sus éxitos deben ser exhibidos a todo el mundo: es un perpetuo mendigo de atención".

Aquí puedes ver la Audiencia General completa de este miércoles. 

"Para curar al vanidoso, los maestros espirituales no sugieren muchos remedios. Porque, después de todo, el mal de la vanidad tiene su remedio en sí mismo: la alabanza que el vanidoso esperaba cosechar del mundo pronto se volverá contra él. Y ¡cuántas personas, engañadas por una falsa imagen de sí mismas, han caído más tarde en pecados de los que pronto se avergonzarían!", recordó el Papa.

"La instrucción más hermosa para superar la vanagloria se encuentra en el testimonio de San Pablo. El Apóstol se enfrentó siempre a un defecto que nunca pudo superar. Tres veces pidió al Señor que le librara de aquel tormento, pero al final Jesús le respondió: 'Te basta mi gracia; la fuerza se realiza en la debilidad'. Desde ese día Pablo fue liberado. Y su conclusión debería ser también la nuestra: 'Así que muy a gusto me glorío de mis debilidades, para que resida en mí la fuerza de Cristo'". concluyó.

Jesús M.C., ReL


 

Evangelio del día


 

Libro de Jeremías 18,18-20.

Ellos dijeron: "¡Vengan, tramemos un plan contra Jeremías, porque no le faltará la instrucción al sacerdote, ni el consejo al sabio, ni la palabra al profeta! Vengan, inventemos algún cargo contra él, y no prestemos atención a sus palabras".
¡Préstame atención, Señor, y oye la voz de los que me acusan!
¿Acaso se devuelve mal por bien para que me hayan cavado una fosa? Recuerda que yo me presenté delante de ti para hablar en favor de ellos, para apartar de ellos tu furor.


Salmo 31(30),5-6.14.15-16.

Sácame de la red que me han tendido,
porque tú eres mi refugio.
Yo pongo mi vida en tus manos:
tú me rescatarás, Señor, Dios fiel.

Oigo los rumores de la gente
y amenazas por todas partes,
mientras se confabulan contra mí
y traman quitarme la vida.

Pero yo confío en ti, Señor,
y te digo: «Tú eres mi Dios,
mi destino está en tus manos.»
Líbrame del poder de mis enemigos
y de aquellos que me persiguen.


Evangelio según San Mateo 20,17-28.

Cuando Jesús se dispuso a subir a Jerusalén, llevó consigo sólo a los Doce, y en el camino les dijo:
"Ahora subimos a Jerusalén, donde el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas. Ellos lo condenarán a muerte
y lo entregarán a los paganos para que sea maltratado, azotado y crucificado, pero al tercer día resucitará".
Entonces la madre de los hijos de Zebedeo se acercó a Jesús, junto con sus hijos, y se postró ante él para pedirle algo.
"¿Qué quieres?", le preguntó Jesús. Ella le dijo: "Manda que mis dos hijos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda".
"No saben lo que piden", respondió Jesús. "¿Pueden beber el cáliz que yo beberé?". "Podemos", le respondieron.
"Está bien, les dijo Jesús, ustedes beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha destinado mi Padre".
Al oír esto, los otros diez se indignaron contra los dos hermanos.
Pero Jesús los llamó y les dijo: "Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad.
Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes;
y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo:
como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud".


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

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Bulle

San Agustín (354-430)
obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia
Discurso sobre los Salmos, Sal. 121


“Mirad, estamos subiendo a Jerusalén”

En los “Salmos de las subidas” el salmista suspira por Jerusalén y dice que quiere subir a la ciudad santa. ¿Dónde quiere subir? ¿Desea llegar al sol, a la luna, a las estrellas? No. La Jerusalén celeste está en el cielo, allí donde habitan los ángeles, nuestros conciudadanos (Hb 12,22). En esta tierra estamos en exilio, lejos de ellos. En el camino del exilio, suspiramos; en la ciudad exultaremos de gozo.
A lo largo de nuestro viaje encontramos compañeros que ya han visto esta ciudad y nos animan a correr hacia ella. Han provocado que el salmista lance un grito de alegría: “Qué alegría cuando me dijeron: Vamos a la casa del Señor” (Sal. 121,1)... “Iremos a la casa del Señor”: corramos pues, corramos puesto que llegaremos a la casa del Señor. Corramos sin cansarnos; allí no hay cansancio. Corramos hacia la casa del Señor y exultemos de gozo con los que nos han llamado a ir allá, aquellos que han sido los primeros en contemplar nuestra patria. Y de lejos gritan a los que les siguen: “¡Iremos a la casa del Señor; caminad, corred!” Los apóstoles han visto ya esta casa y nos llaman: “¡Corred, caminad, seguidnos! ¡Iremos a la casa del Señor!”
¿Y, qué es lo que responde cada uno de nosotros? “Me alegro por lo que me han dicho: Iremos a la casa del Señor”. Me he alegrado en los profetas, me ha alegrado en los apóstoles, porque todos nos han dicho: “Vamos a la casa del Señor”.  (EDD)

