Dios nos ama tanto que hasta ha querido amarnos con un corazón humano traspasado.
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miércoles, 26 de noviembre de 2014
Ver este corto, una «cruzada personal»
«He convertido en mi cruzada personal asegurarme de que todo el mundo vea Crescendo»: lo dice el padre Frank Pavone, de Priests for Life [Sacerdotes por la Vida]. Y no por capricho: para muchos es una auténtica pieza maestra. Producida, entre otros, por Eduardo Verástegui, y dirigida por Alonso Álvarez Barreda, convierte en obra de arte un clásico del argumentario provida. Y no decimos más...
Hermosísimo canto (country) para una mamá (Traducción en castellano)
Garth Brooks, nacido hace 52 años en Oklahoma, es toda una leyenda
de la música popular norteamericana. Y este tema, «Mom [Mamá]»,
una de sus canciones más conmovedoras. La letra es un delicado
poema cantado por una voz de ricos matices. (ReL)
Mom (letra en español)
Un bebé a punto de nacer le dijo a Dios:
«Estoy un poco asustado, no sé si quiero ir.
Porque desde aquí el mundo parece una bolita azul,
pero es un lugar enorme, y yo soy tan pequeño...
¿Por qué no puedo quedarme aquí contigo?
¿Estás enfadado conmigo, ya no me quieres?».
Y dijo Dios:
«Oh, pequeño, por supuesto que te quiero.
Pero hay alguien especial que te está esperando.
Así que calla, niño, y no llores,
porque ahí abajo hay alguien esperando
cuyo única finalidad en la vida
es darte la seguridad de que siempre estarás bien:
un ángel de amor tierno, duro y fuerte.
Ya es casi la hora de ir y encontrarte con tu Mamá.
Y cuando ella te hable,
asegúrate de que la escuchas bien:
porque ella va a enseñarte todo lo que necesitarás saber:
cómo arreglártelas para amar, reír y soñar.
Y ella te pondrá en el camino que te traerá de vuelta a Mí.
Así que calla, niño, y no llores,
porque ahí abajo hay alguien esperando
cuyo única finalidad en la vida
es darte la seguridad de que siempre estarás bien:
un ángel de amor tierno, duro y fuerte.
Ya es casi la hora de ir y encontrarte con tu Mamá».
martes, 25 de noviembre de 2014
Reconozco mi pecado
Ricardo Reyes Castillo
Uno de los momentos de la Misa más difíciles de comprender y vivir es cuando el cura, después del signo de la Cruz, dice: “Reconozcamos nuestros pecados”. Esto se debe, quizás, a que muchas veces llegamos a Misa corriendo, con mil preocupaciones, con un hijo que llora y, aunque milagrosamente ese domingo no llevemos retraso, es muy probable que el inicio de la Misa se nos pase sin que nos enteremos de nada.
Todo esto se nos dificulta aún más si no conocemos el valioso significado del Acto Penitencial. Alguno al leer esto, pensará que es un momento donde simplemente reconocemos que, siendo pecadores, no somos dignos de estar ante la presencia de Dios.
Pero más aún, este momento de la celebración es fundamental para poder vivir toda la Misa. Tomando un ejemplo sencillo para ilustrarlo, es como si llegásemos con 10 minutos de retraso a una película; quizás nos enteraremos igual del argumento, pero sería mucho más fácil si la viéramos entera.
Será entonces de provecho descubrir juntos la profundidad del Acto Penitencial. Por el momento trataremos de entender lo esencial. Pecado significa estar divididos dentro de nosotros mismos y con los demás… debido a que hemos roto en algún grado la comunión con Dios. La Santa Misa, en cambio, es un evento que lleva a la persona a experimentar el Amor de Dios y por tanto, a reconciliarse consigo mismo y con los otros. Por esto, lo primero que hacemos es reconocer aquello que tenemos todos en común: nuestros pecados, para poder así experimentar a Aquél que en medio de nuestras divisiones, nos lleva a vivir en Unidad y Paz.
Pero reconocer nuestros pecados no es nada fácil. Hay una novela que me lo recuerda, se llama El poder y la gloria de Graham Greene. En ella se cuenta la historia de un cura que vivió durante la persecución de los Católicos en la guerra Cristera en México en el siglo XX. Describe un episodio emblemático: a este sacerdote fugitivo, que constantemente trata de esconder su verdadera identidad, lo encarcelan por otro motivo. En un cierto punto el protagonista se da cuenta de que se encuentra verdaderamente entre los últimos de la tierra; recluido en una prisión oscura y nauseabunda, circundado por delincuentes, criminales, ladrones y prostitutas. Es curioso que precisamente en esta situación, este hombre se sienta libre de confesar, no solo el hecho de ser sacerdote, sino también los pecados cometidos en su ministerio.
