El papa Francisco es el invitado especial en un festival organizado por la comunidad católica en Filadelfia.
El VII Encuentro Mundial de las Familias se realiza en Benjamin Franklin Parkway, donde escuchó personalmente el mensaje de ciudadanos de Estados Unidos, Australia, Ucrania, Jordania, Nigeria, y su tierra natal, Argentina.
"Somos una minoría, pero somos como la sal, la cual se necesita solo en cantidades pequeñas para ser esencial para la comida", le dijo el papa Francisco a una familia cristiana venida de Jordania, que compartió su historia de trabajo junto a otras familias y organizaciones cristianas, "con los pobres, los perseguidos a causa de su religión" y los que dejan sus países huyendo de la guerra, sobre todo en Irak y Siria.
El director de la iniciativa es el actor Mark Wahlberg y la ceremonia incluyó actuaciones musicales de Andrea Bocelli, la Orquesta de Filadelfia y otros artistas.
La famosa cantante estadounidense Aretha Franklin, considerada "la mejor voz del mundo", interpretó una descomunal versión del himno religioso 'Amazing Grace' en honor a la visita del Sumo Pontífice.
Para despedirse, en una jornada cargada de emoción, el Papa brindó un discurso acerca de la familia en el que agradeció a "todos los que nos dieron un mensaje aquí, y a la presencia de ustedes que también es un testimonio de que vale la pena la vida en familia. De que una sociedad crece fuerte, buena, hermosa y verdadera si se edifica sobre la base de la familia".
"Hoy nosotros caminamos entre dos posiciones, la belleza de Dios y la guerra. Nos toca a nosotros decidir el camino para andar", le expresó a la multitud presente.
"En las familias discutimos, a veces vuelan los platos, los hijos traen dolores de cabeza... No voy a hablar de la suegra... Pero en las familias siempre hay cruz, porque el amor de Dios y el hijo de Dios nos abrió también ese camino", remarcó el papa Francisco en el Encuentro Mundial de las Familias que se lleva a cabo en Filadelfia.
En ese marco, destacó que "el odio no supera ninguna dificultad. La división de los corazones no supera ninguna dificultad. Solo el amor es capaz de superarlas"
Y cerró con un mensaje de esperanza para el futuro: "Tenemos que tener especial cuidado con los chicos y los abuelos. Los chicos son el futuro, y los abuelos son la memoria de la familia. Un pueblo que no sabe cuidar a los niños y a los abuelos es un pueblo sin futuro".
Tras el discurso de Francisco, el tenor Andrea Bocelli cantó junto a la Orquesta de Filadelfia, y luego el Sumo Pontífice le entregó un presente, y se despidió del encuentro con una bendición.
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