Todos los días tomamos decisiones, desde que abrimos los ojos, hasta que decidimos ir a dormir; incluso cuando no queremos decidir algo estamos decidiendo
Cuando se trata de tomar buenas decisiones, buscamos que ésta alcance un bien mayor en nosotros, pero, en ocasiones, eso llega a provocar cierta desesperación o duda dentro de nosotros. Sin embargo, san Ignacio de Loyola nos deja los siguientes consejos, para que después de seguir estos sencillos pasos sepamos qué hacer al respecto.
1
NO DECIDAS SI ESTÁS VULNERABLE
Esto, sin duda, debe ser el primer punto. Una persona no puede tomar decisiones sabias cuando se encuentra bajo una emoción a flor de piel; es decir, cuando está en un desequilibrio mental, pues esto solo hará que se tome una decisión por impulso.
2
DA GLORIA A DIOS
Una vez que somos conscientes de que hemos sido creados para amar y ser amados podemos pensar cuál de las opciones que se nos presentan para escoger dará mayor gloria a Dios.
3
HAZ UNA LISTA DE PROS Y CONTRAS
En una hoja escribe los pros y contras de la decisión que estás por tomar. De esta forma verás cuál de los dos predomina más, lo que te permitirá tener una clara visión de los escenarios posibles.
4
DEJARLO EN MANOS DE DIOS
No hay como dejar, siempre, todo en manos de Dios. Él sabe lo que es bueno y mejor para nosotros y busca siempre nuestro bienestar; por ello, no nos olvidemos de hacer equipo con Dios, poniendo de nuestra parte.
Él también nos ayuda y nos responde, dejemos en oración eso que nos genera inquietud y, si ya has hecho estos pasos ignacianos, preséntale a Dios tu decisión y de esa forma sabrás si tu elección te da paz.
¿Y si me equivoco?
Ahora bien, ¿piensas que no tomaste la mejor decisión? No te preocupes, Dios no nos abandonará, incluso en los malos momentos. De hecho, en dónde más se hace presente es en la dificultad y adversidad. Recuerda que siempre podemos aprender de cada situación.
Solo falta que confiemos y le pidamos a Dios que nos muestre el camino en el que, con nuestras acciones, le serviremos más y mejor, pues esa es la gran clave de todo.
Karen Hutch, Aleteia
Vea también ¿Conoces el YouCat? Lee cada día unos números y tu fe será cada vez más luminosa
No hay comentarios:
Publicar un comentario