Este sacerdote reconoce su pobreza viendo la pobreza de los demás, y así experimenta aquella libertad que va más allá de sus miedos. El punto entonces, es reconocer lo que somos para poder maravillarnos del amor grande y misericordioso de Dios. Este sacerdote, antes de reconocer sus pecados, toma conciencia de la situación real que está viviendo. ¡El Acto Penitencial de la Misa también! Se nos propone para ayudarnos a ver dónde estamos, quienes somos, cuáles son nuestros sufrimientos, dolores, fracasos, desilusiones, tristezas, amarguras, rencores… para poder verdaderamente tomar conciencia de la necesidad que tenemos de encontrarnos con el Señor.
Podríamos decir que este es el primer momento en el cual se unen todos los fieles en un solo espíritu y se comienza a experimentar la Unidad en Dios que se nos regala en el sacrificio eucarístico, que es perdón, encuentro, entre nuestras fragilidades y Su misericordia, entre la tierra y el cielo, que nos hace capaces de amar.
domingo, 23 de noviembre de 2014
5 Caminos de Conversión: San Crisóstomo comenta el evangelio de hoy lunes
Levantando los ojos, Jesús vio a unos ricos que ponían sus ofrendas en el tesoro del Templo.
Vio también a una viuda de condición muy humilde, que ponía dos pequeñas monedas de cobre,
y dijo: "Les aseguro que esta pobre viuda ha dado más que nadie.
Porque todos los demás dieron como ofrenda algo de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que tenía para vivir."
Vio también a una viuda de condición muy humilde, que ponía dos pequeñas monedas de cobre,
y dijo: "Les aseguro que esta pobre viuda ha dado más que nadie.
Porque todos los demás dieron como ofrenda algo de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que tenía para vivir."
He aquí los cinco caminos de conversión: primero la reprobación de nuestros pecados, después el perdón concedido a las ofensas del prójimo; el tercero consiste en la oración; el cuarto en la limosna; el quinto en la humildad. No te quedes, pues, inactivo, sino que sigue cada día todos estos caminos; son caminos fáciles y no puedes poner como pretexto tu miseria.
Porque, aunque tú vivas en la mayor pobreza, puedes abandonar tu cólera, practicar la humildad, orar asiduamente y reprobar tus pecados; tu pobreza no es obstáculo para nada de ello. Si es verdad que en este camino de conversión se trata de dar sus riquezas, la misma la pobreza no nos impide de cumplir el mandamiento. Lo vemos claramente en la viuda que daba sus dos pequeñas monedas.
Ahí tenemos cómo curar nuestras heridas; apliquemos el remedio. Retornados a la verdadera salud, acerquémonos apresuradamente a la mesa santa y con gran gloria vayamos al encuentro del rey de la gloria, Cristo. Obtengamos los bienes eternos por la gracia, la misericordia y la bondad de Jesucristo nuestro Señor.
Porque, aunque tú vivas en la mayor pobreza, puedes abandonar tu cólera, practicar la humildad, orar asiduamente y reprobar tus pecados; tu pobreza no es obstáculo para nada de ello. Si es verdad que en este camino de conversión se trata de dar sus riquezas, la misma la pobreza no nos impide de cumplir el mandamiento. Lo vemos claramente en la viuda que daba sus dos pequeñas monedas.
Ahí tenemos cómo curar nuestras heridas; apliquemos el remedio. Retornados a la verdadera salud, acerquémonos apresuradamente a la mesa santa y con gran gloria vayamos al encuentro del rey de la gloria, Cristo. Obtengamos los bienes eternos por la gracia, la misericordia y la bondad de Jesucristo nuestro Señor.
(San Juan Crisóstomo (345?-407), presbítero en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia Sermón sobre el diablo tentador. EDD)
jueves, 20 de noviembre de 2014
Me distraje en la Misa
Ricardo Reyes Castillo
En nuestro Blog anterior hemos dicho que es fácil distraerse al inicio de la Misa, con pensamientos y preocupaciones sobre las mil cosas pendientes por hacer; y así, lo primero que puede pasar desapercibido es el Acto Penitencial, que es un momento propicio para detenerse y ver cuál es la realidad que estamos viviendo. Es evidente que no es fácil reconocer, en cinco segundos, quiénes somos y dónde estamos; por esto siempre digo a las personas de mi Parroquia que es importantísimo prepararse antes de venir a Misa.
Antes de ir al supermercado, por ejemplo, nuestras madres, prudentes, suelen preparar una lista según lo que se requiere en casa, ya que es inútil ir si no se sabe qué se necesita. Algo similar ocurre en la Misa; necesito haber reflexionado con anterioridad, para tener claro dónde debo pedir al Señor que me sane y me ayude a descubrir Su amor en mi vida.
La dificultad que tenemos en reconocer nuestras faltas no se limita al factor tiempo, sino que surge de algo mucho más profundo en nosotros, que con frecuencia tratamos de esconder. Con relación al último artículo que escribí, hace algunos días un amigo me comentaba que él llega siempre tarde a Misa, agregando como excusa que es debido a la impuntualidad de su esposa.
