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martes, 12 de septiembre de 2023

Transmitir la fe a los hijos: 5 cosas ineficaces y 3 que sí funcionan, según la sociología actual

     Christian Smith, experto en religiosidad juvenil y sociología de la religión


Transmitir la fe a los hijos en esta época no es fácil ni delegable...
los padres han de hablarles regularmente del tema

Christian Smith es uno de los sociólogos de la religión más influyentes y divulgadores de Estados Unidos. Fue profesor de sociología 12 años en la Universidad de North Carolina en Chapel Hill, y desde 2006 lo es en la universidad católica de Notre Dame, Indiana.

Insiste en que los padres religiosos, si quieren transmitir la fe a sus hijos, necesitan tenerlo como prioridad declarada. Además, han de hablar específica y personalmente de religión con los chicos entre semana, no sólo el domingo.

De protestante a católico, y experto sociólogo

Christian Smith creció en una familia protestante presbiteriana, "moderadamente" conservadora y evangélica, ha explicado en varias entrevistas. Disfrutó de un buen grupo de monitores y formadores de fe cuando era joven, algo que hoy sabe que no es común.

Sus preguntas sobre el papel de la Escritura y la autoridad de la Iglesia le llevaron en un viaje espiritual por iglesias anabaptistas, después anglicanas y finalmente se hizo católico tras 13 años de "mucho leer, hablar, pensar, preguntar, discutir, reconsiderar y rezar". La autoridad y unidad de la Iglesia Católica y las riquezas de su doctrina social son elementos que le ayudaron en su viaje.

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Christian Smith, sociólogo especializado en juventud y religión,
de la Universidad de Notre Dame, Indiana

A partir de cierto momento, Christian se especializó en investigar sociológicamente la fe de los niños, jóvenes y adolescentes de EEUU en sus libros Soul SearchingSouls in TransitionYouth Catholic America y Lost in Transition.

En ellos presenta, entre otras cosas, una tesis realista: la mayoría de los norteamericanos que creen en Dios, especialmente entre los menores de 35 años, en realidad no son ni católicos, ni protestantes, ni judíos: son "deístas terapéuticos moralistas" (MTD, en inglés), una expresión que acuñó Christian y que en los últimos diez años usan cada vez más analistas y evangelizadores.

Lo que cree la gente que dice que cree... algo

Los "deístas terapéuticos moralistas" están poco o nada interesados en Jesús, la Biblia, el pecado o tratarse personalmente con Dios. Vayan a la parroquia, al culto protestante o a la sinagoga (cuando van), sus creencias son, básicamente estas 5:

Dios existe, creó y ordenó el mundo, y vigila la vida de los humanos,

- Dios quiere que seamos buenos, majos, amables... así lo enseña la Biblia y la mayoría de las religiones,

- El objetivo de la vida (esta vida) es sentirme bien conmigo mismo, y ser feliz,

Dios no debería meterse en nuestras vidas... excepto si le pido ayuda para resolver un problema,

- Los buenos van al cielo cuando mueren.

La visión general de estas personas es la de un Dios supervisor lejano, solucionador, sin necesidad específica de ser salvados los hombres del pecado, y con la vida eterna casi por seguro... que deja poco espacio a Jesús y la necesidad de convertirse.

Cómo transmitir la fe, y cómo no conseguirlo

El "teísmo moralista terapéutico" se transmite con cierta facilidad "natural" (o cultural) en Estados Unidos. Lo que no se está transmitiendo hoy de forma natural ni cultural es el verdadero cristianismo, ni siquiera de padres a hijos. Para transmitirlo hace falta un esfuerzo consciente.

En una entrevista en CruxNow.com en enero de 2020, Christian Smith determinaba las cosas que funcionan y las que no, según su investigación sociológica, a la hora de transmitir la fe en nuestros días.

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Foto de Caleb Johns en Unsplash: la fe es una chispa que debe saltar de padres a hijos, pero hoy no lo hace sin intencionalidad ni insistencia de los padres

Las 5 cosas que no funcionan para pasar la fe a los hijos

1. Padres demasiado pasivos
No se esfuerzan, o se esfuerzan poco en transmitir la fe, no actúan sobre el niño en este tema. Así no se pasa la fe.

2. Padres demasiado autoritarios
"Deben ser padres proactivos, pero no abrumadores", señala el sociólogo.

3. Limitarse a 'dar ejemplo', pero sin hablar de la fe en casa
"No funciona modelar la fe y práctica religiosa de los niños sin que los padres les hablen con frecuencia de por qué el padre cree y practica; los niños necesitan oir hablar del tema a los padres, no sólo vivirlo", insiste el sociólogo.

