Hace un año, las aldeas cristianas de la Llanura de Nínive cayeron
en manos de Estado Islámico. En la madrugada del 6 al 7 de agosto,
cientos de miles de personas fueron forzadas a dejarlo todo y huir
hacia el Kurdistán iraquí, donde todavía hoy se encuentran como
refugiados. Sólo un mes antes los terroristas se habían hecho
también con el control de Mosul.
Para no olvidar esta tragedia y a estos hermanos, el Patriarca
de Babilonia de los Caldeos, Luis Rafael I Sako, ha compuesto
una oración remitida al Papa Francisco y a los obispos de
todo el mundo con un objetivo: "Hago un llamado a los cristianos
de todo el mundo para que se unan a nosotros" rememorando
ese drama y pidiendo a Dios por el pronto regreso a sus hogares
de los cristianos perseguidos.
Señor Jesucristo:
nos has enseñado a rezar al Padre en tu nombre,
nos has asegurado que cualquier cosa que pidamos la obtendremos.
Por esto nos encomendamos a Ti con total confianza y te pedimos
que nos des la fuerza de permanecer firmes en esta violenta tempestad,
para tener la paz y la certeza antes de que sea demasiado tarde.
Esta es nuestra oración, y aunque nos parezca difícil
confiamos en que Tú puedas darnos aquello que necesitamos
para nuestra supervivencia y para nuestro futuro.
Ayúdanos, Padre, a trabajar juntos,
a ser libres, responsables y amorosos
y a cumplir tu Voluntad y a hacerlo con alegría, atención y coraje.
En Caná, la Madre de Jesús fue la primera en darse cuenta
de que faltaba el vino:
a través de su intercesión te pedimos, Padre,
cambiar nuestra situación de la muerte a la vida,
así como Tu hijo convirtió el agua en vino.
Amén.
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