Origen Proviene de santa Margarita María Alacoque , como lo atestigua una carta dirigida por ella a la Madre Saumaise el 2 de Marzo de 1686 en la que le dice :
«Él(Jesús) desea que usted mande a hacer unas placas de cobre con la imagen de su Sagrado Corazón para que todos aquellos que quisieran ofrecerle un homenaje las pongan en sus casas, y unas pequeñas para llevarlas puestas».
Vida y Obras, vol.II, p.306, nota
Ella misma llevaba una sobre su pecho, debajo del hábito e invitaba a sus novicias a hacer lo mismo. Hizo muchas de estas imágenes y decía que su uso era muy agradable al Sagrado Corazón.
El detente y la plaga de Marsella Fue especialmente en el año 1720, durante una terrible plaga en Marsella, Francia (Cf. Hamon, op.cit., vol. III, p. 431) que este pequeño escapulario, o como se le llamó «Salvaguardia «, se difundió entre todos los fieles.
Este «Detente» consistía en un pedazo de tela blanca en la cual la imagen del Sagrado Corazón era bordada, con la leyenda «Oh Corazón de Jesús, abismo de amor y misericordia, en ti confío » (L as palabras: «Detente, el Corazón de Jesús está aquí» corresponden a un período posterior . Hamon, ibid.,Nota).
Un maravilloso auxilio La forma que hoy tiene el detente fue dada por l a Venerable Ana Magdalena Rémuzat, a quien el Señor le había dejado saber de antemano el daño que iba a causar la plaga y también el maravilloso auxilio que la ciudad encontraría en la devoción a Su Sagrado Corazón.
Ella hizo, con la ayuda de sus hermanas en r eligión, miles de estos emblemas y los repartieron por toda la ciudad y alrededores.
La historia nos relata que poco después la plaga cesó (Cf. Hamon, op. cit., vol III, p.425; Beringer, op. cit., vol I, n. 953, p. 520).
Entre los regalos que el papa Bendicto XIV, en el 1748, envió a la princesa Polaca Mary Lczinska con la ocasión de su matrimonio con el rey de Francia Luis XV, habían, de acuerdo a las memorias de ese tiempo, «muchos escudos del Sagrado Corazón hechos de taffeta roja y bordados en oro» (De Franciosi, s.j., La dévotion au Sacré-Coeur de Jésus , p. 289).
Escudo protector Imagen del Sagrado Corazón Catho Retro
En el tiempo de la Revolución Francesa se desató una violenta persecución contra la Iglesia.
E stos escapularios se tuvieron por «la manifestación viva del fanatismo» y como evidencia de hostilidad al régimen revolucionario.
Durante el juicio de la reina María Antonieta , se produjo en su contra, como evidencia, un pedazo de papel muy fino que se encontró entre sus pertenencias, en el que la imagen del Sagrado Corazón estaba dibujada, con la llaga, la cruz y la corona de espinas, y con la leyenda: «Sagrado Corazón de Jesús, ten misericordia de nosotros» (Ibid., p. 290).
El uso del detente se extendió grandemente, especialmente desde el 1866, entre lo s estragos producidos por la epidemia del cólera de Amiens, Roubaix, Cairo y otras partes. Su influencia beneficiosa se hizo evidente.
Después de la guerra Franco-Alemana los «Salvaguardia» probaron ser en más de una ocasión, un escudo que protegió a muchos soldados franceses de las balas enemigas (Cf. Messager du Coeur de Jésus , vol. XIX, p. 180).
Indulgencia Sofia Ranea | Cathopic
El papa Pío IX le concedió en el año 1872, una indulgencia de 1 00 días una vez al día a todos los fieles que usaran alrededor de sus cuellos este emblema piadoso y rezaran un Padre Nuestro, Ave María y Gloria (Preces et pia opera , n. 219).
En un breve texto con fecha del 20 de junio de 1873 encontramos la respuesta a dos preguntas en referencia al Detente:
1. Como no es un escapulario en el sentido estricto de la palabra, sino más bien un escudo o emblema del Sagrado Corazón, las reglas generales para el escapulario propiamente llamado, no son aplicables a él. Así que no necesita ni una bendición especial, ni una ceremonia o inscripción. Es suficiente con usarlo colgando en el cuello.
2. La leyenda «Detente, el Corazón de Jesús está aquí» no es requerida. (Beringer, op. cit., n. 953; Preces et pia opera, n. 219.)
Oración El papa Pío IX compuso esta oración:
«¡Abridme Vuestro Sagrado Corazón Oh Señor Jesús! …Mostradme Sus Encantos, unidme a Él para siempre. Que todos los movimientos y latidos de mi corazón, incluso durante el sueño, os sean un testimonio de mi amor y os digan sin cesar:
Sí, Señor Jesús, yo Os adoro… aceptad el poco bien que practico… Hacedme la merced de reparar el mal cometido… para que os alabe en el tiempo y os bendiga durante toda la eternidad. Amén».
En base a un artículo publicado por Corazones.org
Aleteia Brasil
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