Oración

PARA PEDIR LA GRACIA DE BIEN MORIR

¡Oh Dios mío!, ante el trono de tu adorable Majestad me postro pidiéndote la última de todas las gracias: una feliz hora de muerte.

Muchas veces, en verdad, hice mal uso de la vida que me diste; pero a pesar de ello te ruego, me concedas la gracia de terminarla bien y de morir en tu gracia.

Déjame morir como los santos Patriarcas, abandonando este valle de lágrimas sin queja, para disfrutar del descanso eterno en mi verdadera patria.

Déjame morir como San José, en los brazos de Jesús y María, e invocando estos dulcísimos nombres que espero bendecir por toda la eternidad.

Déjame morir como la Virgen María, encendido de amor e inflamado por el santo deseo de unirme con el único objeto de todo mi amor.

Déjame morir como Jesús en la cruz, con los sentimientos más vivos del aborrecimiento del pecado, del amor más filial y de la plena resignación en medio de todos mis dolores.

Padre eterno, en tus manos encomiendo mi espíritu; muestra en mí tu misericordia.

Oh Jesús, que has muerto por mi amor, dame la gracia de morir en tu amor.

Oh María, Madre de mi Jesús, ruega por mí ahora y en la hora de mi muerte.

Santo ángel de mi guarda, fiel custodio de mi alma, no me abandones en la hora de mi muerte.

San José, por tu poderosa intercesión alcánzame la gracia de morir la muerte de los justos. Amen.

(devocionario.com)

Pensamiento MSC del día

 

Miguel MSC

martes, 27 de febrero de 2024

Sé el santo que quieres ser: una guía para lograrlo

Stained Glass Window depicting Saint Basil of Caesarea, Gregory of Nazianzus, John Chrysostom and Athanasius of Alexandria in Den Bosch Cathedral.


¿Quieres ir al cielo? Aquí tienes los pasos necesarios para que en poco tiempo seas el santo que siempre has querido

¿Te has propuesto ser santo? La santidad se trabaja todos los días con pequeñas acciones en las que podemos imitar el ejemplo de Cristo, e incluso, seguir los pasos de santos.

Por ello, te presentamos una guía inspirada en el libro Hábitos atómicos de James Clear, que tienes que tener en cuenta para convertirte en el santo que quieres ser. 

1
ESCOGE AL SANTO QUE TE ACOMPAÑARÁ

Es importante escoger al santo que te inspirará a cumplir tus objetivos porque solos no podemos llegar al Cielo. Ese santo se volverá tu mejor amigo y, a través de su intercesión, te ayudará a cumplir con lo que te propongas en el camino espiritual. Es fundamental que busques libros, películas o artículos sobre el santo que has elegido.

2
EXAMINA TUS INCLINACIONES 

Identifica cuáles son los malos hábitos que te alientan a pecar y anótalos. Después, a lado de esas acciones, escribe las inclinaciones por las que tu santo llegó a distinguirse.

Ejemplo: caigo en la tentación de la carne con facilidad y San Francisco de Asís también llegó a inclinarse por lo mismo.

3
¿QUÉ HÁBITOS TE SIRVEN A TI?

Ahora que conoces las debilidades del santo, anota lo que esa persona hizo para tener una relación más cercana a Dios. Puedes escribir, a lado de eso, lo que a ti te sirve para imitar basado en las virtudes que quieres mejorar.  

Es importante señalar un día y horario. Y si te motiva, puedes comprar algún objeto que te ayude a cumplirlo. Mínimo trabaja un hábito.

Ejemplo: quiero fortalecer mi voluntad. San Francisco de Asís ayunaba constantemente para fortalecerla; por ello, yo ayunaré todos los viernes, iniciando con oración a las 8 a.m. Y para motivarme, me compraré un reloj que me ayudará a medir el tiempo.

