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sábado, 18 de noviembre de 2023

Especialmente para los que NO suelen ir a Misa los Domingos: Para que vean lo que están perdiendo

 Aquí podemos ofrecerle sólo unos cuantos aspectos
de las mil maravillas de la Santa Misa

Más vale una Santa Misa en vida que cien después muertos.

Beata Ana María Taigi asistió al funeral del cardenal Doria y el Señor le hizo entender que los cientos de Misas que el purpurado había dejado encargadas no le servirían a él sino a los pobres, porque durante su vida no había rezado por las almas del purgatorio.

Esto también nos podría suceder a nosotros, si en vida no nos preocupamos por ellas. Al fin de cuentas, Dios es el que distribuye los sufragios ofrecidos por nosotros y no basta con dejar dinero para Misas. Más vale "oír" una Santa Misa en vida que cien después muertos.

Les serán atenuadas las penas del purgatorio.

Dice San Jeróni­mo que a las almas por las que está obligado a orar el que oye la Santa Misa -su padre, su madre, sus parientes y bienhechores-, durante el espacio de tiempo en que oye la Santa Misa, les serán atenuadas las penas del purgatorio.

San Vicente Ferrer
Las propiedades de la Santa Misa

Si las almas del purgatorio pudieran volver a este mundo.

¡Ah! Si las almas del purgatorio pudieran volver a este mundo, ¡qué no harían por asistir a una sola Misa! Si pudierais vosotros mismos comprender su excelencia, sus ventajas y sus frutos, ni un solo día querríais pasar sin participar en ella.

San Pedro Julián Eymard

Te ofrezco a tu Hijo, con todos los méritos de su Pasión y Muerte.

Un día durante un sermón, el Santo Cura de Ars dijo un ejemplo de un sacerdote que al celebrar una Santa Misa por su amigo muerto, después de la Consagración oró de la manera siguiente: "Eterno y Santo Padre, vamos haciendo un cambio. Tú posees el alma de mi amigo en el Purgatorio; yo tengo el Cuerpo de tu Hijo en mis manos. Libérame tú a mi amigo, y yo te ofrezco a tu Hijo, con todos los méritos de su Pasión y Muerte".


¿Cuánto rezas tú por los difuntos?

Cuenta San Agustín que le preguntó uno: "¿Cuánto rezarán por mí cuando yo me haya muerto?", y él le respondió: "Eso depende de cuánto rezas tú por los difuntos. Porque el Evangelio dice que la medida que cada uno emplea para dar a los demás, esa medida se empleará para darle a él".





Apostolado de la Santa Misa Diaria
































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