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martes, 3 de enero de 2023

Evangelio del día

Evangelio según San Juan 1,29-34.

Al día siguiente, Juan vio acercarse a Jesús y dijo: "Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
A él me refería, cuando dije: Después de mí viene un hombre que me precede, porque existía antes que yo.
Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua para que él fuera manifestado a Israel".
Y Juan dio este testimonio: "He visto al Espíritu descender del cielo en forma de paloma y permanecer sobre él.
Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: 'Aquel sobre el que veas descender el Espíritu y permanecer sobre él, ese es el que bautiza en el Espíritu Santo'.
Yo lo he visto y doy testimonio de que él es el Hijo de Dios".


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Bulle

Santa Teresa Benedicta de la Cruz
Edith Stein, (1891-1942), carmelita descalza, mártir, copatrona de Europa
Las Bodas del Cordero, 14/9/1940


“El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”

En el Apocalipsis, el apóstol Juan escribe: “Vi entonces en medio del trono…un Cordero en pie con señales de haber sido degollado” (Ap 5,6). Cuando el vidente de Patmos contempló esta visión, aún estaba vivo en él el recuerdo inolvidable de ese día junto al Jordán, cuando Juan el Bautista le señaló al “Cordero de Dios” que “quita el pecado del mundo”…
Pero, el Señor ¿por qué había elegido el cordero como símbolo privilegiado? ¿Por qué se mostró, incluso, de ese modo en el trono de la eterna gloria? Porque él estaba libre de pecado y era humilde como un cordero; y porque él había venido para “dejarse llevar como cordero al matadero” (Is 53,7). Todo eso también lo presenció Juan cuando el Señor se dejó atar en el Monte de los Olivos. Allí, en el Gólgota, fue llevado a cumplimiento el auténtico sacrificio de reconciliación. A partir de entonces los antiguos sacrificios perdieron su eficacia; y pronto desaparecerían del todo, igual que el antiguo sacerdocio, cuando el templo fue destruido. Todo esto lo vivió Juan de cerca. Por eso no le asombraba ver al Cordero en el Trono.
Igual que el Cordero tuvo que ser matado para ser elevado sobre el trono de la gloria, así el camino hacia la gloria conduce a todos los elegidos para “el banquete de bodas” a través del sufrimiento y de la cruz. El que quiera desposar al Cordero tiene que dejarse clavar con él en la cruz. Para esto están llamados todos los que están marcados con la sangre del Cordero (cf Ex 12,7), y éstos son todos los bautizados. Pero no todos entienden esta llamada y la siguen. (EDD)

Oración

Señor Jesús, tú eres el Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Tú perdonas nuestros pecados y no tienes en cuenta nuestras culpas.
Tú no has venido a condenarnos sino a salvarnos,
y todo el cielo se alegra cuando un pecador se convierte.
Con la seguridad de que tu gracia todo lo puede y que tu misericordia y compasión son infinitas, te suplico que perdones mis pecados, que toques con tu Espíritu mi corazón y que me des el don de la oración.
Señor Jesús, así como el publicano no se animaba a levantar la vista al cielo y se golpeaba el pecho pidiéndote perdón y reconociendo su pecado, con corazón contrito te confieso:
Jesús mi corazón está endurecido y alejado de ti…
Jesús perdón porque soy egoísta…
Jesús perdón porque soy soberbio y orgulloso…
Jesús perdón porque soy vanidoso y envidioso…
Jesús perdón porque juzgo y critico a mis hermanos…
Jesús perdón porque no sé perdonar….
Jesús perdón porque soy lujuriosos y las pasiones me dominan…
Jesús perdón porque soy violento y agresivo…
Jesús perdón porque soy perezoso e inconstante…
Jesús perdón porque muchas veces no me importa el sufrimiento
y las necesidades de los demás…
Jesús perdón porque no hago en mi vida la voluntad del Padre
ni vivo según tu evangelio…
Jesús perdón porque tengo poca fe y muchas veces he dudado…
Jesús perdón porque poco te amo…
“Señor Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí, que soy un pecador”
Fragmento de la
Oración de intercesión por los hombres del mundo entero.
Por un laico de la Capilla del Eremitorio,
Monasterio del Cristo Orante

















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