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domingo, 18 de octubre de 2015

Papá moribundo enseñó significado del sacerdocio a su hijo


Mons. Salvador Piñeiro García-Calderón, presidente de la Conferencia Episcopal de Perú, contó a Aleteia detalles íntimos de su infancia y de sus recuerdos familiares en ocasión del Sínodo ordinario de los obispos sobre la familia que está reunido en el Vaticano convocado por el Papa Francisco desde 04 hasta 25 de octubre 2015.



“Primero le cerré los ojos a mi mamá y después a mi papá…Mi papá era médico y sabía que el infarto era fulminante y no quería salir de la casa sino llegaba yo a ponerle los santos oleos”, contó a Aleteia monseñor Salvador Piñeiro García Calderón, presidente de la Conferencia Episcopal de Perú.
Una historia llena de detalles íntimos de su infancia y de sus recuerdos familiares en el marco de las labores del Sínodo ordinario de los obispos sobre la familia que está reunido en el Vaticano convocado por el Papa Francisco desde 04 hasta 25 de octubre 2015.

“Cuando (mi papá) bajaba de la ambulancia, me dijo, dame la comunión ya me muero…luego me manda a llamar después de dos horas….tuve que repetirla la santa unción y me enseñó como tenía que trabajar mi sacerdocio, yo por eso siempre lo recuerdo, tengo su foto en la mesa de noche, ellos me inspiraron…qué importante es la familia”, expresó.

Los curas no caemos del cielo, mi vocación inició en un hogar



De hecho, el anillo episcopal de Piñeiro García-Calderón está hecho con las argollas de matrimonio de sus padres. “Fueron ellos que me enseñaron a amar a Jesús, a servir a la Iglesia, participar en la parroquia”, recordó.

“Que bien se me quedó en el disco duro lo que me enseñó mi abuelita materna y lo repito todos los días que salgo de mi casa: de Belén salió Jesús con José y con María, de mi casa salgo yo con la misma compañía”, contó también el arzobispo de Ayacucho, Perú.

Conversar, ternura y oración en familia
El prelado recordó la importancia del encuentro en la familia que se contrapone a la cultura del individualismo. “Hoy se escucha, "esto no se lo cuento a mis viejos", y los padres dicen estos son problemas de la adolescencia, ya le pasará. No hay diálogo, no hay comunicación”, dijo monseñor Piñeiro García Calderón.






El ambiente que se respira en el Sínodo


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