Esa anécdota me hizo recordar uno de los primeros episodios de la Biblia, donde Dios se pasea por el jardín buscando a Adán, quien en cambio se esconde porque ha pecado y tiene miedo. A un cierto punto le pregunta Dios: «Adán, ¿Dónde estás? ¿Quién te ha hecho ver que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol del que te prohibí comer?», pero él no logra aceptar haberse equivocado y, ¿qué hace? Acusa a Eva y dice: «La mujer que me diste por compañera me dio del árbol y comí». Dios aún trata de salvarlos preguntando a Eva la misma cosa: «¿Por qué lo has hecho?», pero ella es incapaz de aceptar sus errores y acusa a la serpiente: «La serpiente me sedujo y yo comí». Recuerden siempre que quien acusa, esconde.
Asimismo nosotros, en este momento de la celebración Eucarística, en el Acto Penitencial, no estamos llamados a justificarnos, ni a ser acusadores, sino más bien a reconocer con humildad cada una de nuestras fragilidades. Adán y Eva no habían entendido que Dios los estaba buscando, no para condenarlos, sino para manifestarles Su amor y Su infinita misericordia.
Recapitulando: mientras el pecado nos lleva a taparnos y a escondernos, acusando al otro como culpable de nuestros sufrimientos, el desnudarnos ante Dios, reconociendo nuestra condición de pecadores –Acto Penitencial–, nos conduce a experimentar el poder de Su infinito amor misericordioso. La celebración de la Santa Misa es un encuentro maravilloso con la ternura de aquel Dios que no nos abandona nunca, sino más bien, nos espera desde siempre para mostrarnos la dulzura de su compañía.
miércoles, 19 de noviembre de 2014
Un Amor más fuerte que el Alzheimer
El autor de esta historia, A marriage to remember [Un matrimonio para recordar] es Banker White, hijo de sus protagonistas, Ed y Pam White. Refleja la historia de Pam desde 2010, cuando empezaba a estar aquejada de esa grave enfermedad, hasta 2014. Una historia en la que el pasado de la vida familiar, como suma de acontecimientos que han dado sentido a su existencia, se superpone con el hermoso (también duro) presente de la fidelidad de Ed a su compromiso matrimonial de cuidar de su esposa en toda circunstancia y para siempre.
Recursos para ayudar a las personas con Alzheimer
martes, 18 de noviembre de 2014
Hechos: un 'lío' - 10.868 avemarías
El próximo sábado 22 de noviembre tendrá lugar en Lima (Perú) el encuentro
de Hechos, que congregará a 5.000 jóvenes, 100 líderes pastorales,
60 sacerdotes y religiosos, 50 movimientos y parroquias, 30 animadores,
6 carpas de talleres, 10 músicos nacionalesy 2 invitados internacionales
y, sobre todo, 20 confesonarios y 10 horas de adoración
al Santísimo. Los organizadores de Hechos tienen un objetivo muy concreto:
10.868 avemarías. En este vídeo explican el porqué de la cifra.
lunes, 17 de noviembre de 2014
8 Consejos para la vida familiar
La agencia de noticias Rome Reports ha preparado este excelente resumen de las sugerencias que ha ido dejando Francisco en sus distintas predicaciones en orden a hacer la vida del hogar más sencilla, feliz y cristiana.
miércoles, 12 de noviembre de 2014
Cantinflas, ante los que se burlaban de Dios
En una escena de la película El padrecito, dirigida en 1964 por Miguel M. Delgado, el genial actor mexicano Mario Moreno, en el papel del padre Sebastián recién llegado a una difícil parroquia, se enfrenta a quienes se acaban de reír del sacramento de la Extremaunción.
martes, 11 de noviembre de 2014
«Si no estuvieras...»: un estremecimiento
He aquí una de las campañas que ha realizado en los últimos años
la asociación Chile Unido para dar a conocer su obra de
ayuda a las mujeres en riesgo de abortar
lunes, 10 de noviembre de 2014
El Papa Francisco aprueba las virtudes heroicas de Marta Robin, mística del s.XX con estigmas
No comía ni bebía ni dormía y revivía el dolor de la Pasión
Marta Robin (www.martherobin.com, 1902-1981), la mística francesa de la que se asegura que estuvo décadas sin comer, beber ni dormir, alimentándose sólo de la Eucaristía, avanza en su camino hacia los altares y acaba de ser declarada "Venerable" por la Iglesia.
El pasado 8 de noviembre el Papa Francisco aprobó las virtudes heroicas de Marta Luigia Robin, fundadora en 1936 de los Foyers de Charité (Hogares de Caridad), que actualmente cuentan con 25 comunidades en Europa, 22 en África, 17 en América y 10 en Asia. No hay Foyers en España, pero sí en Perú, México, Ecuador, Colombia, Chile y Argentina.Marta estuvo casi toda su vida en cama, sin salir de su habitación, pero recibía visitas y oraba sin cesar. Su historia la contó desde cerca el filósofo francés Jean Guitton, que la visitaba con frecuencia, «Cada uno en aquella habitación se sentía unido a sí mismo, a los otros y a Dios», escribió.
