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jueves, 22 de junio de 2023

Oración del buen humor de santo Tomás Moro

"Señor, dame una buena digestión, pero también algo para digerir..."

La oración del buen humor de santo Tomás Moro muestra la simpatía e inteligencia de este gran mártir inglés. El papa Francisco la reza cada día, según explicó en un encuentro con la Curia romana en diciembre de 2014:

Señor, dame una buena digestión, pero también algo para digerir.

Dame la salud del cuerpo y el buen humor, necesario para mantenerla.

Dame, Señor, un alma sencilla que sepa sacar provecho de todo lo que

es bueno y no se asuste cuando vea el mal, sino más bien que

encuentre el modo de poner las cosas en su lugar.

Dame un alma que no conozca el aburrimiento ni los refunfuños,

suspiros o lamentos, y no permitas que me atormente demasiado por esa

cosa tan incómoda llamada «yo».

Dame, Señor, el sentido del buen humor.

Amen.

Tomás Moro, un hombre de conciencia

El autor de la oración del buen humor, santo Tomás Moro, era toda una personalidad en la Inglaterra del siglo XVI. Estaba casado, con cuatro hijos, y era Canciller del reino de Enrique VIII.

De hecho eran amigos, él y el rey. Pero Tomás se negó a jurarle sumisión como cabeza de la Iglesia en Inglaterra.

Cuando su mujer intentó persuadirle, él le preguntó: «¿Cuántos años crees que podría vivir en mi casa?». «Por lo menos veinte, porque no eres viejo», contestó ella. «Muy mala ganga, puesto que quieres que cambie por veinte años toda la eternidad». 

Su conciencia no le permitía reconocer la disolución del matrimonio de Enrique VIII y todo lo que ello conllevaba. Eso le costó la vida. Hoy es patrono de los políticos y los gobernantes.

La razón, la integridad y la fe fueron grandes aliados de santo Tomás Moro para mantenerse fiel a su conciencia.

Como él mismo reconocía, también la Eucaristía fue para él una fuente de fuerza a lo largo de su vida:

«Si me distraigo, la Eucaristía me ayuda a recogerme. Si se presentan cada día oportunidades para ofender a mi Dios, me fortalezco cada día para el combate con la recepción de la Eucaristía. Si necesito una luz especial y prudencia para ejercer mis pesadas obligaciones, me acerco a mi Señor y busco su consejo y su luz».

Patricia Navas, ReL

El buen humor es necesario.



















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