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jueves, 9 de marzo de 2023

Audiencia General: «Evangelizar es siempre un servicio eclesial... nunca solitario, nunca aislado»


El Papa retomó las Audiencias Generales tras la semana de ejercicios espirituales: "El evangelizador transmite lo que él mismo ha recibido"

El Papa celebró este miércoles en la Plaza de San Pedro la habitual Audiencia General. El Pontífice, que regresaba de hacer los ejercicios espirituales propios de la Cuaresma, habló en su catequesis del Concilio Vaticano II y de la importancia de evangelizar

"Hoy nos ponemos a la escucha del Concilio Vaticano II, para descubrir que evangelizar siempre es un servicio eclesial, nunca solitario, nunca aislado o individualista", comentó Francisco ante los cientos de fieles presentes.

Dos grandes peligros

En este sentido, el Papa remarcó la importancia del dinamismo eclesial. "El evangelizador transmite siempre lo que él mismo o ella misma ha recibido. San Pablo lo escribió primero: el Evangelio que él anunciaba y que las comunidades recibían y en el cual permanecían firmes es el mismo que el Apóstol recibió a su vez. Este dinamismo eclesial de transmisión del Mensaje es vinculante y garantiza la autenticidad del anuncio cristiano", señaló.

"La dimensión eclesial de la evangelización constituye por eso un criterio de verificación del celo apostólico. Una verificación necesaria, porque la tentación de proceder 'en solitario' siempre acecha, especialmente cuando el camino se vuelve áspero y sentimos el peso del compromiso", añadió el Pontífice.

Audiencia"El dinamismo eclesial de transmisión del Mensaje es vinculante y garantiza la autenticidad del anuncio cristiano".

Para el Papa, existe también otro peligro. "Igualmente peligrosa es la tentación de seguir caminos pseudo-eclesiales más fáciles, de adoptar la lógica mundana de números y encuestas, de contar con la fuerza de nuestras ideas, programas, estructuras, las 'relaciones que cuentan'", apuntó.

"El Concilio Vaticano II nos dice que el amor del Padre tiene como destinatario a todo ser humano. Es un amor que alcanza a cada hombre y mujer a través de la misión del Hijo, mediador de la salvación y nuestro redentor, y mediante la misión del Espíritu Santo, que obra en cada uno, tanto en los bautizados como en los no bautizados", comentó el Papa.

Francisco animó a redescubrir el papel del cristiano. "En el Pueblo de Dios peregrino y evangelizador no hay sujetos activos y sujetos pasivos. En virtud del Bautismo recibido y de la consecuente incorporación en la Iglesia, cada bautizado participa en la misión de la Iglesia y, en ella, a la misión de Cristo Rey, Sacerdote y Profeta". 

"Volver al amor fundamental del Padre y a las misiones del Hijo y del Espíritu Santo no nos encierra en espacios de estática tranquilidad personal. Al contrario, nos lleva a reconocer la gratuidad del don de la plenitud de vida a la que estamos llamados, don por el cual alabamos y agradecemos a Dios", señaló.

Jesús M.C., Rel
















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