Casi ciega, paralizada casi del todo... incansable
Jean Guitton describió su insólita situación: "No logra ver. Es incapaz de distinguir objetos y no soporta la más mínima claridad. Sus brazos permanecerán rígidos de por vida salvo una ligera movilidad en las falanges de sus dedos. Su cabeza está como sin vida, sin posibilidad de girar a izquierda o derecha, y las piernas quietas, como plegadas sobre sí mismas, sin la más mínima acción. Además, todos los viernes se le aparecen estigmas en pies y manos. También en el costado derecho junto a la línea mediana. Y la mayoría de esos viernes aparecen unas llagas que sangran. Apenas podía moverse en la cama. Estaba como inmóvil. Un caso extraordinario, único".
Una inculta con 100.000 visitantes Era una campesina de Châteauneuf-de-Galaure, cerca de los Alpes, que nunca abandonó la casa paterna. Sabía bordar, y poco más. No tenía gran cultura. Apenas leía y no había recibido clases de teología o filosofía. Era una chica de campo.
Sin embargo, a su casa llegaban cada día decenas de personas de todas las clases sociales, de todo tipo de vida, que querían hablar con ella para pedirle consejo, una palabra de esperanza o, simplemente, un consuelo… Los niños solían trepar por su cama.
Se calcula que más de 100.000 personas pudieron hablar con Marta a lo largo de su vida.
Marta Robin era sobre todo voz. Quienes la conocieron dicen de ella que modulaba gran cantidad de sonidos. Su voz podía pasar con gran facilidad de infantil, juguetona, tímida, dulce o melosa, a firme, voluminosa o directa. Lo que más sorprendía a los visitantes era ese cambio, a veces, brusco, del registro de voz.
Su trabajo era recibir a la gente Marta permanecía todo el día en su oscura habitación, con las cortinas corridas, haciendo de freno a cualquier rayo de luz que se intentará colar. Siempre inmóvil, recostada en una cama de metro diez, con un par de almohadones que elevaban su espalda y sujetaban la cabeza, y con la mano derecha sobre la barriga.
Las piernas en forma de M mayúscula, vueltas sobre sí misma y los muslos ligeramente doblados sobre la pelvis.
Lo más extraño: ni comida ni bebida ni sueño
Jean Guitton y muchos más atestiguan que Marta no comía, ni bebía ni dormía.
Entre las miles de visitas que recibió Marta muchas tenían un ingrediente detectivesco. ¿Cómo logrará vivir esta mujer sin comer, ni beber y sin dormir ni un solo día en años?, ¿quién avitualla clandestinamente a esta mujer?, ¿dónde está el truco de esta gran ilusionista? Un caso tan extraordinario era normal que atrajera a tantos curiosos y que interpelara a creyentes y no creyentes.
Decenas de médicos, muchos de ellos ateos, pasaron por su habitación para diagnosticar una locura, un estado de ansiedad desproporcionado o cualquier otro tipo de enfermedad mental. Pero nada de nada. La ciencia no fue capaz de explicar que le pasaba a esta pequeña campesina.
La «semana» de Marta comenzaba los martes con la Eucaristía. No lograba tragar la hostia que se le colocaba en la boca. Era absorbida sin que ella pudiera engullirla. «Es como si un ser vivo entrará en mí», decía Marta.
A partir de ahí entraba en un estado de éxtasis que podía durar horas. «Después de comulgar sucede que siento una renovación pero no necesariamente en cada ocasión, pues puede ocurrir también fuera de la comunión».
En otro momento comentó: «Tengo deseos de gritar a los que me preguntan si como, que yo como más que ellos, pues yo me alimento en la Eucaristía de la sangre y la carne de Jesús. Tengo deseos de decirles que ellos impiden en sí los efectos de este alimento. Bloquean sus efectos».
El jueves revivía la Pasión de CristoEl jueves era el otro día «grande» para Marta. Revivía semanalmente la Pasión. Sus ojos comenzaban a llorar sangre, uniéndose así a las llagas de sus manos, pies y costado que tampoco cesaban de expulsar líquido durante todas las noches de la semana.
A las veintiuna horas, con la puntualidad que marca un reloj, comenzaba a murmurar débilmente: «Padre mío, Padre mío, que se aparte de mí este cáliz, pero que se haga tu voluntad». A continuación se producía como un gemido o una melopea melódica en tres notas, que, según los presentes, «podía compararse a los pequeños gritos que da un recién nacido».
La Pasión contada por el sacerdote que le atendíaEl padre Georges Finet de la diócesis de Lyon fue el fiel colaborador de Marta y testigo de su Pasión semanal.