4
CORRIGE TUS CREENCIAS

Para que se vuelva atractivo y motivante tu cambio de hábitos, tienes que creer que de verdad puedes llegar a ser como el santo que escogiste, que tu camino de santidad va en aumento.

No pienses: soy una persona que quiere ayunar; más bien repite para ti mismo «yo soy una persona que ayuna». Elimina el «quiere» y cámbialo por el «soy».

5
REVISA Y PREPARA TU ENTORNO

¿En cuáles lugares pasas más tiempo? Ya que los identificaste, los puedes volver católicos con detalles significativos como poner imágenes religiosas, crucifijos, rosario, etc. El objetivo es ambientar tu entorno con cosas que inspiran a vivir como tu santo elegido.

También puedes buscas personas que vivan la santidad de la forma que tú te propones. Intégrate a un grupo católico en donde hablen constantemente de su relación con Dios. Recuerda que la familia y amistades influyen en tu proceso.

Desk with picture frame edited with a stitch of San Francisco

6
CUIDADO CON LAS TENTACIONES

Cuando más queremos cumplir los mandamientos del Señor es cuando más tentación a pecar hay. Evita caer en los malos hábitos que te impiden lograr tus objetivos, y si caes, no dejes que se repita dos veces seguidas. 

Cuidado con aburrirte, pues es una de las causas más comunes por las que dejamos de trabajar en nuestra santidad. Cuando ya te hayas acostumbrado y el nuevo hábito se vuelva monótono, encuentra formas de hacerlo atractivo y soporta el aburrimiento.

7
ANALIZA TU PROCESO

Revisa lo que has logrado cada mes, cuántas veces has hecho lo que tú propusiste y en cuántas has fallado. Ese es el momento para buscar nuevas formas de lograr tus propósitos.

Ejemplo: me ha servido ayunar los viernes, pero cumpliría más mi objetivo de trabajar la voluntad si también ayunara los domingos. (Tú vas midiendo tu progreso para fortalecer el hábito)

El autor del libro sugiere que, por lo menos, estos esfuerzos por construir nuevos hábitos se mantengan durante seis meses. Por ello, si decides aplicar los consejos de este libro pero con una mirada espiritual, realmente podrás conocer al santo elegido, sentar las bases para trabajar en más virtudes y saber qué es lo que más te sirve. Pasando medio año, puedes aprender de la vida de otro santo.

Comienza haciendo lo necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible».

San Francisco de Asís.

Yohana Rodríguez, Aleteia

Vea también    Las fuentes de la santidad




Diecisiete profecías de Chesterton que se han cumplido ¡además de la palabra Google!


 

¿Será posible que la palabra Google figure en una obra de G.K. Chesterton (18741936)? Sí, "y, por supuesto, se casó con una mujer llamada Blogg", comenta con humor Dale Ahlquist (presidente de la American Chesterton Society y uno de los grandes especialistas mundiales en la obra del escritor inglés), para sugerir que predijo internet.

Pero, que lo comente con humor no significa que sea una broma. Blogg era el apellido de soltera de su esposa, Frances, y, en efecto, el 9 de agosto de 1930 Chesterton escribió en el Illustrated London News que la palabra Google "no es menos científica por ser grotesca".

"Nunca me he arrogado el don divino de la profecía", proclamaba en esa misma revista el 10 de mayo de 1930. Pero hay unas cuantas que, si no profecías en sentido estricto, sí son anticipaciones de una mente visionaria sobre la evolución de un mundo empecinado en alejarse de las ideas cristianas para enfeudarse a "ideas cristianas que se han vuelto locas", como definía el escritor inglés las que caracterizan al mundo moderno.
Chesterton
"Chesterton profético" es el trabajo de Ahlquist al respecto, que forma parte del volumen Chesterton de pie. Lo publicó en su día CEU Ediciones bajo la coordinación de Pablo Gutiérrez Carreras y María Isabel Abradelo de Usera, y recoge las 28 contribuciones al congreso que organizó en febrero de 2012 la Universidad San Pablo CEU al cumplirse 75 años del nacimiento del genio londinense.

Sorprendentes anticipaciones

Y ¿cuáles son esas profecías? Atención, porque son numerosas y variadas.

1-Llegará un día en el que existirá una forma barata de transmitir información a gran número de personas. "No sé cómo funcionará", decía, "pero ese día The Times irá por detrás del tiempo": ¡todos los problemas actuales de la prensa en papel están ahí!

