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domingo, 29 de enero de 2023

Evangelio del día


 

Evangelio según San Mateo 5,1-12.

Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él.
Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:
"Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
Felices los afligidos, porque serán consolados.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí.
Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron."


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.


Bulle

Beato Guerrico de Igny (c. 1080-1157)
abad cisterciense
Sermón para la fiesta de Todos los Santos 3, 5-6; SC 202, pag 503 ss


“El Reino de los cielos es para ellos.”

“Dichosos los pobres de corazón, porque el Reino de los cielos es para ellos.” Sí, dichosos los que rechazan las cargas sin valor pero bien pesadas de este mundo. Los que no buscan hacerse ricos sino es poseyendo al Creador del mundo, y él sólo por él sólo. Los que son como gente que no tienen nada pero poseen todo. (cf 2Cor 6,10) ¿No poseen todo aquellos que poseen al que contiene todo y dispone todo, aquellos que poseen a Dios en heredad? (Nm 18,20) “Nada les falta a los que le temen.” (Sal 33,10) Dios les otorga todo lo que sabe que les es necesario. Se da él mismo para que su alegría sea plena.... ¡Gocémonos, pues, hermanos, de ser pobres por Cristo y esforcémonos de ser humildes con Cristo. No hay nada más detestable y más miserable que un pobre orgulloso...
     “El Reino de Dios no es ni comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.” (Rm 14,17) Si nos damos cuenta de que tenemos todo esto en nuestro interior ¿por qué no proclamar con seguridad que el Reino de Dios está dentro de nosotros? (Lc 17,21) Ahora bien, lo que está en nosotros nos pertenece realmente. Nadie nos lo puede arrebatar. Por esto, cuando el Señor proclama dichosos a los pobres tiene razón cuando dice: “El Reino de Dios es para ellos”, no dice “será para ellos”. No lo es solamente por una ley establecida sino también como prenda absolutamente segura, es una experiencia ya ahora de la felicidad perfecta. No solamente porque el Reino está preparado para ellos desde la creación del mundo (Mt 25,34) sino también porque ya han comenzado a poseerlo ahora. Poseen ya el tesoro celestial en vasijas de barro (cf 2Cor 4,7); llevan a Dios en sus cuerpos y en su corazón. (EDD)

Oración 

Bienaventurados son aquellos que se levantan contentos cada mañana,
Agradecidos simplemente por vivir un nuevo día, nuestro camino hacia Ti, oh Dios,I

Bienaventurados son aquellos que se perdonan a si mismos sus faltas de atención, sus errores y caídas, abriéndose a tu divino perdón.

Bienaventurados son aquellos que tienen ojos para ver la simple belleza de una margarita, el esplendor de una puesta de sol, la majestad de una montaña y te alaban en esas maravillosas manifestaciones.

Bienaventurados son aquellos que poseen oídos para escuchar el sonido de la lluvia cayendo, los momentos íntimos de sus propios corazones, las risas de los niños al jugar, Tu voz dentro de todas las voces.

Bienaventurados son aquellos cuyos corazones acogen el amor y el cariño de otros, sin sentir la necesidad de ganárselos, recordando que en el amor de los demás conocemos el poder de Tu amor por nosotros.

Bienaventurados son aquellos que confían y creen que este viaje humano es un viaje sagrado, y que Tú, oh Dios, estás encontrándonos una y otra vez en nuestro caminar. Amén

Por: Anna Seguí ocd






















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