Papa Francisco celebrando en la Casa Santa Marta |
"Y aquí el Señor se muestra enamorado de su pueblo: ‘Yo no te elegí por ser el más fuerte, el más grande, el más poderoso. Te elegí porque eres el más pequeño de todos. También puedes decir: el más miserable de todos. Pero te elegí así’. Y esto es el amor”, explicó.
Dios está enamorado de nosotros y nosotros somos su sueño de amor: esto ningún teólogo lo puede explicar, sino que podemos sólo llorar de alegría. Lo afirmó el Papa Francisco este lunes 16 de marzo en la homilía de la misa matutina en la Casa Santa Marta del Vaticano.
El sueño de Dios
Partiendo de la primera lectura del profeta Isaías (Is 36, 14-16.19-23) , en la que el Señor dice que creará “nuevos cielos y nueva tierra”, el Papa Francisco reafirmó que la segunda creación de Dios es aún más “maravillosa” que la primera, porque “cuando el Señor ‘rehace’ el mundo arruinado por el pecado”, lo ‘rehace’ en Jesucristo. En este renovar todo, Dios manifiesta su inmensa alegría.
“Encontramos que el Señor tiene mucho entusiasmo: habla de alegría y dice una palabra: ‘Gozaré de mi pueblo’. El Señor piensa en lo que hará, piensa que Él, Él mismo, estará en la alegría con su pueblo -continuó-. Y como si fuese un sueño del Señor: el Señor sueña. Tiene sus sueños, sus sueños sobre nosotros”.
“‘¡Ah, qué bello será cuando nos encontremos todos juntos, cuando nos encontremos allí o cuando esa persona, esa otra… esa otra camine conmigo…! ¡Yo gozaré en ese momento!’. Para poner un ejemplo que nos pueda ayudar, como si una chica con su novio o el chico con la novia (pensase): ‘Cuando estemos juntos, cuando nos casemos …’. Es el ‘sueño’ de Dios”, afirmó Francisco.
Estamos en la mente y en el corazón de Dios
“Dios – prosiguió el Papa – piensa en cada uno de nosotros” y “piensa bien, nos quiere, ‘sueña’ con nosotros. Sueña en la alegría que gozará con nosotros. Por esto el Señor quiere ‘re-crearnos’, hacer nuevo nuestro corazón, ‘re-crear’ nuestro corazón para hacer triunfar la alegría”.
“¿Lo habéis pensado? ‘¡El Señor sueña conmigo! ¡Piensa en mí! ¡Yo estoy en la mente, en el corazón del Señor! ¡El Señor es capaz de cambiarme la vida!’. Y hace muchos planes: ‘Fabricaremos casas, plantaremos viñas, comeremos juntos’ … todas estas ilusiones que hace sólo un enamorado…", dijo.
Ningún teólogo puede explicar el amor de Dios por nosotros
Dios “está enamorado de nosotros”, repitió el Papa, comentando también el pasaje del evangelio sobre la curación del hijo del funcionario real (Jn 4, 43-54).
“Creo que no hay ningún teólogo que pueda explicar esto: no se puede explicar -prosiguió-. Sólo se puede pensar en ello, sentirlo y llorar. De alegría. El Señor nos puede cambiar. ‘¿Y qué tengo que hacer?’. Creer. Creer que el Señor puede cambiarme, que Él es poderoso: como hizo con ese hombre que tenía el hijo enfermo, en el Evangelio. ‘Señor, baja antes de que mi niño muera’. ‘Ve, tu hijo vive!’”.
“Ese hombre creyó en la palabra que Jesús le dijo y se puso en camino. Creyó. Creyó que Jesús tenía el poder de cambiar a su niño, la salud de se niño. Y ha vencido", subrayó.
"La fe es hacer espacio a este amor de Dios, es dar espacio al poder de Dios, pero no al poder de uno que es muy poderoso, sino al poder de uno que me ama, que está enamorado de mí y que quiere la alegría conmigo -concluyó-. Esto es la fe. Esto es creer: es dar espacio al Señor para que venga y me cambie”.
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