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domingo, 4 de octubre de 2015

Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre - Para los hermanos que no van a Misa hoy

... y para los que van...


Evangelio del Domingo de hoy según San Marcos 10,2-16.
Se acercaron algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le plantearon esta cuestión: "¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?". 
El les respondió: "¿Qué es lo que Moisés les ha ordenado?". 
Ellos dijeron: "Moisés permitió redactar una declaración de divorcio y separarse de ella". 
Entonces Jesús les respondió: "Si Moisés les dio esta prescripción fue debido a la dureza del corazón de ustedes. 
Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y mujer. 
Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre, 
y los dos no serán sino una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. 
Que el hombre no separe lo que Dios ha unido". 
Cuando regresaron a la casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre esto. 
El les dijo: "El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra aquella; 
y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio". 
Le trajeron entonces a unos niños para que los tocara, pero los discípulos los reprendieron. 
Al ver esto, Jesús se enojó y les dijo: "Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos. 
Les aseguro que el que no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él". 
Después los abrazó y los bendijo, imponiéndoles las manos. 

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios. 



Leer el comentario del Evangelio por : 

San Juan Pablo II (1920-2005), papa, Homilía del 12 de Octubre de 1980 

"Ellos ya no son dos; no son mas que uno"

"Lo que Dios ha unido, el hombre no lo debe separar" Esta expresión "contiene la grandeza esencial del matrimonio y al mismo tiempo la intensidad moral de la familia" Nos deseamos hoy esa magnitud y esa dignidad para los todos los esposos del mundo; deseamos esa intensidad sacramental e integridad moral para todas las familias. ¡Y lo pedimos para el bien del hombre!. Por el bien de cada hombre. El hombre debería llegar a la vida sólo a través de la familia. Y la familia debe ubicarse en las bases mismas de todo esfuerzo a fin de que nuestro mundo humano sea para siempre mas humano. La persona no puede escapar a estas solicitudes: ninguna sociedad, ningun pueblo, ningun sistema; ni el Estado, ni la Iglesia, ni el mismo individuo. 

El amor, que une a un hombre con una mujer como esposos, es al mismo tiempo don y mandato....el amor es don: "el amor procede de Dios y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios" (1Jn 4,7)Y al mismo tiempo el amor es un mandamiento, el mas grande amor..."Amarás" (Mt. 22,37-39). Obedecer al mandamiento del amor nos llevará a realizar todas las obligaciones de la familia cristiana. A fin de cuentas, todas se reducen a estas: la fidelidad y la honestidad conyugal, la paternidad responsable y la educación. La "pequeña iglesia"-la Iglesia doméstica-indica que la familia vive en el espíritu del mandamiento del amor: su verdad interior, su esfuerzo cotidiano, su belleza espiritual y su fuerza...Si Dios es el amor El es accesible. Si nosotros destruimos esta estructura inseparable, donde habla el mandamiento de Cristo, entonces el amor del hombre se separará de sus raíces más profundas, perderá sus raíces de plenitud y de verdad, que son esenciales. Imploramos en favor de todas las familias cristianas, de todas las familias del mundo, para que les sea concedido esta plenitud y verdad en el amor, esa que evoca el mandamiento de Cristo.





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