Estos aspectos podrían indicar que un niño sufre problemas afectivos
Las carencias afectivas afectan a personas de todas las edades, culturas y clases sociales y se manifiestan de diferentes maneras según su situación vital.
Desde su nacimiento hasta la adolescencia estos son algunos de los aspectos que podrían denotar carencias afectivas según las distintas etapas de crecimiento.
Durante la primera infancia
Niños que lloran para llamar la atención, que sonríen poco y que suelen contraer enfermedades infecciosas.
Además muchos suelen tener problemas digestivos como estreñimiento, problemas que pueden remitir con el crecimiento.
En edad preescolar y escolar
Los trastornos del lenguaje en un niño pueden indicar que sufre carencias afectivas. Trastornos como problemas de locución, pobreza de vocabulario o dificultades gramaticales y sintácticas (verbalización).
En edad escolar
Algunos niños presentan trastornos de aprendizaje aunque sean inteligentes. Sin embargo, se les otorga un coeficiente intelectual entre 65 y 95 porque no consiguen hacer correctamente las pruebas por problemas de concentración. Por eso muchos de estos niños tienen frecuentes fracasos escolares y su grado de autoestima es bajo.
Son niños que se infravaloran niegan su valía. Se consideran fracasados.
Dudan de sí mismos en cuanto a la simpatía que despierta en los demás. Piensan: “nadie me quiere”; “no soy amable” o “lo que me ocurra no le preocupa a nadie”. Por eso, sufren mucha inseguridad, se sienten excluidos y no encuentran su lugar. Creen incluso que molestan.
Durante la preadolescencia:
Niños que presentan trastornos del comportamiento, actitudes de inhibición, de retraimiento, actitudes de oposición y de rebeldía. Aunque sean relativamente sociables y en ocasiones extrovertidos, sienten miedo por sentirse rechazados por el grupo, por lo que tienden a integrarse a toda costa. De aquí la importancia de las relaciones sociales en esta etapa ya que determinará su conducta futura.
En la adolescencia
Sus comportamientos son extraños y sus actos impulsivos. Su hiperactividad es muy frecuente.
Son personas que se ilusionan fácilmente con planes propuestos por personas mayores que él. Buscanel reconocimiento y el afecto de los demás para poder potenciar la propia autoestima.
Por otra parte, en aparente contradicción con lo mencionado anteriormente, no quieren responsabilidades y son rebeldes con las normas. En esta fase suelen aparecer las primeras adicciones como al alcohol, a las drogas, etc.
Los vacíos de amor se colman solo con el amor. Desde los primeros años es esencial que los niños sientan ese amor sincero y profundo que las madres, los padres y la verdadera familia puede darles para el resto de la vida.
Javier Fiz Pérez, Aleteia
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