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miércoles, 21 de junio de 2023

7 preguntas que todo hombre, especialmente el padre, debe hacerse cada día para cuidar de los suyos


 

Desde hace más de tres décadas, Mark Merrill se dedica por entero a impulsar programas de ayuda para fortalecer la relación entre las familias, la fe y sus posibilidades educativas. Además del plano empresarial, transmite sus consejos en portales como Family First o All pro dad.

En el último de ellos, el emprendedor e investigador especializado en cómo los padres pueden involucrarse en el buen crecimiento de sus hijos se hace eco de cómo los estudios e investigaciones recogen que los hombres se hacen cada día miles de pensamientos y reflexiones negativas, generando un malestar que impide o dificulta plasmar el amor a su familia.

Por eso, llama la atención especialmente de los padres de familia para que, sobre todos esos pensamientos diarios y rutinarios, centren su atención en siete preguntas que todo hombre debería hacerse todos los días:

1º ¿Qué es lo que realmente importa?

Merrill considera que una de las grandes perjudicadas por las "rutinas mentales sin sentido" es la capacidad de centrarse en lo que realmente importa. Por eso, llama a que cada día, los hombres y padres de familia indaguen, se concentren y valoren la vida de las personas más cercanas que le rodean, como su mujer, hijos y familia próxima.

2º ¿Soy un hombre coherente?

En relación a esta pregunta, son muchas las obligaciones y rutinas que puede tener un hombre o un padre de familia en el día a día. Por eso, cita al escritor C.S. Lewis para recordar la importancia de la coherencia, "hacer lo correcto incluso cuando nadie esté mirando". "Necesitamos elegir cada día comprometernos con lo que es correcto, no para obtener un beneficio personal, sino porque es lo correcto", explica.

3º ¿Qué voy a hacer hoy para mejorar las cosas?

Se trata de una pregunta que escuchó uno de sus conocidos de los apostolados familiares, Tony Dungy. Cuando era joven y acudía a su padre ante situaciones difíciles, su padre le preguntaba qué iba a hacer para mejorar las cosas. Como entonces, Merrill también recuerda hoy que ante los problemas y dificultades del día a día, el hombre tiene dos opciones: "O elegir cada día ayudar a resolverlos o perpetuarlos y esperar a que otra persona los arregle".

4º ¿Cómo le demuestro mi amor a las personas más importantes?

Las palabras que no son secundadas por actos no tienen valor, sobre todo si se tratan del amor a la familia y a las personas más importantes. En este sentido, el mismo Merrill admite que cada noche puede decirle a su esposa e hijos lo mucho que les quiere, "y eso es importante", pero de nada sirve sin "acciones que demuestren ese amor". "Necesitamos encontrar cada día formas de demostrarlo", menciona.

"A call to battle", (Un llamado a la batalla), una serie de vídeos impulsados por la diócesis  de Phoenix que amplía y da respuesta a muchas de las preguntas expresadas por Merrill. 

5º ¿Soy una persona que escucha?

Convencido de que ser un buen oyente y escuchar "es fundamental para las relaciones", recuerda que la respuesta a esta pregunta no solo es afirmativa si es estando en silencio o esperando una pausa en la conversación para intervenir. "Escuchar significa aprender y comprender mejor a la otra persona y es algo en lo que siempre necesitaremos trabajar, escuchar bien para amar bien".

6º Lo que diga hoy, ¿transmitirá la verdad a los demás?

Como el día a día, las palabras y conversaciones que mantenemos cada día "también pueden ir en piloto automático". Mientras que en el mejor de los casos podremos "sugerir clichés positivos sin sentido", en el peor "podemos repetir palabras que hundan a los demás", advierte. Siguiendo la máxima de que "si lo que vas a decir no es mejor que el silencio, mejor no lo digas", Merrill llama a que cada día se prioricen y elijan "palabras poderosas llenas de verdad que den vida y no las tóxicas".

7º ¿Seré hoy un buen ejemplo para los demás… como Jesús de Nazaret?

Los hombres y especialmente los padres, encuentran en esta pregunta una reflexión crucial en el día a día de cara a las personas bajo su cuidado, pues "tendemos a imitar a los que admiramos". Así, mientras un joven jugador de béisbol mueve el bate como lo hace su estrella favorita", en el caso de los adultos, ese "ejemplo a seguir debe ser Jesús de Nazaret. Para mí, él es el máximo ejemplo de cómo vivir. Y tú, ¿qué ejemplo estás siguiendo?", plantea.

Hombre rezando.

Merrill invita a que los hombres se planteen cada día si serán ejemplo para los que le rodean: sitúa a Jesús como el mejor modelo a imitar. 

J.M.C., ReL

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en la educación de los hijos



























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