Estos grandes personajes nos y enseñan la hermosura del tiempo pascual, y si lo vivimos con amor, nos ayuda a llegar a la santidad
La Iglesia católica está de fiesta con la llegada de la Pascua, porque sabemos que Jesús ha resucitado para salvarnos, enseñarnos que podemos llegar al cielo con Él si trabajamos en nuestra santidad.
Conocemos ejemplos de vida que nos enseñan a recibir este tiempo como el mejor
1
SAN AGUSTÍN
«En Pascua, nombre hebreo que significa ‘paso’, no solo recordamos la muerte y resurrección del Señor, sino que también nosotros pasamos de la muerte a vida… La Iglesia, cuerpo de Cristo, aguarda a participar definitivamente en la victoria sobre la muerte, triunfo manifestado ya en la resurrección corporal de nuestro Señor, Jesucristo».
Este santo nos recuerda nuestra temporalidad en la vida terrena, que tiene una fecha de término, porque realmente no habremos vívido hasta llegar con Jesús. Este frase nos invita a participar activamente en la Iglesia, aunque no significa que debemos vivir pegados a las puertas del templo, sino que podemos hacerlo a través de actos pequeños en la cotidianidad.
Consejo: sería bueno meditar sobre la pasión de Jesús para recordar nuestra temporalidad y el propósito para el cual realmente fuimos destinados: llegar al Cielo. Puedes hacer 15 minutos de meditación de los fragmentos del libro El Hombre Dios de María Valtorta.
2
SANTA TERESA DE ÁVILA
«Miradle resucitado; que solo imaginar cómo salió del sepulcro os alegrará. Mas ¡con qué claridad y con qué hermosura! ¡Con qué majestad, qué victorioso, qué alegre!»
Estamos en los momentos más cruciales de la Iglesia en donde no todas las personas ven con claridad la imagen tan hermosa de Jesús. Santa Teresa nos recuerda la gran belleza que se encuentra al admirar a Cristo, que venció la muerte, para darnos la vida. Hay que transmitir esa alegría y fascinación por la Resurrección.
Consejo: piensa con sinceridad, ¿a cuántas personas les platico sobre Dios en mi vida diaria? ¿Realmente son suficientes? Jamás será suficiente platicar sobre la maravilla de Jesús y su regreso a la vida. Publica en tus redes sociales, conversa con tus allegados, grita a todo pulmón: Cristo está vivo y Él vino a salvarte.
3
SANTO TOMÁS DE AQUINO
«Se dio, naciendo, como compañero; comiendo se entregó como comida; muriendo se empeñó como rescate; reinando, como premio se nos brinda».
Jesús vino al mundo a enseñarnos distintas facetas de Él, y cada una se complementa para mostrarnos el amor verdadero, esto nos lo recuerda Santo Tomás. Esta acción es una invitación a ser la persona que debemos ser para ayudar a los demás.
Consejo: este en un momento perfecto para hacer una introspección en donde veamos las virtudes que nos hace falta trabajar y los defectos que debemos disminuir. Puedes hacer una lista de acciones para cultivar esas cualidades.
4SAN JOSEMARÍA ESCRIVÁ
«El tiempo pascual es tiempo de alegría, de una alegría que no se limita a esa época del año litúrgico, sino que se asienta en todo momento en el corazón del cristiano. Porque Cristo vive: Cristo no es una figura que pasó, que existió en un tiempo y que se fue, dejándonos un recuerdo y un ejemplo maravilloso. No: Cristo vive. Jesús es el Emmanuel: Dios con nosotros. Su Resurrección nos revela que Dios no abandona a los suyos».
El mayor recordatorio: Dios no nos abandona. En ocasiones sentimos la presión de las circunstancias que estamos viviendo, creemos que nadie está para ofrecernos apoyo y consuelo. Sin embrago, al ver a Jesús resucitado, podemos contatar que Él siempre cumple la promesa; Él no se va, está a un lado de nosotros.
Consejo: sé ese amigo que otro necesita. Sigue el ejemplo de Jesús en su fidelidad y hermandad; Él veía a todos sus amigos como hermanos y siempre buscaba lo mejor para ellos.
5
SAN JUAN PABLO II
«María nos guía en el conocimiento de los misterios del Señor: y del mismo modo que en Ella y con Ella comprendemos el sentido de la cruz, así también en Ella y con Ella llegamos a captar el significado de la resurrección, saboreando la alegría que dimana de esta experiencia».
Imagina ser la madre de un hijo que se sacrificó por todos, que dio el ejemplo de lo que es un verdadero sacrificio. María fue testigo de ese sacrificio y resurrección que es un mensaje de amor.
Consejo: Acompaña a María en esta alegría de la Pascua con tu rosario. Reza mínimo un misterio cada día y ofrécelo por ella, o por una causa distinta (desaparecidos, abandonados, bebés abortados, etc.), y -por qué no- por ti mismo también.
Yohana Rodríguez, Aleteia
Vea también La Resurrección de Jesucristo - San Juan Pablo II
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