La polémica sobre la indumentaria de las chicas en el instituto merece una conversación.
Hace tiempo que en casa van diciéndote que ya eres mayor, que eres una mujer hecha y derecha, con tus responsabilidades y tu capacidad de decidir sobre muchas cosas. Llevas años decidiendo qué estudios escoges y tu madre hace mucho que no lleva la voz cantante sobre la ropa que te compras. Pero en el instituto quizá sí han decidido cuál te pones y cuál no.
En un instituto de Canarias (España), por ejemplo, y me consta que hay muchos otros que lo hacen también, el Consejo Escolar aprobó la siguiente norma sobre la vestimenta:
“Los alumnos acudirán al centro debidamente vestidos. No se permitirá el uso de: bañadores, la exhibición de ropa interior, camisetas con carácter sexual, racistas u otros tipos de frases que puedan dañar u ofender a los miembros de la comunidad escolar, pantalones tipo short y camisetas de tirantes a los alumnos (chicos). Tampoco se permitirá el uso de prendas de vestir que tapen, total o parcialmente, la cabeza”.
Ahora esta fórmula ha suscitado polémica porque algunas estudiantes la critican. Quizá un día de estos se te acerca un periodista y te pregunta si estás de acuerdo con que se prohíban los shorts o la ropa interior a la vista. Vamos a ver si acierto en lo que le dirías.
- “Tengo derecho a vestir como quiero”. Ups, error. Tienes derecho a vestir, sí, pero no como quieres. Como tampoco tienes derecho a comer lo que quieres: si lo que quieres comer es un veneno, el consejo escolar tiene derecho a no permitir que lo hagas. Es decir, tienen derecho a prohibirte lo que te haría daño.
- “¿Por qué no puedo vestir como quiero?”. Porque la forma de vestir es un acto social, es decir, influye en los demás. Comunicas mensajes. Y no es nada positivo ese mensaje de “voy con shorts para que por fin te fijes en mí” o ese otro: “voy con shorts porque soy la que mejor cuerpo tengo de la clase”. Estos pensamientos reflejan problemas de autoestima y necesitan otro tratamiento.
- “¿Quién ha dicho que tengo problemas de autoestima?”. Tú misma lo has puesto en evidencia. Si te vistes enseñando las braguitas y el sujetador es porque crees que nadie te valora. Aunque eres inteligente, trabajadora, maravillosa como persona, tú a eso no le das importancia: le das importancia a la chica que llaman “la novia de la clase”.
- “Es que nadie me hace caso”. Estás en una edad en que crees saberlo todo, pero todavía te queda mucho por conocer y por descubrir. De ti misma no conoces todavía todo tu potencial, pero créeme si te digo que no hablo solo de sexo. Tu potencial es mucho mayor. No dejes que lo arruinen los que te hacen pensar que tienes que decidir entre mostrar tu cuerpo o ser una ruina.
- “Todas se visten así”. Y piensas que te quedarás aislada si no vistes como las demás. Eso pensáis todas. Pero tú no debes actuar nunca por lo que pensarán los demás. Tú rígete por tu criterio propio. Ten personalidad y sé fuerte. ¿Sabes lo atractiva que resulta una chica que actúa según su propio criterio, aunque vaya contra la mayoría?
- “Pero, ¿por qué no puedo ir con shorts o lucir mi escote?”.En Biología has estudiado Anatomía Humana, pero ahí no acaba el comportamiento las personas. Debes saber más acerca del instinto y de la sexualidad. Los hombres y las mujeres no somos iguales.El cuerpo desnudo de una mujer es un reclamo para un hombre. Pero resulta que un cuerpo que se insinúa es tanto o más llamativo. Quieras o no, la aparición de la ropa interior, el enseñar pero no del todo… no dejan indiferente a tus compañeros.
- “Eso es un tema cultural y nosotros, los de mi edad, ya lo tenemos superado”. Déjame que te lleve la contraria: no es un tema cultural. De base es un tema bio-ló-gi-co, que no cambia porque la naturaleza humana y su ADN no varían. Ahí es donde está dicho que al hombre se le despierta el instinto sexual. Más concretamente te puedo decir que ese “apetito”, esas ganas, se le despiertan en el cerebro: concretamente en el área posterior de lo que llamamos ínsula y en el núcleo estriado.
- “¿Cómo sabes tú eso?, ¿cómo sé que no es una imposición de gente anticuada?”. Porque ahora existen pruebas científicas que nos ayudan en el conocimiento del ser humano. Una de ellas es la resonancia magnética. Con ella vemos las zonas del cerebro que se activan ante una determinada situación: dolor, miedo, atractivo sexual… Si te pones en shorts delante de un compañero y os hacen una resonancia magnética, su cerebro “hablaría” solito.
- “¿Y si a pesar de saber que provoco a mis compañeros decido que quiero seguir haciéndolo y vistiendo así?”. Eres libre, efectivamente. En la calle podrás hacer lo que quieras. Pero, por favor, recuerda que tus actos tienen unas consecuencias. Si bebes alcohol y conduces, eso tiene unas consecuencias. Vistiendo así, también. Por si te sirve, te diré que un colega mío periodista y profesor de la Universidad, me habló un día de una alumna que vestía con una falda muy corta y provocadora. Me dijo: “No puedo mirarla, ¿me comprendes?”. No sigo explicándote más porque tú también lo has entendido.
Dolors Massot, Aleteia
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