¿Qué quedará de la parroquia cuando este bebé tenga 20 años? |
Karl Vaters, pastor evangélico de California, escribe: "La cultura a nuestro alrededor está experimentando un giro de los de una vez por milenio, ahora mismo. Es una recalibración de la forma de pensar en todo: desde la moral, la sexualidad, nuestra identidad y nuestra teología".
Él propone en ChristianityToday dos ideales para enfrentar esta situación desde las parroquias:
1- Mantener con fuerza los principios de Dios que nunca cambian (la teología y la moral perenne)
2- Adaptar los métodos parroquiales a un mundo de cambios rápidos
Para ello, propone plantear 10 principios, y afirma que las iglesias o parroquias que no los trabajen desaparecerán en los próximos 10 o 20 años.
1. Firmeza en los temas bíblicas esenciales
Las iglesias que mantienen los "temas bíblicos esenciales" (es decir, las que son conservadoras en temas de fe, familia, vida, lucha contra el pecado, necesidad de oración, confianza en la Biblia, etc...) se mantendrán mejor. Hay numerosas estadísticas que lo demuestran. Las iglesias protestantes "liberales", que no defienden la vida, el matrimonio, lo sobrenatural, etc... se vacían. "Una iglesia que abandone los principios bíblicos no solo no logrará sobrevivir, es que no merece sobrevivir", escribe Vaters. (El padre Longenecker explicaba aquí por qué no sobrevivirán).
2. Enfatizar el discipulado y el entrenamiento de líderes
Efesios 4,11-12 pide "capacitar a los santos para el servicio". Los pastores -y párrocos- que hacían de todo (y no conseguían gran cosa) lograrán frutos si entrenan a otros miembros de la parroquia como responsables de muchas funciones importantes. Los métodos que formen discípulos y maestros de discípulos (2 Timoteo 2,2: "enseña a otros capaces de enseñar") darán fruto. (Sobre esto se habla mucho aquí en los Encuentros de Nueva Evangelización).
3. Reducir gastos
En Estados Unidos las colectas y los donativos cada vez son menores, y no parece que vayan a crecer. En ambientes católicos europeos, la acumulación de templos, estructuras, etc... puede ahogar recursos que deberían servir para evangelizar. Karl Vaters avisa de que cada vez habrá menos personal pagado en las parroquias. En España, donde casi no hay, se debería hacer lo contrario: profesionalizar al menos algunos laicos eficaces en evangelización. Así, Cursos Alpha (con sede en Londres) o Life Teen (con sede en Atlanta) cuentan con equipos profesionales mínimos en España, de uno o dos laicos asalariados, dedicados a formar evangelizadores. La reducción de gastos pasaría por edificios más pequeños, voluntariado más eficaz, etc...
4. Replantearse el edificio: optimizar los espacios
En Estados Unidos, cuanto más grande era tu edificio eclesial, más prestigio daba y más personas podía atraer. Esto ya no es así. También en el mundo empresarial recomiendan aplazar todo lo que puedas antes de comprar un edificio o alquilar un despacho: lo que puedas hacer desde tu ordenador de casa o taller del garaje, hazlo. También en lo eclesial las parroquias deben mantenerse austeras en sus instalaciones. Es importante encontrar las formas de sacar el máximo rendimiento a los espacios parroquiales que ya se tienen, adaptando horarios, actividades, etc...
5. Buscar socios estratégicos
En muchos lugares hay iglesias pequeñas, incluso de denominaciones distintas, que se unen para trabajar en temas concretos comunes, quizá de servicio a los pobres o de evangelización. Hay grupos capaces de formar líderes y equipos de servicio en nuestra parroquia y que lo harán gratis o casi gratis. En ambientes católicos, esto podría implicar que parroquias vecinas o amigas colaboraran. O recurrir a los distintos movimientos y realidades eclesiales, que pueden dar mucha vida y frutos en una parroquia si se les ofrece espacios y acompañamiento. Los scouts (si son de buena doctrina) o LifeTeen (para adolescentes), Cursos Alpha, Cursillos de Cristiandad, Encuentros Emaús, movimientos matrimoniales o marianos, Camino Neocatecumenal, etc... pueden ser esos "socios estratégicos" que forman católicos adultos y activos en las parroquias.
6. Implicarse en el barrio o pueblo
"Deberían dejar de conocer a tu iglesia como 'el edificio que está en tal calle' y referirse a ella como 'la gente que trabaja con los chicos y los pobres', o cualquier otro colectivo o servicio". La gente ha de saber que en la parroquia hay pasión por ofrecer ese servicio a la gente: a los pobres, o las madres solas, o los ancianos, o los inmigrantes, o los chicos de la calle...
7. Enfatizar a Jesús y la Palabra de Dios
Muchas cosas distraen de lo esencial y otras cosas que antes funcionaban y nos gustaban ahora ya no lo hacen. Por eso, párrocos y evangelizadores deben plantearse esta pregunta: "¿Estoy dispuesto a dejar tal o cual método o actividad [piense aquí usted en sus actividades preferidas] si con eso logro llegar a más personas para acercarlas a Jesús?" ¿Hemos hecho ídolos de técnicas o tradiciones populares o parroquiales que ya no dan fruto? Al final, siempre hay que enfatizar a Jesús y la Palabra de Dios.
8. Reestructurar lo que haya que reestructurar
"Deja de luchar por mantener tu método, servicio o tradición preferida viva. Si no es parte de la solución, es parte del problema". (O, como se decía en este encuentro, "si no sirve para evangelizar tíralo a la basura").
9. Hacer discípulos, no solo conversos
"Los conversos se suman a un club: los discípulos empiezan un movimiento. Los conversos siguen costumbres: los discípulos siguen a Jesús. Los conversos cambian de mentalidad: los discípulos cambian su vida... y las vidas de otros". (Lea aquí: 12 características de ser discípulo).
10. Responder a esto: ¿por qué debería sobrevivir tu parroquia?
En ambientes católicos, las parroquias se mantienen porque lo decide así el obispo. Pero los clérigos y laicos que se esfuerzan en evangelizar y servir en la Iglesia con su tiempo y recursos pueden hacerse esta pregunta respecto a muchas de sus tareas.
"Si tu iglesia (o parroquia, grupo o servicio) desapareciera mañana, ¿qué es lo que de verdad se perdería? Sí, es una pregunta dura. Quizá parece incluso cruel, irrespetuosa. Pero no lo es: es esencial. Cualquier congregación que no pueda responder rápidamente por qué debería sobrevivir, no lo conseguirá hacer".
Empezar hoy
"Se dice que el mejor momento para plantar un árbol fue hace 20 años, y que el segundo mejor momento es hoy. Lo mismo pasa con estos principios. Si ya los están aplicando, fortalécelos. Si no, empieza ahora. Sé incansable con ellos. No este año, sino cada año. La supervivencia de tu iglesia local depende de ello", insiste Karl Vaters.
¿Cuál será la edad media de este grupo de católico(a)s? |
P.J. Ginés, ReL
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