Aquí podemos ofrecerle sólo unos cuantas aspectos
de las mil maravillas de la Santa Misa
La Palabra y la Eucaristía erencienden en nosotros el fuego de la fe y de la esperanza. |
Nosotros llegamos a menudo a la Misa dominical con nuestras preocupaciones, nuestras dificultades y desilusiones. La vida a veces nos hiere y nos vamos tristes hacia nuestra Emaús, dando la espalda al designio de Dios. Nos alejamos de Dios. Pero nos acoge la Liturgia de la Palabra: Jesús nos explica las Escrituras y reenciende en nuestros corazones el fuego de la fe y de la esperanza y en la comunión nos da fuerza. S.S. Francisco |
La Palabra de Dios, la Eucaristía: nos llenan de alegría. |
Siempre, queridos hermanos y hermanas, la Palabra de Dios y la Eucaristía nos llenan de alegría. ¡Recuérdenlo bien! ¡Cuando tú estás triste o algo así, toma la Palabra de Dios! ¡Cuando tú estás desanimado, toma la Palabra de Dios y va a la Santa Misa del domingo a hacer la Comunión, a participar del misterio de Jesús! Palabra de Dios, Eucaristía: nos llenan de alegría. Palabra de Dios, Eucaristía: nos llenan de alegría. S.S. Francisco |
Indispensable para el encuentro con el Señor. |
El camino de Emaús se transforma en símbolo de nuestro camino de fe: las Escrituras y la Eucaristía son los elementos indispensables para el encuentro con el Señor. S.S. Francisco |
Tú sostuviste la humanidad con tu pan bendito. |
El trigo, la oliva y las uvas que fueron creadas para nuestro uso, estos tres elementos místicos nos sirven a nosotros de tres maneras; con estos tres medicamentos sanaste nuestras enfermedades. Enfermó, padeció dolores y desfalleció la humanidad, Tú la sostuviste con tu pan bendito, la consolaste con tu vino purísimo y la alegraste con tu óleo santísimo. San Efrén |
La Eucaristía germen de la resurrección. |
Así como el pan y el vino, recibida la palabra de Dios, se hacen Eucaristía, es decir, Cuerpo y Sangre de Cristo, así también nuestros cuerpos, alimentados con la Eucaristía, resucitarán a su debido tiempo para gloria de Dios Padre. San Ireneo de Lyon |
La Eucaristía es una confesión de la resurrección de Cristo. |
Pues que la comunión de la mística bendición (la Eucaristía) es una confesión de la resurrección de Cristo, es claro y bien patente, por lo que Él dijo cuando por sí mismo celebró la forma del misterio; porque habiendo partido el pan, según está escrito, lo repartió, diciendo: Este es mi cuerpo, el que por vosotros se entrega para perdón de los pecados; haced esto en memoria mía Lc 22,19!. Así, la participación de los santos misterios es una verdadera confesión y memoria de haber el Señor muerto y de haber vuelto a la vida por nosotros y para nosotros, y además, de haber nosotros por esto recibido en su plenitud la bendición divina. San Cirilo de Alejandría |
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