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lunes, 9 de enero de 2023

Evangelio del día

Evangelio según San Mateo 3,13-17.

Entonces Jesús fue desde Galilea hasta el Jordán y se presentó a Juan para ser bautizado por él.
Juan se resistía, diciéndole: "Soy yo el que tiene necesidad de ser bautizado por ti, ¡y eres tú el que viene a mi encuentro!".
Pero Jesús le respondió: "Ahora déjame hacer esto, porque conviene que así cumplamos todo lo que es justo". Y Juan se lo permitió.
Apenas fue bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se abrieron los cielos, y vio al Espíritu de Dios descender como una paloma y dirigirse hacia él.
Y se oyó una voz del cielo que decía: "Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección".


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

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Bulle

Homilía atribuida a San Hipólito de Roma (¿–c. 235)
presbítero y mártir
Homilía del siglo IV para la Epifanía, la santa Teofanía; PG 10, 852


«En él he puesto todo mi amor»

Cristo, creador de todas las cosas descendió como lluvia, se dio a conocer como fuente, se derramó como río (Os 6,3; Jn 4,14; 7,38) y lo vemos bautizado en el Jordán... La Fuente inasequible, que hace brotar la vida para todos los hombres y que no tiene fin, fue escondido por unas pobres y efímeras aguas. Aquel que está presente en todo, que de ninguna parte está ausente, que es inasequible a los ángeles e invisible a los hombres, viene al bautismo por su propia voluntad...
«Se abrió el cielo y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz del cielo que decía: 'Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto'.» El Hijo amado engendra amor, y la luz inmaterial engendra «la luz inaccesible» (1Tm 6,16). «Este es mi Hijo amado»... En el arca de Noé la paloma manifestó el amor de Dios para con los hombres (Gn 8,11). Ahora el Espíritu desciende bajo la apariencia de paloma, como la que trajo un ramo de olivo, se posa encima de aquel de quien da testimonio. ¿Por qué? Para que se comprenda con toda certeza que es la voz del Padre...: «La voz del Señor sobre las aguas, el Dios de la gloria ha tronado, el Señor sobre las aguas torrenciales» (Sl 28,3) ¿Qué dice esta voz? «Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto. En él he puesto todo mi amor». Es aquel a quien llaman hijo de José, y es mi Hijo único según el ser divino. «Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto»: tiene hambre y alimenta a innumerables multitudes, sufre y alivia a los que sufren. No tiene donde reclinar la cabeza y todo lo lleva en su mano, sufre y cura los sufrimientos. Le golpean, mas concede al mundo la libertad; le traspasan el costado mas repara el costado de Adán.

Oración

Gracias, Jesús, por mi bautismo. Gracias porque estar habitado por ti es todo un tesoro. Tú, Jesús, pones color a mis grises rutinas. Tú llenas mis soledades de presencia. Tú fortaleces mis fragilidades. Tú sacas siempre de mí lo mejor que hay en mí. Tú cambias mis egoísmos en generosidad. Tú transformas mis resentimientos en perdón. Tú conviertes mis prisas en sosiego, Tú elevas mis relaciones a la categoría de encuentros. Tú, Jesús, transformas mis intolerancias en aceptación. Tú envuelves mis miedos en confianza y fortaleza. Tú das sentido a mi trabajo, convirtiéndolo en misión. Tú acompañas cada minuto de mi vida, para que pueda hacerse realidad lo que sueñas para mí, que tenga una vida plena y feliz. Gracias por incluirme en tu Iglesia, para juntos construir tu Reino.

 Renovación de las promesas bautismales 

¿Renunciáis a Satanás, esto es: • al pecado, como negación de Dios; • al mal, como signo del pecado en el mundo; • al error, como ofuscación de la verdad; • a la violencia, como contraria a la caridad; • al egoísmo, como falta de testimonio del amor? R/. Sí, renuncio. ¿Renunciáis a sus obras, que son: • sus envidias y odios; • sus perezas e indiferencias; • sus cobardías y complejos; • sus tristezas y desconfianzas; • sus materialismos y sensualidades; • sus injusticias y favoritismos; • sus faltas de fe, de esperanza y de caridad? R/. Sí, renuncio. ¿Renunciáis a todas sus seducciones, como pueden ser: • el creerse superiores; • el estar muy seguros de vosotros mismos; • el creer que ya están convertidos del todo? R/. Sí, renuncio. ¿Renunciáis a los criterios y comportamientos materialistas que consideran: • el dinero como la aspiración suprema de la vida; • el placer ante todo; • el negocio como valor absoluto; • el propio bien por encima del bien común? R/. Sí, renuncio. ¿Creéis en Dios Padre todomisericordioso, en Jesucristo, su único Hijo, que nació de Santa María Virgen, murió, resucitó y está sentado a la derecha del Padre, en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, en la comunión de los Santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna? R/. Sí, creo. Esta es nuestra fe, esta es la fe de la Iglesia. 























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