Aquí podemos ofrecer sólo unos pocos aspectos de las mil maravillas
de la Santa Misa
"¡Tú serás transformado en mí!" |
Era como si oyera una voz de lo alto: "Soy el alimento de los fuertes; ¡crece y aliméntate entonces de mí! Pero tú no me transformarás en ti como un alimento corporal, sino que tú serás transformado en mí". San Agustín, Doctor de la Iglesia |
La Eucaristía produce una transformación progresiva. |
La Eucaristía produce una transformación progresiva en el cristiano. Es el Sol de las familias y de las Comunidades. Santo Tomás de Aquino |
Ser transformado en Cristo. |
Te rogamos, Padre, que nuestra participación en la mesa de tu Hijo nos santifique, para que como miembros de su Cuerpo nos transformemos en el mismo Cristo a quien recibimos. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
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Nos transubstanciamos espiritualmente con Jesucristo Víctima. |
Al participar personalmente en el estado de víctima de Jesucristo, nos transformamos en la Víctima divina. Como el pan se transubstancia realmente en el cuerpo de Cristo, así todos los fieles nos transubstanciamos espiritualmente con Jesucristo Víctima. Con esto, nuestras inmolaciones personales son elevadas a ser inmolaciones eucarísticas de Jesucristo, quien, como Cabeza, asume y hace propias las inmolaciones de sus miembros. San Alberto Hurtado |
El Corazón de mi Dios. |
¿Qué es la Eucaristía? Es el Dios de mi corazón y el Corazón de mi Dios. Santa Laura Montoya |
"El que me coma tendrá la vida." |
Si queréis ser fuertes y rebosar de vida, cosa que os es muy necesaria, comulgad. "El que cree en mí se salvará", ha dicho el Señor; pero hablando de la Eucaristía dice: "El que me coma tendrá la vida." Rebosará de vida. San Pedro Julián Eymard |
En lo que la Iglesia ofrece se ofrece a sí misma. |
Toda la ciudad redimida, es decir, la asamblea comunitaria de los santos, es ofrecida a Dios como un sacrificio universal por la mediación del Sumo Sacerdote que, bajo la forma de esclavo, se ofreció por nosotros en su Pasión, para hacer de nosotros el cuerpo de una tan gran Cabeza... Éste es el sacrificio de los cristianos: "siendo muchos, no formamos más que un solo cuerpo en Cristo" Rm 12,5. La Iglesia celebra este misterio en el sacramento del altar, bien conocido de los fieles, donde se muestra que en lo que ella ofrece se ofrece a sí misma. San Agustín, Doctor de la Iglesia |
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