El Papa Francisco ha manifestado su oposición al diaconado femenino sacramental durante una entrevista en la cadena estadounidense CBS. Este tema era uno de los tratados en el pasado Sínodo de la Sinodalidad y del cual todavía se espera una postura final.
"Si se trata de diáconos con el Orden Sagrado, no", ha dicho el Papa preguntado directamente por la posibilidad de ordenar diaconisas. Francisco ha dicho que "las mujeres siempre han tenido la función de diaconisas sin llegar a ser diáconos". "Las mujeres prestan un gran servicio como mujeres, no como ministras, como ministras en este sentido, dentro del Orden Sagrado", ha precisado.
"Para una niña pequeña que crece como católica hoy en día, ¿tendrá alguna vez la oportunidad de ser diácono y participar como miembro del clero en la Iglesia?", le preguntó la periodista de CBS. A lo que el Pontífice ha zanjado la cuestión con un no rotundo.
Nunca con una ordenación
El tema de las diaconisas en la Iglesia tiene un precedente histórico homónimo, pero no de funciones o como sacramento, ya que nunca las mujeres han recibido las órdenes sagradas en la Iglesia. Así lo explicó en su día en ReL el sacerdote de Buenos Aires (Argentina) Cristian Hernan Andrade.
"El nombre de diaconisas se refería a ciertas mujeres devotas consagradas al servicio de la Iglesia y que hacían a las mujeres los servicios que no podían prestarles los diáconos con decencia: por ejemplo, en el bautismo que se confería por inmersión a las mujeres, así como a los hombres", explicaba.
"Estaban también encargadas de la vigilancia de las iglesias o lugares de reunión de la parte en que estaban las mujeres separadas de los hombres, según la costumbre de aquellos tiempos. Tenían cuidado de las pobres y enfermas, etc. En tiempo de las persecuciones, cuando no se podía enviar un diácono a las mujeres para exhortarlas y fortificarlas, se les mandaba una diaconisa".
"Las mujeres que fueron llamadas 'diaconisas' no estaban ordenadas en ningún sentido de la palabra, pero recibían una cierta bendición para algunos servicios eclesiásticos. Esas 'diaconisas' eran primeramente mujeres consagradas cuyo trabajo era altamente restringido- usualmente limitado a la asistencia a otras mujeres. Esto incluía asistir a mujeres en bautismos y otros servicios en los que la presencia de varones hubiera ofendido a la modestia", comentaba
ReL
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