De la primera lectura de la Misa de hoy
Les repito, jóvenes, que son fuertes y que la palabra de Dios permanece en ustedes, y que ya han vencido al Maligno. No amen al mundo ni lo que hay en el mundo. Si alguno ama al mundo, no está en él el amor del Padre. Porque lo que hay en el mundo –las pasiones de la carne, y la codicia de los ojos, y la arrogancia del dinero–, eso no procede del Padre, sino que procede del mundo. Y el mundo pasa, con sus pasiones. Pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario