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Rescatar bebés ante la puerta de un centro abortista,
ofreciendo esperanza y ayuda a las madres asustadas o
desanimadas, es una experiencia radical, como caminar en la
línea que separa la vida de la muerte, el bien del mal.
Por eso en la Escuela de Rescatadores Juan Pablo II hay
lista de espera para apuntarse a grupos y aprender como se hace
adecuadamente: es algo que atrae a muchos jóvenes. Pero
hay que tener una psicología sana y estable: es un voluntariado en
las puertas del mal y del horror. Lo explica su impulsora,
Marta Velarde, de la asociación Más Futuro.
En España, un país rico, con una potente educación y sanidad pública, con medicina moderna, con una red de asistencia social considerable, hay un aborto provocado cada 5 minutos. En 1985, cuando el Tribunal Constitucional español aprobó el aborto, afirmó que con los años y mejoras sociales y económicas tendería a desaparecer. La realidad es que pese a la mejora social se pasó de 17.000 abortos anuales en esa época a los más de cien mil actuales. O 2,3 millones acumulados. En España hoy, y desde hace unos años, hay más muertes de adultos que nacimientos de bebés.
A veces un abrazo, un gesto de apoyo y acompañamiento,
es lo que decide que un bebé salve su vida y
que una madre apueste por su hijo Los rescatadores a la puerta del abortorio Detrás de cada aborto hay una mujer, que muchas veces se ha sentido sola, asustada, incapaz de pensar con claridad sobre su embarazo y la vida que lleva dentro. En Madrid, y en el abortorio especializado en abortos tardíos de Valladolid, los Rescatadores Juan Pablo II y la asociación Más Futuro acuden a los centros abortistas a ofrecer a las mujeres alternativas y esperanza. En las ecografías de los centros abortistas, los técnicos del aborto nunca les dejan escuchar el latido del bebé ni ver su imagen por ultrasonidos. Más Futuro escucha a las chicas, pero también las anima a ellas a escuchar el latido del otro implicado, el bebé. Marta Velarde, doctora en fisión nuclear, profesora universitaria y activista provida desde los 18 años, explica en una entrevista a MaterMundiTV cómo funciona la asociación Más Futuro, que es explícitamente católica. "Estamos allí, les damos un folleto, les ofrecemos nuestra ayuda, y todas nos escuchan, eso es impresionante", explica. Pero son ellas las que han de dar el paso de alejarse del abortorio y acudir a la asociación para empezar un proceso de vida nueva. La pregunta clave que salva vidas Hay una pregunta clave que hacen a las chicas para que abran su mente a la esperanza: "¿Qué necesitas para no abortar?" Esa pregunta ha salvado muchas vidas de bebés y muchas familias. Marta Velarde denuncia que en la enseñanza no se explica lo que es un aborto, pese a ser una realidad que ha afectado a millones de españoles (incluyendo parientes y familiares) y despenalizada desde hace más de tres décadas. "Las mujeres más difíciles de rescatar son las españolas, con diferencia", explica Marta. Denuncia que las estadísticas oficiales no recogen numerosos abortos "en negro", que nadie registra.
Marta Velarde explica que cada vez hay más rescatadores,
pero requieren un entrenamiento y ser psicológicamente muy estables
Hay que ser estable psicológicamente Marta Velarde explica que "es un voluntariado muy duro, hay que ser muy estable psicológicamente, y ser un apasionado de salvar bebés. Hay que aprender a hablar, a escuchar a la chica, a no agobiar nunca, y a respetar su libertad. Si ella entra, no puedes hacer nada, lo único que te queda es rezar". Hay un día muy alegre cada año, cuando bautizan a los bebés rescatados en una fiesta conjunta con las familias. Lo que impresiona a las mujeres en apuros Las chicas cuentan a los rescatadores que les impresiona verlos allí con frío o calor o bajo la lluvia, a veces incluso sin paraguas y entender que lo hacen "para salvar a tu hijo". "Nosotros las ayudaremos, pero preferimos no hablar tanto de las ayudas, que pueden ir y venir, como de que es 'tu hijo'. Les decimos 'lucha por tu hijo', y a ellas les impresiona ver que a alguien le importa 'tu hijo'", añade. Cuando pasa el tiempo, varias mujeres dicen: "Vosotros salvásteis a mi bebé, pero me rescatásteis a mí". Hablar con libertad, también de la fe Marta Velarde también tiene la experiencia de que cuando habla de su fe con las chicas (por ejemplo, si le preguntan por su crucecita del cuello) "todas escuchan, y digo que soy feliz de ser católica, y esa felicidad, la de saber que haces bien, engancha mucho". Mucha gente desea esa felicidad, esa estabilidad... y eso, dice, al final lleva a Dios. En la asociación también enseñan a las mujeres y a sus familias hábitos que fortalecerán el hogar: "las cenas, juntos; el domingo, día para compartir, día del Señor, de la familia...". Lista de espera para ser rescatador Marta explica que cada vez hay más y más jóvenes que quieren aprender a ser rescatadores. "Hay lista de espera". Pero es que es una experiencia radical en la que se vive y se ve una línea clara entre el bien y el mal: dentro del abortorio está el mal; fuera, el bien. "Eso engancha y hay muchas conversiones entre los rescatadores, incluso algunos se han metido en el seminario o la vida consagrada", señala. Una jornada sobre Síndrome Post Aborto En el vídeo, Marta Velarde anuncia que en octubre Más Futura organiza un encuentro multidisciplinar sobre el efecto del Síndrome Post Aborto, que lleve a la publicación de un libro con trabajos científicos sobre ello. "Es la lacra del siglo XXI: durante toda la vida arrastras que decidiste que tu hijo no viva; por la noche, cuando estás sola, eso te va quemando el corazón. Se puede enmascarar, fingir... pero cuando están solas con nosotros, anónimamente, se derrumban". Marta señala también que las encuestas que pasan a las chicas demuestran que, incluso antes de conocer a Dios o estabilizar su vida, el primer factor que hace que una mujer decida nunca más abortar es saber en qué consiste en realidad un aborto, cómo se hace: "saber que a tu hijo lo queman, nace vivo, lo tiran al cubo de la basura, o lo trituran con unas pinzas, una aspiradora... y sabes que es tu hijo. Cómo ponen las piezas en un paño blanco para unir las piezas, cierran la bolsa, lo tiran a la basura; ese es tu hijo. Y cuando nacen más grandes, les ponen una inyencción o lo desnucan, digámoslo claramente". Marta finaliza señalando "2 cosas de los católicos que enganchan a los no-católicos": - primero, "el borrón y cuenta nueva, que es una maravilla, la confesión" - lo segundo, "perseguir la verdad, no mirar a otro lado, no caer en el buenismo, vivir esa verdad"
ReL
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Dios nos ama tanto que hasta ha querido amarnos con un corazón humano traspasado.
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miércoles, 6 de septiembre de 2017
Lista de espera de jóvenes para rescatar bebés en abortorios de Madrid: un bien radical que engancha
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