El Papa Francisco se reunió con Fidel Castro y le hizo un regalo especial: un libro y dos CDs con homilías y canciones del P. Armando Llorente, el sacerdote jesuita español que fue su maestro de escuela y que pidió su conversión antes de morir.
El P. Llorente fue profesor y mentor de Fidel Castro en el Colegio de Belén de La Habana, donde el líder cubano estudió cuando tenía 16 años de edad.
En el año 2007, en una entrevista para la agencia Efe desde Miami donde se exilió, el sacerdote señaló que si "en algún momento de lucidez" Fidel Castro lo llamaba o pedía encontrarse con él, estaba dispuesto a ir "inmediatamente" para confesarle.
"Lo primero que haríamos sería darnos un abrazo tremendo, reírnos recordando las aventuras que tuvimos juntos, que fueron innumerables y muy bonitas" y después le diría: "Fidel, ha llegado el momento de la verdad", declaró a Efe.
El sacerdote aseguró que conservaba el anhelo de absolver a Castro si antes pedía "perdón públicamente, porque sus pecados no son sólo personales" y se arrepentía "de todo el mal que ha hecho".
El P. Llorente nació en España y era un joven novicio jesuita de 24 años cuando lo enviaron a Cuba en 1942 para completar su formación. Trabajó como maestro en el Colegio de Belén donde Castro fue su mejor alumno y se hicieron muy amigos.
En 1945, el sacerdote escribió al pie de su fotografía de estudiante en el libro escolar del Colegio de Belén: "Fidel Castro, madera de héroe, la historia de su patria tendrá que hablar de él".
El P. Llorente recordó a Efe que los años de escuela fueron los más felices de Fidel porque hasta entonces "no se había sentido querido por nadie", estaba lleno de "complejos y traumas" por saberse el hijo de una relación extramatrimonial de su padre, Ángel Castro, con Lina Ruz, quien trabajaba en su casa como sirvienta.
Fidel Castro tuvo como maestro en la escuela al P. Armando Llorente, posteriormente exiliado de Cuba
En diciembre de 1958, el P. Llorente llegó a la Sierra Maestra haciéndose pasar por ganadero, para entrevistarse con Castro durante la revolución. "Él me confesó que había perdido la fe, y yo le respondí: ´Fidel, una cosa es perder la fe y otra la dignidad´", recordó.
En esos años, el P. Llorente ayudó a establecer en la isla la Agrupación Católica Universitaria (ACU), un movimiento juvenil de inspiración jesuita, fundado en la década del ´30. El sacerdote debió abandonar Cuba en 1961 por el acoso del régimen de Castro contra la Iglesia Católica y estableció ACU en Estados Unidos.
Vivió en Miami hasta su muerte el 28 de abril de 2010, a la edad de 91 años.
El Arzobispo de Boston, Cardenal Sean O´Malley, escribió tras su fallecimiento que el P. Llorente "dio más retiros en un año que la mayoría de los jesuitas dan en toda una vida. Tenía un gran don para inspirar a los jóvenes a ser muy activos en la Iglesia".
"Era un maestro elocuente de la espiritualidad ignaciana y la vida del Evangelio", indicó.
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