Él cuenta así su experiencia: «Yo volvía el viernes hacia las dos de la tarde. Para reproducir las tres caídas de la Pasión, Marta había sido movida. Yo la tornaba a su posición; ponía su cabeza en la almohada. Esa cabeza caía sobre el cojín, donde ordinariamente había un chal blanco. Añadiré que, en el momento de la estigmatización, a comienzo de octubre de 1930, Jesús, no sólo la marcó aquel día con los estigmas en los pies, las manos y el costado derecho, sino que además le encasquetó su corona de espinas profundamente en la cabeza, y Marta se puso a sangrar no sólo de los pies, manos y costado, más igualmente en toda su cabeza; y comenzó a verter cada noche lágrimas de sangre. Fue en ese momento cuando Jesús le dijo que la había elegido para que ella viviera su pasión más que nadie, después de la Virgen, y que nadie después la viviría más totalmente. Jesús añadió que cada día aumentaría más su sufrimiento y que, por esto, no dormiría jamás durante la noche».
Volved con nosotrosA la hora que llegaba el Padre Finet, el viernes, se cerraba el ciclo de la Pasión. Marta, que hasta el momento había lanzando continuos gemidos de dolor, cesaba sus quejidos y repetía las palabras de Jesús en la Cruz: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Padre mío, en tus manos encomiendo mi espíritu». En ese momento daba un profundo suspiro para quedarse completamente inmóvil, sin apenas respiración.
Tras dos horas como muerta, Marta volvía a gemir. Esos gemidos se prolongaban hasta la tarde del lunes. A partir de ahí, y hasta el martes, Marta entraba en un éxtasis del que salía con dificultad y con ayuda del Padre Finet: «Hija mía, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, por María, madre nuestra, os lo ordeno: volved a nosotros».
Sufrimientos morales, sobre todo Marta solía comentar que sus sufrimientos físicos no podían compararse con los padecimientos que sentía en el orden moral. La Pasión de los viernes era para ella como una entrada en las tinieblas que le provocaba una gran desolación. De alguna manera sentía que representaba a la humanidad del siglo XX que había oficializado la ruptura con Dios, y experimentaba en su propio ser ese abandono.
Marta Robin murió en 1981 y unas 7.000 personas acudieron a su funeral. Los Foyers que fundó desde su cama han cumplido más de 70 años de servicio fructífero en la caridad.
El Papa Francisco, al reconocer sus virtudes heroicas vividas en la enfermedad, desde la cama, da un empujón más hacia a la beatificación de esta mística del s.XX
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Marta Robin (www.martherobin.com, 1902-1981), la mística francesa de la que se asegura que estuvo décadas sin comer, beber ni dormir, alimentándose sólo de la Eucaristía, avanza en su camino hacia los altares y acaba de ser declarada "Venerable" por la Iglesia.
El pasado 8 de noviembre el Papa Francisco aprobó las virtudes heroicas de Marta Luigia Robin, fundadora en 1936 de los Foyers de Charité (Hogares de Caridad), que actualmente cuentan con 25 comunidades en Europa, 22 en África, 17 en América y 10 en Asia. No hay Foyers en España, pero sí en Perú, México, Ecuador, Colombia, Chile y Argentina.Marta estuvo casi toda su vida en cama, sin salir de su habitación, pero recibía visitas y oraba sin cesar. Su historia la contó desde cerca el filósofo francés Jean Guitton, que la visitaba con frecuencia, «Cada uno en aquella habitación se sentía unido a sí mismo, a los otros y a Dios», escribió.
Casi ciega, paralizada casi del todo... incansable
Jean Guitton describió su insólita situación: "No logra ver. Es incapaz de distinguir objetos y no soporta la más mínima claridad. Sus brazos permanecerán rígidos de por vida salvo una ligera movilidad en las falanges de sus dedos. Su cabeza está como sin vida, sin posibilidad de girar a izquierda o derecha, y las piernas quietas, como plegadas sobre sí mismas, sin la más mínima acción. Además, todos los viernes se le aparecen estigmas en pies y manos. También en el costado derecho junto a la línea mediana. Y la mayoría de esos viernes aparecen unas llagas que sangran. Apenas podía moverse en la cama. Estaba como inmóvil. Un caso extraordinario, único".
Una inculta con 100.000 visitantes Era una campesina de Châteauneuf-de-Galaure, cerca de los Alpes, que nunca abandonó la casa paterna. Sabía bordar, y poco más. No tenía gran cultura. Apenas leía y no había recibido clases de teología o filosofía. Era una chica de campo.
Sin embargo, a su casa llegaban cada día decenas de personas de todas las clases sociales, de todo tipo de vida, que querían hablar con ella para pedirle consejo, una palabra de esperanza o, simplemente, un consuelo… Los niños solían trepar por su cama.
Se calcula que más de 100.000 personas pudieron hablar con Marta a lo largo de su vida.
