Mateo 26:36-42
Jesús llegó con ellos a una pequeña hacienda llamada Getsemaní, y dijo a sus discípulos: "Quedaos aquí mientras voy allí a orar". Llevó consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo. Le sobrevino tristeza y gran angustia. Entonces les dijo: "Mi alma está triste hasta la muerte. Esperad aquí y velad conmigo'.
Y avanzando un poco más, se postró sobre su rostro y oró Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz. Sin embargo, que sea como tú, y no yo, quieres".
Volvió a los discípulos y los encontró durmiendo, y dijo a Pedro: '¿Así que no tuvisteis fuerzas para estar despiertos conmigo una hora? Deberíais estar despiertos y rezar para no ser puestos a prueba. El espíritu está dispuesto, pero la carne es débil'.
De nuevo, por segunda vez, se fue y rezó: 'Padre mío, si esta copa no puede pasar sin que yo la beba, ¡hágase tu voluntad!'
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