Aquí podemos ofrecerle sólo unos cuantos aspectos
de las mil maravillas de la Santa Misa
Líbranos de todo mal. |
Todos los días en que uno oiga devotamente la Santa Misa podrá esperar fundadamente verse libre o preservado de muy grandes males y peligros del alma y cuerpo. San Gregorio Magno |
Jesús desea que lo recibamos. |
Me parece más ventajoso comulgar porque Jesús desea que lo recibamos, que porque nosotros deseamos recibirlo. Santa Laura Montoya |
Vio a su padre ascender a los Cielos. |
Santa María Magdalena de Pazzi tuvo una aparición de su padre difunto, y este le dijo que a fin de que el pudiera dejar el Purgatorio, se necesitaban ciento siete Sagradas Comuniones Y de hecho, cuando se ofreció la ultima de las ciento siete Sagradas Comuniones por su alma, la Santa vio a su padre ascender a los Cielos. |
Los Ángeles les hacen guardia y los trasladan a los cielos. |
Y otro me contó también, ya no como sabida de tercero, sino que fue digno de ver y oír él mismo, cómo a los que están por salir de este mundo, si con pura conciencia han participado de los divinos misterios, los Ángeles les hacen guardia y, una vez que han expirado, por reverencia de Aquel que en el Sacramento recibieron, los trasladan de aquí a los cielos. San Juan Crisóstomo |
El canto de una Hostia. |
Sólo nos separa de nuestros difuntos el canto de una Hostia; ellos del lado de allá en el cielo, gozando de la presencia amorosa de Dios, y nosotros del lado de acá, en la tierra, recorriendo el camino con Jesús también. Beato Manuel González |
La Eucaristía, raíz y cumbre. |
No se edifica ninguna comunidad cristiana si no tiene como raíz y quicio la celebración de la Sagrada Eucaristía: por ella, pues, hay que empezar toda la formación para el espíritu de comunidad. Concilio Vaticano II, |
El que tiene una herida busca la medicina. | |
Oyes que cuantas veces se ofrece el sacrificio, se significa la muerte del Señor, la resurrección del Señor, la ascensión del Señor y la remisión de los pecados; ¿y no recibes cada día este pan de vida? El que tiene una herida busca la medicina. Hay herida porque estamos bajo el pecado; la medicina es el celestial y venerable sacramento. San Ambrosio, Doctor de la Iglesia | |
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