4. La hipocresía y doble vida
Evidentemente, no es eficaz para transmitir la fe decir al niño que ir a misa el domingo o ayunar es muy importante si luego ve que los mismos padres no van a misa o no ayunan. La doble vida es pésimo ejemplo.

5. Dejárselo a la escuela o la parroquia
La escuela y la parroquia, en realidad, por sí solas no tienen casi eficacia a la hora de transmitir la fe a los niños. Tampoco funcionan apenas, sin los padres, los campamentos, retiros, jornadas... Los niños han de ver que los padres son los que dan ejemplo y lideran el proceso.

Las 3 cosas que sí funcionan para que los padres transmitan su fe

1. Hay que querer realmente transmitir la fe: ha de ser prioritario
"Tiene que ser una prioridad en sus vidas [de los padres], tienen que hacer que su vida sea el modelo que desearían que su hijo abrace", advierte el sociólogo.

2. Deben hablar con sus hijos de fe, durante la semana
"Es absolutamente esencial que los padres hablen con sus hijos de religión, no sólo una vez a la semana, sino regularmente, durante la semana. Hablar o no hablar con los hijos de asuntos religiosos entre semana es uno de los mecanismos más poderosos para la transmisión religiosa a los niños. Cuando los padres nunca, o rara vez, hablan de la religión en términos personales, eso da un fuerte mensaje a sus hijos de que en realidad no es algo importante".

3. Es eficaz mostrar a la vez cariño y firme autoridad
No funcionan bien los padres no implicados, ni los demasiado autoritarios, ni los demasiado permisivos. Los que transmiten bien la fe (y otros valores) son los que expresan cariño y conexión con los chavales, a la vez que piden altos estándares y son exigentes con los chicos. Dejan espacio a los chicos para que vayan trabajando su propia visión y valores.

Para complementar este artículo, lea también, más específicamente para familias cristianas, 10 formas de transmitir la fe a tus hijos y de hacerla más fuerte y la propuesta de Red de Redes para transmitir la fe a los hijos.


10 formas de transmitir la fe a tus hijos y de hacerla más fuerte: como siempre, implica coherencia

Familias católicas rezan en una misa con intenciones provida en 2014 en la catedral de Indianápolis -  foto de Sean Gallagher en ArchIndy.org
Familias católicas rezan en una misa con intenciones provida en 2014 en la catedral de Indianápolis 

En muchos países, los padres cristianos no consiguen pasar a sus hijos una fe firme.

Pasar la fe de padres a hijos sucedía con naturalidad estadística en generaciones anteriores, pero ya no en la nuestra. En Occidente muchas causas concurren para que los padres pierdan autoridad ante los hijos y para suscitar un individualismo extremo.

No sucede solo entre cristianos: familias de otras tradiciones religiosas también lo experimentan. 

En la web AllProDad, dedicada a padres varones (no necesariamente católicos), señalan 10 factores que ayudan a que un padre pueda transmitir su fe a sus hijos. Como siempre cuando se trata de valores reales, requiere constancia y coherencia. 

1. Celebra las festividades y cuenta su historia

Las festividades religiosas llaman la atención de los niños: son días especiales. En Estados Unidos hay una frase entre los católicos: "no es que los católicos guarden la Cuaresma; es que la Cuaresma te mantiene católico". Lo mismo podría decirse de la Navidad cristiana y de otras fiestas.

No basta con celebrar la fiesta: hay que contar la gran historia que hay detrás de cada fiesta.

Decía el estudioso de las religiones Mircea Elíade: "el primer rito es la recitación del mito". La Navidad tiene sentido cuando se proclaman las lecturas de Navidad. Las festividades sin historias detrás (pensemos en Halloween) a menudo suenan a huecas.

2. Responde las preguntas de los chicos

Los niños hacen preguntas sobre Dios, sobre la fe, sobre la religión. Hay que estar preparado para responderlas. Hay preguntas sobre el comportamiento que también llevan a hablar de la fe. "¿Por qué debo perdonar a esos chicos malos?", "¿por qué me pides ayudar a esos?", nos lleva a las enseñanzas y el ejemplo de Jesús.

Si no sabemos la respuesta a una pregunta podemos honradamente decir: "pues no lo sé exactamente, pero lo buscaré y te lo diré". En el Catecismo hay muchas respuestas, que hay que traducir al lenguaje infantil. También hay gente que trabaja con niños que pueden ayudar: maestros, catequistas.... No es beneficioso responder "no hagas preguntas", "es así y punto", "hacer preguntas está mal"...

