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lunes, 6 de noviembre de 2023

Evangelio del día


 

Carta de San Pablo a los Romanos 11,29-36.

Porque los dones y el llamado de Dios son irrevocables.
En efecto, ustedes antes desobedecieron a Dios, pero ahora, a causa de la desobediencia de ellos, han alcanzado misericordia.
De la misma manera, ahora que ustedes han alcanzado misericordia, ellos se niegan a obedecer a Dios. Pero esto es para que ellos también alcancen misericordia.
Porque Dios sometió a todos a la desobediencia, para tener misericordia de todos.
¡Qué profunda y llena de riqueza es la sabiduría y la ciencia de Dios! ¡Qué insondables son sus designios y qué incomprensibles sus caminos!
¿Quién penetró en el pensamiento del Señor? ¿Quién fue su consejero?
¿Quién le dio algo, para que tenga derecho a ser retribuido?
Porque todo viene de él, ha sido hecho por él, y es para él. ¡A él sea la gloria eternamente! Amén.


Salmo 69(68),30-31.33-34.36-37.

Yo soy un pobre desdichado, Dios mío,
que tu ayuda me proteja:
Así alabaré con cantos el nombre de Dios,
y proclamaré su grandeza dando gracias;

que lo vean los humildes y se alegren,
que vivan los que buscan al Señor:
porque el Señor escucha a los pobres
y no desprecia a sus cautivos.

porque el Señor salvará a Sión
y volverá a edificar las ciudades de Judá:
el linaje de sus servidores la tendrá como herencia,
y los que aman su nombre morarán en ella.


Evangelio según San Lucas 14,12-14.

Jesús dijo al que lo había invitado: "Cuando des un almuerzo o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos, no sea que ellos te inviten a su vez, y así tengas tu recompensa.
Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos.
¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo retribuirte, y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos!".


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

Bulle

San Gregorio Nacianceno (330-390)
obispo y doctor de la Iglesia
Sermón 14, Del amor a los pobres, 27-28; PG 35,891-894


Imitar la generosidad de Dios

    Nada hace al hombre más parecido a Dios que la facultad de dar. Y si los dones de uno son más grandes que los del otro, que lleguen a ser a la medida de cada uno. Dios ha creado al hombre y lo ha levantado después de su caída. Así, pues, tú no menosprecies al que ha caído en la miseria. Dios ha tenido para con el hombre una compasión muy grande. Le ha dado la Ley y los profetas después de haberle dado la ley natural no escrita; le ha dado un maestro… y un pedagogo… Finalmente se dio el mismo en rescate por la vida del mundo…
    Cuando tú navegas viento en popa, tiendes la mano a los que naufragan. Cuando tienes buena salud y nadas en la abundancia, socorre al desgraciado. No esperes a comprobar, en detrimento de ti mismo, cuan malo es el egoísmo y cuan bueno es abrir el corazón a los que están necesitados. Vigila, porque la mano de Dios se cierne sobre los presuntuosos que se olvidan de los pobres. Saca una buena lección de los males de los otros y sé pródigo con el indigente aún en las necesidades más pequeñas. Nada será despreciable para el que le falta de todo.
    Dios no te pedirá nada más si haces todo lo que está de tu parte. Que tu prisa en dar supla a tus riquezas presentes. Si no tienes nada, ofrece tus lágrimas. Nada hay más reconfortante para el desgraciado que la piedad que brota del corazón, y una compasión sincera suaviza el sufrimiento. (EDD)

Oración

Dios de amor y de gracia,
He dado oro
pero sólo hay tanto oro.
He dado sangre
pero sólo tengo tanta sangre que dar.
He dado mi tiempo
pero los días sólo tienen tantas horas.
He dado mi fuerza
pero incluso eso tiene sus límites.
Así que doy mi amor.
Porque el amor es el oro, y el amor es la sangre.
Y el amor es el tiempo, y el amor es la fuerza.
Pero el amor es también mucho más.
Porque el amor es Dios.
Y Dios es amor.
Y sólo Tú , oh Dios, no tienes límites.
Amén























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