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miércoles, 20 de septiembre de 2023

Evangelio del día


 

Primera Carta de San Pablo a Timoteo 3,14-16.

Aunque espero ir a verte pronto, te escribo estas cosas
por si me atraso. Así sabrás cómo comportarte en la casa de Dios, es decir, en la Iglesia del Dios viviente, columna y fundamento de la verdad.
En efecto, es realmente grande el misterio que veneramos: El se manifestó en la carne, fue justificado en el Espíritu, contemplado por los ángeles, proclamado a los paganos, creído en el mundo y elevado a la gloria.


Salmo 111(110),1-2.3-4.5-6.

Doy gracias al Señor de todo corazón,
en la reunión y en la asamblea de los justos.
Grandes son las obras del Señor:
los que las aman desean comprenderlas.

Su obra es esplendor y majestad,
su justicia permanece para siempre.
Él hizo portentos memorables,
el Señor es bondadoso y compasivo.

Proveyó de alimento a sus fieles
y se acuerda eternamente de su alianza.
Manifestó a su pueblo el poder de sus obras,
dándole la herencia de las naciones.


Evangelio según San Lucas 7,31-35.

Dijo el Señor: «¿Con quién puedo comparar a los hombres de esta generación? ¿A quién se parecen?
Se parecen a esos muchachos que están sentados en la plaza y se dicen entre ellos: '¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no lloraron!'.
Porque llegó Juan el Bautista, que no come pan ni bebe vino, y ustedes dicen: '¡Ha perdido la cabeza!'.
Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: '¡Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores!'.
Pero la Sabiduría ha sido reconocida como justa por todos sus hijos.»


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.


Bulle

San Gregorio Magno (c. 540-604)
papa y doctor de la Iglesia
Morales sobre Job, XIII (SC 212, Morales sur Job, Cerf, 1974), trad. sc©evangelizo.org


Háganse insensatos para ser realmente sabios ante Dios

“¡Vengan todos ustedes, vengan otra vez: no encontraré un solo sabio entre ustedes!” (Jb 17,10). ¿Por qué llamar a la sabiduría y, sin embargo, desear no encontrar sabios [los amigos de Job]? Porque no pueden llegar a la verdadera sabiduría de los hombres, engañados por la suficiencia de su falsa sabiduría. De ellos fue escrito: “¡Ay de los que se tienen por sabios y se creen muy inteligentes!” (Is 5,21). También de ellos se dice: “No presuman de sabios” (Rom 12,16; cf. Prov 3,7).
Por eso, si el gran predicador Pablo encontraba sabios según la carne, les pedía adquirir la verdadera sabiduría, empezando por vivir la locura “Si alguno de ustedes se tiene por sabio en este mundo, que se haga insensato para ser realmente sabio” (1Cor 3,18). La Verdad dice de ella misma “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños” (Mt 11,25).
Así como los que son sabios ante ellos mismos, no pueden llegar a la verdadera sabiduría, el bienaventurado Job, que desea la conversión de los que los escuchan, desearía no encontrar entre ellos uno que se cree sabio. Deben aprender a devenir insensatos, para poder ser verdaderamente sabios ante Dios. (EDD)

Oración

“Oh amado Señor, me despierto dándote gracias por el don de la vida y del amor. Quiero pedirte que me des hoy la capacidad de saber escucharte con el alma siempre dispuesta y con el corazón dócil y abierto a tus inspiraciones.

Necesito en todo momento de tu fuerza y de tu poder para poder sentir con humildad cada una de las manifestaciones de amor con la que a diario pones a todo mi alrededor.

Quiero poder decirte con completa confianza y con gran pasión desbordante, que por Ti daría mi vida, pero luego me acuerdo de Pedro, que luego de haberte jurado que por Ti lo daría todo, sufrió de una terrible debilidad que hizo que hasta negara conocerte.

No quiero tampoco dejarme llevar ni confiar en las intenciones de mi corazón, sino que seas Tú siempre mi guía y mi bandera, pues no sea que me vea luego yo como Judas, que aún, siguiendo tu proyecto de salvación, que realizó también curaciones y expulsó demonios en tu nombre, se dejó llevar por sus malas pasiones y terminó por venderte por unas monedas de plata.

Mi Jesús, muchas veces lloro mis pecados, mis malos deseos me atormentan y angustian mi alma, soy débil, pero tu Santo Espíritu me anima a levantarme y a seguir adelante.

Eres el amigo que no defrauda. Quiero ser fiel a tu amor, a tu Iglesia. Quiero confiar plenamente en la satisfacción que da tu amor que todo lo llena. Sé que seguirte exige una entrega total y sacrificio de muchas cosas, pero aun así me acerco a Ti para que me limpies de mis egoísmos, de mi orgullo y de todo aquello que no me permita donarme por completo.

Te amo, eres el dueño de mi vida, confío en que me bendices en estos momentos, llenas de felicidad mi vida y aumentas mi confianza. Amén”

Por Qriswell J. Quero

Artículo originalmente publicado por pildorasdefe.net



















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