Es bueno celebrar ritos de fe juntos en casa, en familia

3. Id con regularidad al culto o los sacramentos

Si la fe es solo un añadido para los ratos libres, no se contagiará a los hijos. Los niños han de ver que es una prioridad, y la más clara es el tiempo.

Si la familia solo va a misa "a veces", el niño pensará que es una cosa poco importante o algo "útil en casos convenientes" (alguna enfermedad, un gesto social...). Los niños han de ver que el culto es una prioridad en la familia, en la organización semanal o diaria. 

4. Involúcrate en el servicio a los demás... y que te vean

"Servir a los demás es la fe con pies", explican en AllProDad. Los niños aprenden de lo que ven hacer a sus padres. Si te ven ser voluntario en Cáritas, Manos Unidas o la parroquia, ellos aprenderán a hacer ese tipo de servicios. También es bueno involucrar a toda la familia: recogidas de material, actividades, etc...

5. Enseña a confiar en Dios

En el cristianismo, todo está basado en la confianza en Dios. Una clave es enseñar al niño a confiar toda su vida en el Dios que lo creó, que lo ama y quiere lo mejor para Él. 

Una familia reza unida en la iglesia

6. El juicio definitivo sobre cada persona está reservado para Dios

A las personas agnósticas, o alejadas en la fe, o tibias, y a mucha otra gente, les molestan los juicios rápidos. La realidad es que una persona religiosa y prudente sabe que para realizar juicios definitivos en necesario ser Dios mismo: sólo Él tiene todos los datos y perspectivas sobre los hechos y las motivaciones.

A los niños les enseñamos a distinguir los actos buenos de los actos malos, y está bien, pero a la hora de clasificar a la gente es mejor recordar lo de "no juzguéis y no seréis juzgados" (y explicar lo que significa). Y en Juan 7, 24, Jesús enseña: "juzgad con juicio justo, no juzguéis según las apariencias". "Enséñales a tener un corazón humilde que busque entender al otro", explica AllProDad. 

7. Sé suave con los niños y ciertas enseñanzas complicadas

Hay cosas en la religión que a los adultos les molestan pero a los niños les aprecen normales. Y, al revés, hay cosas en las que los adultos ni se fijan y a muchos niños les pueden asustar o repeler.

En la cultura católica pueden ser muchas: imágenes de mártires con sangre en la parroquia, o ciertas expresiones sobre el infierno o el demonio, algunos detalles prácticos de los sacramentos... Las cosas complicadas hay que explicarlas con suavidad, y no de forma abrupta o con prisas y aspavientos. 

8. No mantengas a los niños en una burbuja
Incluso en los países de mayoría católica, hay personas de otras denominaciones y religiones y, de hecho, las personas con poca o ninguna religiosidad son mayoría.

No tiene sentido intentar hacer creer a tus hijos que "todos hacen como nosotros". No es así, y enseguida se darán cuenta. Y llegará el momento, al crecer, en que tomará sus propias decisiones sobre religión. Es bueno que desde niño pueda dialogar, en un entorno moderado, con personas de otras creencias. También es bueno que vea que hay otras parroquias donde las cosas se hacen de otras maneras.

9. Dile que comparta la fe con sinceridad y humildad

Nuestra sociedad pretende hacernos creer que ya casi no hay tabúes, excepto hablar de la propia fe con otras personas. Hemos de enseñar a nuestros hijos a que puedan hablar de su fe sin complejos ni vergüenzas: creemos que es buena, bella y verdadera y la queremos compartir.

Hemos de ayudar al niño a poder expresar por qué cree y en qué cree. Y ha de poder hacerlo con sinceridad y también con humildad. La fe da alegría y un terreno firme: no debe dar soberbia.

10. Se necesita una aldea para educar... dásela

"Se necesita una aldea para educar un niño", dice un refrán africano que se cita mucho. En lo religioso es especialmente cierto: la fe se transmite en comunidad.

En ella vemos que personas distintas (varias edades, procedencias, estilos) creen todas las mismas verdades, cada una con sus acentos. Ese testimonio colectivo fortalecerá la fe de tus hijos. Hay que buscar esa comunidad. 

Por supuesto, se podrían añadir muchas más cosas eficaces, pero ¿no son estas 10 un comienzo importante?

P.J.G., ReL




















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