Marta Robin era sobre todo voz. Quienes la conocieron dicen de ella que modulaba gran cantidad de sonidos. Su voz podía pasar con gran facilidad de infantil, juguetona, tímida, dulce o melosa, a firme, voluminosa o directa. Lo que más sorprendía a los visitantes era ese cambio, a veces, brusco, del registro de voz.
Su trabajo era recibir a la gente Marta permanecía todo el día en su oscura habitación, con las cortinas corridas, haciendo de freno a cualquier rayo de luz que se intentará colar. Siempre inmóvil, recostada en una cama de metro diez, con un par de almohadones que elevaban su espalda y sujetaban la cabeza, y con la mano derecha sobre la barriga.
Las piernas en forma de M mayúscula, vueltas sobre sí misma y los muslos ligeramente doblados sobre la pelvis.
Lo más extraño: ni comida ni bebida ni sueño
Jean Guitton y muchos más atestiguan que Marta no comía, ni bebía ni dormía.
Entre las miles de visitas que recibió Marta muchas tenían un ingrediente detectivesco. ¿Cómo logrará vivir esta mujer sin comer, ni beber y sin dormir ni un solo día en años?, ¿quién avitualla clandestinamente a esta mujer?, ¿dónde está el truco de esta gran ilusionista? Un caso tan extraordinario era normal que atrajera a tantos curiosos y que interpelara a creyentes y no creyentes.
Decenas de médicos, muchos de ellos ateos, pasaron por su habitación para diagnosticar una locura, un estado de ansiedad desproporcionado o cualquier otro tipo de enfermedad mental. Pero nada de nada. La ciencia no fue capaz de explicar que le pasaba a esta pequeña campesina.
La «semana» de Marta comenzaba los martes con la Eucaristía. No lograba tragar la hostia que se le colocaba en la boca. Era absorbida sin que ella pudiera engullirla. «Es como si un ser vivo entrará en mí», decía Marta.
A partir de ahí entraba en un estado de éxtasis que podía durar horas. «Después de comulgar sucede que siento una renovación pero no necesariamente en cada ocasión, pues puede ocurrir también fuera de la comunión».
En otro momento comentó: «Tengo deseos de gritar a los que me preguntan si como, que yo como más que ellos, pues yo me alimento en la Eucaristía de la sangre y la carne de Jesús. Tengo deseos de decirles que ellos impiden en sí los efectos de este alimento. Bloquean sus efectos».
El jueves revivía la Pasión de CristoEl jueves era el otro día «grande» para Marta. Revivía semanalmente la Pasión. Sus ojos comenzaban a llorar sangre, uniéndose así a las llagas de sus manos, pies y costado que tampoco cesaban de expulsar líquido durante todas las noches de la semana.
A las veintiuna horas, con la puntualidad que marca un reloj, comenzaba a murmurar débilmente: «Padre mío, Padre mío, que se aparte de mí este cáliz, pero que se haga tu voluntad». A continuación se producía como un gemido o una melopea melódica en tres notas, que, según los presentes, «podía compararse a los pequeños gritos que da un recién nacido».
La Pasión contada por el sacerdote que le atendíaEl padre Georges Finet de la diócesis de Lyon fue el fiel colaborador de Marta y testigo de su Pasión semanal.
Él cuenta así su experiencia: «Yo volvía el viernes hacia las dos de la tarde. Para reproducir las tres caídas de la Pasión, Marta había sido movida. Yo la tornaba a su posición; ponía su cabeza en la almohada. Esa cabeza caía sobre el cojín, donde ordinariamente había un chal blanco. Añadiré que, en el momento de la estigmatización, a comienzo de octubre de 1930, Jesús, no sólo la marcó aquel día con los estigmas en los pies, las manos y el costado derecho, sino que además le encasquetó su corona de espinas profundamente en la cabeza, y Marta se puso a sangrar no sólo de los pies, manos y costado, más igualmente en toda su cabeza; y comenzó a verter cada noche lágrimas de sangre. Fue en ese momento cuando Jesús le dijo que la había elegido para que ella viviera su pasión más que nadie, después de la Virgen, y que nadie después la viviría más totalmente. Jesús añadió que cada día aumentaría más su sufrimiento y que, por esto, no dormiría jamás durante la noche».
Volved con nosotrosA la hora que llegaba el Padre Finet, el viernes, se cerraba el ciclo de la Pasión. Marta, que hasta el momento había lanzando continuos gemidos de dolor, cesaba sus quejidos y repetía las palabras de Jesús en la Cruz: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Padre mío, en tus manos encomiendo mi espíritu». En ese momento daba un profundo suspiro para quedarse completamente inmóvil, sin apenas respiración.
Tras dos horas como muerta, Marta volvía a gemir. Esos gemidos se prolongaban hasta la tarde del lunes. A partir de ahí, y hasta el martes, Marta entraba en un éxtasis del que salía con dificultad y con ayuda del Padre Finet: «Hija mía, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, por María, madre nuestra, os lo ordeno: volved a nosotros».
