Falta el 80% de los fármacos requeridos por los pacientes, mientras el gobierno se hace de la vista gorda ante el manejo discrecional de los recursos asignados al sector salud.
Macky Arenas/Aleteia Venezuela
Un destacado médico venezolano lo denunció, visiblemente afectado, durante el desarrollo de la asamblea ordinaria de la Conferencia Episcopal Venezolana a principios del 2016. Explicó “lo que venía” a un público angustiado pero aún incrédulo ante el dantesco cuadro.
Un destacado médico venezolano lo denunció, visiblemente afectado, durante el desarrollo de la asamblea ordinaria de la Conferencia Episcopal Venezolana a principios del 2016. Explicó “lo que venía” a un público angustiado pero aún incrédulo ante el dantesco cuadro.
Sacó lágrimas a varios obispos presentes. “Ya casi no paso consultas, el 80% de mis pacientes abandonan los tratamientos por falta de medicamentos o, simplemente, por no tener recursos para pagarlos”. Un año después, la realidad supera aquella la denuncia.
Nicolás Maduro calificó esta semana a Venezuela como “territorio 100% Barrio Adentro”, pero el déficit de médicos supera el 60%. El anuncio está enmarcado en el quinto relanzamiento de la Misión Barrio Adentro creada por el presidente Hugo Chávez en el 2003. El primer CDI (Centro de Atención Integral) fue inaugurado por el mismo mandatario nacional en el 2005.
En esta nueva etapa, el objetivo es el idéntico al de su creación: lograr que por cada 250 familias haya un equipo de salud. Es importante destacar que el sistema Barrio Adentro no distingue entre los Médicos Integrales Comunitarios (MIC), expertos en medicina preventiva y los médicos tradicionales, lo que ha permitido a la revolución importar supuestos “doctores” en Medicina que ha enviado Cuba en varias oleadas, muchos de los cuales llegan a Venezuela como militantes políticos a cumplir otras tareas.
Las condiciones en que viven, la desatención de que son víctimas, las amenazas que pesan sobre sus familias -residentes en la isla- en caso de incumplimiento y la forma en que se les paga, siendo el gobierno cubano el que dispone del dinero, ha llevado a algunas personas y organizaciones a denunciar el trato y denominar el caso como “moderna esclavitud”.
Según datos oficiales, en 14 años se habrían construido 13.608 consultorios populares, de los que aproximadamente 10.800 módulos se encuentran hoy inoperativos, según el Observatorio Venezolano de las Misiones. Por otra parte, Encuesta Nacional de Condiciones de Vida revela que solo 6% de los usuarios del sistema asistencial que padecen hipertensión arterial acude a los módulos de Barrio Adentro.
En su condición de misión social, Barrio Adentro carece de un sistema de contraloría como otras instituciones que sí están adscritas al Ministerio del Poder Popular para la Salud. Pasó de recibir unos 34 millones de dólares en 2003 a 5 millardos de dólares en 2017, según estadísticas del Observatorio de Misiones. No hay transparencia en el manejo de esos recursos los cuales aporta fundamentalmente Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
Según una reciente publicación, “a pesar del aumento en el financiamiento, ya en 2009 el presidente Chávez aseguró que 78% de la actividad de misión estaba paralizada, en el primer gran bajón de presupuesto en 2008; la baja continuó en 2010 hasta llegar el mínimo histórico. La recomendación de la Organización Mundial de la Salud es invertir al menos el 10% del PIB en salud pública. Desde la llegada de Chávez al poder en 1998, el gasto en salud aumentó del de 1,83% a un máximo de 2,47% en 2007. En el año 2014 (último dato disponible) bajó a niveles comparables con el año 1996”.
La discrecionalidad en la administración de los, no obstante, importantes niveles de gastos en la misión favorece el desvío de recursos y podría ser la explicación de su bajo rendimiento y la consecuente desconfianza del público. La misma publicación cita la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), la cual “asegura que por primera vez en lo que va de siglo, los hospitales privados son la primera opción en cuanto a acceso a la salud en Venezuela para los pacientes que sufren de hipertensión arterial, cuando 27% de los ciudadanos va a instituciones privadas, mientras 23% va a ambulatorios y clínicas populares. De la estadística, apenas 6% de los usuarios asiste a módulos de Barrio Adentro”.
“El estudio muestra una falla severa de 76% en medicamentos, 81% de falta en material quirúrgico y 87% de escasez de catéteres/sondas. De igual forma, 89% de los equipos de rayos X tienen fallas graves y 51% de los quirófanos no están operativos. Sin embargo, el factor que más afecta a los pacientes tiene que ver con la disponibilidad de medicamentos. A finales de abril de 2017, en la zona metropolitana de Caracas la escasez de medicinas para la diabetes llegó a 100%, según reportó Venescopio y el diario El Nacional. De igual forma, los antidepresivos, que oscilan entre 98% y 99%, según datos de la asociación civil Convite”.
Mientras Maduro, de cara a la elección de gobernadores y alcaldes -supuesta para este año- anuncia relanzamientos de programas sociales de dudosa efectividad sin plantear la erradicación de sus vicios; tampoco se avizora medida alguna para abrir el canal humanitario que tanto ha solicitado la Iglesia Católica.
Monseñor Mario Moronta, obispo del Táchira y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, camino a Colombia para acompañar al Santo Padre en su visita apostólica, declaró a un medio internacional:“En nombre de Dios, pedimos a los dirigentes del Gobierno que escuchen el clamor del pueblo. Se requiere voluntad política de todas las partes y el reconocimiento de parte del Gobierno de que hay una crisis humanitaria y un menosprecio a la institucionalidad y a la dignidad de la gente”.
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