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jueves, 26 de enero de 2023

Evangelio del día

Evangelio según San Lucas 10,1-9.

El Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir.
Y les dijo: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.
¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos.
No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino.
Al entrar en una casa, digan primero: '¡Que descienda la paz sobre esta casa!'.
Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes.
Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa.
En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan;
curen a sus enfermos y digan a la gente: 'El Reino de Dios está cerca de ustedes'."


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Bulle

San Pablo VI
papa 1963-1978
Evangelii Nuntiandi, 70


Ser una lámpara sobre el candelero

Los laicos a quienes su vocación específica coloca en medio del mundo y al frente de las tareas materiales más variadas, deben ejercer, en virtud de esta vocación, una forma singular de evangelización. Su tarea primera e inmediata no es la institución y el desarrollo de la comunidad eclesial,—esto es el papel específico de los pastores--, sino la puesta en marcha de todas las posibilidades  cristianas y evangélicas escondidas, pero ya presentes y activas en las cosas del mundo. El campo propio de su actividad evangelizadora es el vasto mundo complejo de la política, de lo social, de la economía, y también de la cultura, de las ciencias y del arte, de las relaciones internacionales, de los medios de comunicación, así como ciertas realidades abiertas a la evangelización como el amor, la familia, la educación de los niños y adolescentes, el trabajo profesional, el sufrimiento.
Cuanto más laicos estén impregnados del espíritu evangélico, responsables de estas realidades y comprometidos claramente en ellos, competentes para promoverlos y conscientes que hace falta desarrollar su plena capacidad cristiana a menudo sofocada y arrinconada, tanto más estas realidades serán caminos al servicio de la edificación del reino de Dios y, por lo tanto, de la salvación en Jesucristo, sin perder o sacrificar nada de su potencial humano sino manifestando la dimensión trascendente a menudo desconocida. (EDD)

Oración

Señor Jesús, Tú que eres la Palabra de Dios hecha carne, ilumíname con tu Santo Espíritu para que, acogiendo lo que me digas a través del Santo Evangelio, pueda yo también ser luz que ilumine al mundo.




















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