Sufrimientos morales, sobre todo Marta solía comentar que sus sufrimientos físicos no podían compararse con los padecimientos que sentía en el orden moral. La Pasión de los viernes era para ella como una entrada en las tinieblas que le provocaba una gran desolación. De alguna manera sentía que representaba a la humanidad del siglo XX que había oficializado la ruptura con Dios, y experimentaba en su propio ser ese abandono.
Marta Robin murió en 1981 y unas 7.000 personas acudieron a su funeral. Los Foyers que fundó desde su cama han cumplido más de 70 años de servicio fructífero en la caridad.
El Papa Francisco, al reconocer sus virtudes heroicas vividas en la enfermedad, desde la cama, da un empujón más hacia a la beatificación de esta mística del s.XX
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miércoles, 5 de noviembre de 2014
200 millones de cristianos acosados, otros 50 discriminados y 55 países pierden libertad religiosa
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No des por hecha la libertad religiosa...
La principal conclusión de este informe es la constatación de un "grave y constante deterioro" del derecho fundamental a la libertad religiosa, según ha explicado el director de AIN en España, Javier Menéndez Ros, durante su intervención.
De los 196 países analizados, en 55 se ha registrado un deterioro de la situación. Además, la libertad religiosa se vulnera de forma significativa en 82 países.
Los cristianos siguen siendo la minoría religiosa más perseguida en todo el planeta. En esta línea, tres de cada cuatro personas que sufren por razón de su fe en el mundo pertenecen a alguna de las denominaciones cristianas.
Según los cálculos de esta organización internacional, 200 millones de cristianos son perseguidos y otros 50 millones sufren discriminación.
[Puede consultarse íntegro el informe en http://informe2014.ayudaalaiglesianecesitada.org]
En la lista de estados con las violaciones más graves de este derecho fundamental predominan los países musulmanes. Así, de los 20 países clasificados en la categoría de “alta persecución”, 14 de ellos sufren persecución ligada al fundamentalismo islámico. Se trata de Afganistán, Arabia Saudí, Egipto, Irán, Irak, Libia, Maldivas, Nigeria, Paquistán, República Centroafricana, Somalia, Siria, Sudán y Yemen.
En los seis países restantes, la persecución está ligada a regímenes autoritarios. Es el caso de Azerbaiyán, China, Corea del Norte, Eritrea, Birmania (Myanmar) y Uzbekistán.
En el concurrido acto de presentación en Madrid participó también el patriarca de la Iglesia Greco-Católica Melquita, Gregorio III Laham, una de las primeras personas en denunciar la persecución de los cristianos en Siria.
El Patriarca Laham, de los melquitas
(católicos de rito griego y lengua árabe)
con el arzobispo Osoro, de Madrid
El patriarca de la Iglesia Greco-Católica Melquita (iglesia católica de rito griego en plena comunión con Roma) ha explicado cómo la guerra en su país ha provocado diez millones de desplazados, de los que 450.000 son cristianos.
Desde el inicio del conflicto "han muerto dos mil cristianos, cuatro de ellos sacerdotes, y hemos sufrido el secuestro de dos obispos y muchísimos civiles", ha lamentado.
A pesar del riesgo que corren, "todos los sacerdotes se han quedado en sus parroquias y las iglesias permanecen abiertas".
"Nuestra prioridad es ayudar y estar cerca de la gente", ha asegurado. Pese a todo, "seguimos viviendo y tenemos un proyecto de futuro". "Es un milagro", ha señalado.
Al inicio de la guerra, la Iglesia Greco-Católica Melquita en Siria comenzó ayudando a 300 familias y ahora dan cobertura a 8.000 hogares.
"Necesitamos 50.000 dólares al mes para atender las necesidades básicas de estas personas", ha apuntado.
Otros de los objetivos prioritarios son: reconstruir las 91 iglesias que han sido destruidas,ayudar a la gente a encontrar oportunidades de trabajo, y hacer llegar la voz de la Iglesia en Oriente para que la comunidad internacional se implique en la resolución de este conflicto.
El patriarca Gregorio III ha concluido su intervención haciendo un llamamiento a favor del encuentro entre culturas y religiones, a través del diálogo y no de la guerra.
Un buen ejemplo de cómo viven los cristianos sirios es la joven universitaria Mireilla Al Farah, que ha servido de intérprete durante la presentación. "Mi apellido -Al Farah- significa alegría y simboliza cómo somos, porque siempre intentamos mantener esta actitud en nuestras vidas".
"Lo que nos da fuerza para seguir adelante es la oración", ha reconocido. "Es nuestra mejor ´arma´ para enfrentarnos a lo que está ocurriendo", ha añadido. Y eso que "ahora ir a la iglesia puede significar la muerte", ha indicado. Aun así, ha subrayado, "debemos mostrarles que la vida significa mucho más, Dios no es matar, sino amar y perdonar".