2-En 1905 predijo la revolución rusa, y en 1919 (dos años después de esa Revolución), que ese extinguiría tras algunas generaciones, porque no podría sostenerse: se convertiría en un imperio... y luego se desmembraría en pequeñas nacionalidades. Justo lo que sucedió a partir de 1991.

3-Predijo en 1933 la Segunda Guerra Mundial, y en un año antes, en 1932, anticipó que "probablemente comenzará en la frontera polaca".

4-Sostuvo que el Islam sería siempre "una constante amenaza", algo impensable a principios del siglo XX.

5-En 1935 anticipó que el poder económico se trasladaría de Londres a Nueva York, y luego de Nueva York a Pekín.

6-El hombre llegará a la Luna (1930)... aunque no se sentía capaz de responder qué se nos ha perdido allí.

7-Cuando aún no se había popularizado el automóvil individual, privilegio de minorías en carreteras desiertas, en 1926 apuntó que "el mundo moderno es una multitud de veloces coches de carreras que se encuentran bloqueados en un atasco".

8-En 1914 lamentaba que la gente tenía cada vez más animales domésticos y cada vez menos bebés, y en 1929 "el empeño por tener cuartos de baño y de no tener bebés".

9-También en 1929 dijo que "la verdadera religión actual no se preocupa de dogmas ni de doctrinas. Se preocupa casi únicamente de la dieta".

10-Y en 1930 escribió una frase que bien valdría para las recargadas ceremonias de inauguración de los Juegos Olímpicos: "El materialismo moderno es solemne con los deportes porque no tiene otros ritos que solemnizar".

11-En 1926 advirtió sobre la revolución sexual, aunque se equivocó de costa, y se fue de la oeste (la California de 1967) a la este: "La siguiente gran herejía será simplemente el ataque a la moral: y especialmente a la moral sexual... La locura de mañana no estará tanto en Moscú como en Manhattan".

12-¿Y la actual aversión a la moral cristiana? "Un fanatismo extraño llena nuestro tiempo: el odio fanático a la moral, especialmente a la moral cristiana" (1909).

13-Sobre el aborto y la manipulación genética, en 1937: "Se permitirá al gobierno y a los expertos, sin juicio o discusión, disponer de las generaciones de no nacidos con la ligereza de los dioses paganos".

14-¿Qué habría dicho del divorcio exprés introducido por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero en España? "El efecto obvio de un divorcio frívolo es el matrimonio frívolo".

15-¿Y de la ideología de género y el feminismo? "Cada sexo está intentando ser los dos sexos a la vez; y el resultado es una confusión más falsa que cualquier convención".

16-También critica la gran hipocresía social:"El mundo a nuestro alrededor ha aceptado un sistema social que niega a la familia. Ayudará a veces al niño, en lugar de a la familia; a la madre, en lugar de a la familia; al abuelo, en lugar de a la familia. No ayudará a la familia" (1930).

17-Y ahondando en que "la tendencia actual de la reforma social parece que consiste en destruir todo rastro de los padres": "Borrarán la antigua autoridad parental. Su lugar no lo va a ocupar la libertad ni la licencia, sino la autoridad mucho más supresora y destructiva del estado" (1928).

Un volumen muy completo y rico

Además del citado trabajo de Ahlquist, en Chesterton de pie encontramos colaboraciones de otros expertos internacionales como su biógrafo Joseph Pearce, o Aidan Mackey, fundador del G.K. Study Centre, así como de una pléyade de estudiosos españoles que, junto a los anteriores, abordan puntos concretos de la vida y obra de Gilbert Keith.

Entre otros, Emilio Domínguez Díaz explica, por ejemplo, las razones personales que retrasaron durante al menos veinte años la conversión de Chesterton al catolicismo, que no se produjo hasta 1922 y que continúa siendo uno de los puntos más debatidos en la biografía del maestro.

Belén Rincón García recuerda las tres veces que estuvo en España (1926, 1928 y 1935) y analiza la primera, un periplo por Madrid donde fue presentado por Ramiro de Maeztu y a una de cuyas conferencias asistió la reina Victoria Eugenia. O Juan Pablo Serra analiza Manalive [El hombre vivo], de la cual habrá pronto adaptación cinematográfica, en la perspectiva de la conversión por el asombro, es decir, la visión mística de Chesterton sobre el mundo y su impacto en el carácter, el conocimiento y la moral.

J.C., ReL

Vea también   Chesterton:  ¿Por qué me convertí al catolicismo?