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sábado, 6 de abril de 2024

Especialmente para los que NO suelen ir a Misa los Domingos: Para que descubran cuánto están perdiendo

 Aquí podemos ofrecer sólo unos cuantos aspectos
de las mil maravillas de la Santa Misa

Más que nunca hijos de María.

Somos intercesores, y estas funciones in persona Christi nos ayudan a ser santos. Estas funciones renuevan en nosotros la memoria de nuestra Ordenación, cuando nos impusieron las manos. In persona Christi no se da sólo la memoria de nuestra ordenación, sino la identificación con Cristo, y cuando pronunciamos las palabras de la consagración nos sentimos más que nunca hijos de María.

Siervo de Dios Cardenal F. X. Nguyen van Thuan
El gozo de la esperanza

Eucaristizar, eucaristizar.

¿Qué deberíamos hacer en nuestra vida? "Eucaristizar, eucaristizar". Convertirlo todo en Eucaristía para que podamos tener: el hombre eucarístico, la Iglesia eucarística, la tierra eucarística, y así toda la vida es eucarística.

Siervo de Dios Cardenal F. X. Nguyen van Thuan
El gozo de la esperanza

In persona Christi.

Al celebrar la Santa Misa nos hacemos santos porque lo hacemos in persona Christi, como in persona Christi hacemos las meditaciones, la oración, la acción de gracias, la alabanza, la oblación y la intercesión.

Siervo de Dios Cardenal F. X. Nguyen van Thuan
El gozo de la esperanza

Cuántos velos le cubren a mis ojos.

Cuántos velos le cubren a mis ojos, ¡el conopeo, el sagrario, el copón, las especies eucarísticas...! A través de todos esos velos, vislumbro su Humanidad sacratísima llena de encanto, de majestad, de belleza, de armonía. Y siento que esa maravilla es apenas el joyel precioso que encierra el inenarrable tesoro, la Divinidad que la penetra y la llena con su plenitud divina.

Siervo de Dios Mons. Luis María Martinez

Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy.

Así es el amor sacerdotal que realiza en el altar el prodigio eucarístico. En la Misa podemos repetir, como un eco audaz, las palabras del Padre: "Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy".

Siervo de Dios Mons. Luis María Martinez


San José Custodio de la Eucaristía.

Su fe se tradujo en fidelidad. Cumple la misión sin ruidos. Habla el lenguaje que mejor conoce: el lenguaje de los hechos. Siempre al lado de Jesús y de María, con sentimientos de asombro y de gratitud. A San José lo podríamos calificar como "Custodio de la Eucaristía". Así lo afirma la liturgia: "confiaste los primeros misterios de la salvación a la fiel custodia de San José". Él acoge a Jesús presente en el seno de María, él asiste a la adoración de los pastores y de los magos, él le lleva a Egipto y lo trae, él le enseña a rezar, él le busca, él contempla su crecimiento, él acepta con agrado su trabajo en el taller de Nazaret.

P. Claudio Bert


¡Dentro de mí está la pureza infinita y la suprema bendición!

Tenía en mis manos la Custodia; cerca de mis ojos la Hostia Santa. Y mi alma se llenó de luz. Si dentro de mí está la pureza infinita y la suprema bendición, ¿cómo no se han de difundir en torno mío la pureza y las bendiciones? Pero ese tesoro del cielo está escondido en un vaso de miserias; ¡bendito sea Dios que así es! ¡Benditas esas miserias que me cubren con un velo lo divino que me deslumbraría! No podría vivir sin ellas, porque son la paz de mi vida, el imán con que atraigo al Señor y lo que hace posible vivir en la tierra llevando en el alma la vida de Dios.

Siervo de Dios Mons. Luis María Martinez

Apostolado de la Santa Misa Diaria
http://www.sancta-missa-cotidiana.org


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