Para ilustrar la persecución a los cristianos en este país, Mireilla ha expuesto la historia de su tío. "Cuando los islamistas radicales entraron en la ciudad en la que él vivía -Raqa- mataron a cinco de sus empleados, todos musulmanes, como represalia por trabajar para un cristiano. Ahora él está traumatizado, no se fía de nadie". Su pariente pudo escapar a Damasco escondido en un camión.
La muerte está en cada calle, en cada esquina de Siria. Uno de sus primos falleció hace dos semanas, herido mortalmente por un trozo de mortero.
martes, 4 de noviembre de 2014
La última oportunidad antes del divorcio
En China están preocupados por el impacto de las rupturas matrimoniales, y
allí se ha lanzado esta campaña cuyo mensaje leemos al final: el año pasado
se produjeron tres millones de divorcios, pero cien mil de ellos se reconciliaron
y volvieron a casarse. Es lo que intenta animar este bello corto.
El vídeo está subtitulado en inglés. Si entiendes inglés, interrumpe aquí
la lectura para que no te desvelemos el contenido. Si no entiendes inglés,
mira el vídeo también antes de leer esto: las imágenes hablan por sí solas.
Ella pone una única condición para firmar el divorcio: que él la abrace una vez al día
en lo que queda de mes. Y lo hacen en el lugar donde se comprometieron,
donde se declararon su amor, donde se besaron por primera vez. Cuando él ya
le ha cogido el gusto a esas evocaciones, ella, justo en el lugar donde se conocieron,
llega con los papeles del divorcio firmados. Entonces él le pide:
«¿Podré seguir abrazándote mañana?».
lunes, 3 de noviembre de 2014
¿Miedo a lo que hay después de la muerte?
Poco más de dos minutos y medio sirven para una breve reflexión: sin perjuicio de que
debamos preocuparnos siempre por la adecuada disposición de nuestra alma para morir,
que será juzgada con justicia infinita, al cruzar el umbral nos espera también l
a infinita misericordia, encarnada en la figura de un Padre.
domingo, 2 de noviembre de 2014
Oración por los difuntos
Oración del Papa por los difuntos
Dios de infinita misericordia,
confiamos a tu inmensa bondad
a cuantos han dejado este mundo para la eternidad,
donde tú esperas a toda la humanidad,
redimida por la sangre preciosa de Jesucristo,
muerto en rescate por nuestros pecados.
No mires, Señor,
tantas pobrezas, miserias y debilidades humanas
con las que nos presentaremos ante el tribunal
para ser juzgados para la felicidad o la condena.
Míranos con la mirada piadosa
que nace de la ternura de tu corazón,
y ayúdanos a caminar en el camino de una completa purificación.
Que ninguno de tus hijos se pierda en el fuego eterno,
donde ya no puede haber arrepentimiento.
Te confiamos, Señor, las almas de nuestros seres queridos,
y de las personas que han muerto sin el consuelo sacramental
o no han tenido manera de arrepentirse
ni siquiera al final de su vida.
Que nadie tenga el temor de encontrarte
después de la peregrinación terrenal,
en la esperanza de ser acogidos
en los brazos de la infinita misericordia.
La hermana muerte corporal
nos encuentre vigilantes en la oración
y llenos de todo bien,
recogido en nuestra breve o larga existencia.
Señor, que nada nos aleje de ti en esta tierra,
sino que en todo nos sostengas
en el ardiente deseo de reposar serena y eternamente.
Amen.
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Antes de rezar el Angelus en la Conmemoración de los Fieles Difuntos, Francisco recordó que esta festividad y la de Todos los Santos "están íntimamente unidas, como la alegría y las lágrimas encuentran en Jesucristo una síntesis que es fundamento de nuestra fe y de nuestra esperanza".
Y así, la Iglesia "goza por la intercesión de los santos que la sostienen en la misión de anunciar el Evangelio" al tiempo que "comparte el llanto de quien sufre la separación de las personas queridas" y agradece que Jesucristo "nos haya liberado del dominio del pecado y de la muerte".
"Es bello pensar que la muerte del cuerpo es como un sueño del que Jesús mismo nos despertará", dijo el Papa, que instó a recordar en los cementerios no sólo a nuestros seres queridos, sino "a todos, también a aquellos a quienes nadie recuerda".
"La tradicion de la Iglesia", continuó, "ha exhortado siempre a rezar por los fieles difuntos, ofreciendo por ellos la celebración eucarística, que es la mejor ayuda espiritual que podemos ofrecer a las almas, particularmente a las más abandonadas".
Y añadió: "El recuerdo de los difuntos, el cuidado de los sepulcros y los sufragios son el testimonio de la confiada esperanza radicada en la certeza de que la muerte no es la última palabra sobre la suerte humana, porque el hombre está destinado a una vida sin límites que tiene su raíz y su fin en Dios".
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