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martes, 10 de enero de 2023

Evangelio del día


 

Evangelio según San Marcos 1,29-39.

Jesús salió de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés.
La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron de inmediato.
El se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar. Entonces ella no tuvo más fiebre y se puso a servirlos.
Al atardecer, después de ponerse el sol, le llevaron a todos los enfermos y endemoniados,
y la ciudad entera se reunió delante de la puerta.
Jesús curó a muchos enfermos, que sufrían de diversos males, y expulsó a muchos demonios; pero a estos no los dejaba hablar, porque sabían quién era él.
Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando.
Simón salió a buscarlo con sus compañeros,
y cuando lo encontraron, le dijeron: "Todos te andan buscando".
El les respondió: "Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido".
Y fue predicando en las sinagogas de toda la Galilea y expulsando demonios.


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Bulle

San Vicente de Paúl (1581-1660)
presbítero, fundador de la Congregación de la Misión y las Hijas de la Caridad
Carta 16/08/1656 a dos hermanas enviadas a Arras


«Jesús se acercó y la tomó de la mano»

Es bello leer lo que le sucede a la suegra de san Pedro en el Evangelio. Esta buena mujer, estando enferma de una fiebre extraña, escuchó decir que el Señor estaba en Cafarnaún, que hacía grandes milagros, curando a los enfermos, expulsando a los demonios de los poseídos, y otras maravillas. Sabía que su yerno estaba con el Hijo de Dios y podía decirle a san Pedro: " Hijo mío, tu Maestro es poderoso y tiene poder para librarme de esta enfermedad". Algún tiempo después, el Señor vino a su casa, pero ella no demuestra, en absoluto, impaciencia por su dolor; ni se queja, ni pide nada a su yerno, ni al Señor, al que podía decirle: " Sé que tienes poder de curar todo tipo de enfermedades, Señor; ten compasión de mí". Sin embargo no dice nada de todo eso, y nuestro Señor, viendo su indiferencia, mandó a la fiebre dejarla, y en el mismo instante quedó curada.
En todas las cosas lastimosas que nos llegan, no nos entristezcamos, abandonémoslo todo a la Providencia, y que nos baste que nuestro Señor nos vea y sepa lo que aguantamos por su amor y para imitar los bellos ejemplos que nos dio, particularmente en el huerto de los Olivos, cuando aceptó el cáliz... Porque, aunque hubiera pedido que pasara, si pudiera ser, sin beberlo, añadió en seguida que se cumpliera la voluntad de su Padre (Mt 26,42). (EDD)

Oración 

ORACIÓN EN TIEMPO DE FRAGILIDAD
Oh, Dios todopoderoso y eterno, alivio en la fatiga, fortaleza en la debilidad; de Ti todas las criaturas reciben aliento y vida. Venimos a Ti para invocar tu misericordia porque hoy conocemos de nuevo la fragilidad de nuestra condición humana al vivir la experiencia de una nueva epidemia viral. Te confiamos a los enfermos y sus familias, sana su cuerpo, mente y espíritu. Ayuda a todos los miembros de la sociedad a hacer lo que deben y a reforzar el espíritu de caridad entre ellos. Cuida y conforta a los médicos y profesionales de la salud en el desempeño de su servicio. Tú que eres la fuente de todo bien, bendice con abundancia a la familia humana, aleja todo mal de nosotros y concede una fe firme a todos los cristianos. Libéranos de esta epidemia que nos golpea para que podamos volver en paz a nuestras ocupaciones habituales para así alabarte y darte gracias con un corazón renovado. En ti, Padre santo, confiamos y a ti dirigimos nuestra súplica porque tú eres el autor de la vida, con tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, y en la unidad del Espíritu Santo, vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. ¡María, salud de los enfermos, ruega por nosotros!

























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