Comenzamos un año nuevo y el mismo ambiente nos motiva a ponernos metas, hacer cambios y mejoras. ¡Pues qué mejor que hacerlas en eso que se supone que es nuestro proyecto de vida más importante, nuestro camino hacia la plenitud: nuestro matrimonio!
El matrimonio no es un ente aislado que funciona por sí mismo, sino la unión de 2 voluntades que lo hacen funcionar. Por lo tanto, ambos necesitan nutrir cada parte que compone su relación.
Todos los matrimonios, por muy perfectos que parezcan a los ojos del mundo, tienen áreas de oportunidad y esta es una buena época para abordarlas.
Te invitamos a reflexionar, juntos como pareja, sobre su relación y plantearse si hay aspectos que conviene sanar. ¡Manos a la obra para vivir un matrimonio nuevo! Aquí te compartimos siete aspectos para iniciar.
1Recuerden cómo era cuando eran novios
¿Por qué se casaron? ¿Qué te llamó la atención de ella para pedirle matrimonio? Y a ti, mujer, ¿por qué le dijiste que aceptabas casarte con él? ¡Traigan esa historia pasada a su presente y vuelvan a sentirse felices, dispuestos y plenos!
2¿Qué lugar tiene Dios en su matrimonio?
¿Cómo está su vida de oración como pareja? La oración es el pilar del matrimonio, por ende, pregúntense qué lugar tiene la oración, formación y relación personal con Dios en su vida matrimonial.
3¿Hay algo en lo que se deban pedir perdón?
El matrimonio es la escuela del perdón. Procuren perdonarse pronto y nunca dormir enojados.
4¿Cómo es su comunicación?
¿Qué virtudes deben adquirir o qué actitudes deben mejorar para tener una comunicación más eficaz y eficiente? Por ejemplo, los celulares nos acercan a las persona que están lejos, pero nos alejan de las que están cerca, en este caso nuestro cónyuge.
Nunca perdamos ese toque personal. La comunicación es vehículo del amor. Como personas necesitamos entregarnos, darnos a conocer y amar de una manera profunda. En ese amor necesitamos decir y expresar todo, hasta lo más íntimo, con la confianza de que el otro va a comprendernos y aceptarnos tal y como somos.
5Hablen de sus heridas
¿Cuáles son las heridas emocionales que les empujan a no hacer el bien que desean y a obrar el mal que no desean? ¿Cómo se apoyan para sanarlas? ¿Buscan especialmente la ayuda de Dios para curarlas?
Recuerden que para que un matrimonio mejore el cambio debe comenzar por uno mismo: controlar las palabras, acciones, errores, sentimientos y decisiones.
6¿Cuáles son sus necesidades emocionales?
¿Son generosos uno con el otro y se sirven con amor y buena actitud, aunque se sientan cansados o de mal humor? ¿Se hacen las preguntas mágicas diarias: en qué te puedo servir hoy o qué puedo hacer para hacerte feliz?
7¿Su intimidad conyugal les une o les separa?
¿Con sus cuerpos se hablan del amor y del respeto que se tienen? El matrimonio tiene muchas más aristas, pero estas siete son claves para crecer en el amor.
Por último, al presente solo deben traer aquello que de verdad les haya servido para crecer en su unión. Lo pasado lo dejamos a la Misericordia de Dios y, de ser necesario, busquen apoyo profesional.
Luz Ivonne Ream, aleteia
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