Duranord Veillard tiene 108 años y Jeanne, su esposa, 104. Llegaron a Estados Unidos procedentes de Haiti. Cuando les preguntan por su secreto, no dudan en contestar que «Dios es la respuesta».
Dios nos ama tanto que hasta ha querido amarnos con un corazón humano traspasado.
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Lo bello es que se entenderán a la perfección, luego de tantos años de convivencia, el y ella se entienden mutuamente y no ha y secretos allí donde todo es transparente y dependen mutuamente el uno al otro y hasta las fallas se las saben, pasan y perdonan porque se saben limitados como humanos, se sienten como esposos y como hermanos que Dios a unido en este corto camino dentro de la tierra. Saludos
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