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viernes, 4 de agosto de 2023

Especialmente para aquellos que NO suelen ir a Misa los Domingos

 Aquí podemos ofrecer sólo unos pocos aspectos
de las mil maravillas de la Santa Misa

El que comulga vive en Cristo y Cristo en él.

Así como dos pedazos de cera derretidos juntos no hacen más que uno, de igual modo el que comulga, de tal suerte está unido con Cristo, que él vive en Cristo y Cristo en él.

San Cirilo de Jerusalén


En satisfacción de mis pecados.

Reparad todas mis faltas, ¡oh buen Jesús!, y recibid, en satisfacción de mis pecados, este Santísimo Sacrificio de vuestro Cuerpo y Sangre preciosa, que a este fin, Vos ofrecisteis en la cruz, y yo ahora os ofrezco.

San Juan Eudes

¡También nos recibimos unos a otros!

¡Cuando recibimos a Jesucristo en la Comunión, también nos recibimos unos a otros!.

¡Cuando comulgamos, también nos comulgamos (unos a otros)!

¡Cuando decimos amén (sí) a Jesucristo, decimos amén (sí) a los hermanos!

Cardenal Ricardo Blázquez
Arzobispo de Valladolid

¡Si no recibiéramos el socorro de la medicina celestial!

Porque las inclinaciones del hombre son hacia lo malo desde su juventud; y si no le socorre la medicina celestial, al punto va de mal en peor. Así es que la santa Comunión retrae de lo malo, y conforta en lo bueno.

Tomás de Kempis
Imitación de Cristo, libro 4, 3.

Hacemos el mayor bien que jamás pueda hacerse.

Cuando participamos en la Santa Misa, hacemos el mayor bien que jamás pueda hacerse. Pues todo el bien que Jesús mismo hizo durante toda su vida, todos los infinitos beneficios que adquirió para bien de todos, todo, todo nos lo dona en la Santa Misa, y nosotros, recibiéndolo a Él mismo, que es recibir todo, tenemos en nuestras manos la posibilidad de donarlo todo como Él mismo lo hizo, donarlo todo a nuestro amadísimo Padre, a la humanidad entera, donar a Jesucristo mismo, su Santo Sacrificio, y esto con la misma fuerza con que Él mismo se donó a sí mismo, y haciendo así hacemos tanto bien cuanto él mismo ha hecho.

P. Pedro Rubio hdv

Maravilla sublime que nuestros labios han recibido.

En tu pan está escondido el Espíritu que no puede ser comido, en tu vino hay un fuego que no se puede beber. El Espíritu en tu pan; el fuego en tu vino; maravilla sublime que nuestros labios han recibido.

Himno de San Efrén



























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